Instrucciones para llevar en la vida:
1) Nunca confieses lo que otros te confesaron. Por algo se llama SECRETO.
2) Nunca te ilusiones. Y menos cuando el otro sabe que estás ilusionada.
3) Nunca ames si el otro tiene miedo de amarte.
4) Nunca llores, a menos que lo creas necesario.—Eres Mía… —Modulaba bien el nombre de mi cuarta hija porque sabía que me estaba prestando atención. Eran las cinco de la mañana, Hayley se había ido a bailar con su mejor amiga, Bruno y Martín dormían entre cajas porque todavía no terminamos de decorar la nueva casa, y Harry y yo nos encargábamos de charlar en la cama con la beba de por medio.
—No es tuya, es mía. —La movió un poco para su lado porque las mujeres de la familia siempre van a ser parte de su territorio.
—Es Mía y es nuestra. —Claramente se llamaba Mía y éramos sus padres.
—Será Mía pero es más mía que tuya. —Podríamos estar así todo el tiempo.
—Yo la tuve nueve meses en la tripa.
—Yo dije que iba a ser nena y le creíste al ginecólogo. —Me sacó la lengua.
—Yo le puse Mía.
—Pero tardaste tres días en ponérselo. —Pobre, a esta nena le paso de todo.
—No estuviste en el parto. —Le di en donde más le duele.
—Que mala eres… ya le pedí perdón a la nena. —Era muy gracioso ver como se ponía cada vez que le refregábamos por la cara su ausencia en el nacimiento de Mía.
—Te hago chistes, tontito… —Y estiré mi cabeza para darle un piquito. Él, por las dudas, le pidió perdón por centésima vez a su hija. Un portazo retumbó por toda la casa, Hayley había llegado bastante temprano de bailar. —Ya llegó tu otra hija ¿no la vas a saludar?
—Ella me cambió por el otro imbécil. —Se agachó un poquito para besar los cachetes a Mía porque estaba clarísimo que ella también estaba enamorada de su padre.
—¡Qué egoísta que eres! A parte ya terminó con Nico. —Me destapé, tanteé con los pies hasta encontrar las pantuflas y caminar hacia la habitación de la mayor. Harry me siguió luego de un “tienes razón” pero llevando en brazos a la menor. —Permiso… ¿Cómo te fue? —Pero al abrir la puerta nos encontramos con una Hayley asmática, recostada en la cama, llorando e inhalando su broncodilatador.
—Loquita… tranquila. —Harry ya se sentaba a su lado a acariciarle el pecho mientras yo abría su ventana y dejaba que el aire fluya. —¿Qué pasó?
—Lo vi a Nico… —Y tuvo que tomar mucho aire para seguir. —Con Celeste.
—¡No! ¡Que imbécil! —Era la primera vez que odiaba a mi ex – yerno de esa forma. Abracé a mi hija.
—Perdón… ¿pero Mía y yo somos los únicos dos que no entendemos? —Cayó en la cuenta. —Lo mato. ¿Te cambió por esa? ¡Te cambió por esa! —Y le tapé la boca para que no despierte a los gemelos. Aunque ellos podrían dormir con una murga tocando en sus oídos.
—¡Por Celeste! ¿Me entiendes? ¡Por Celeste! —Ni ella lo podía creer. —Tiene tantas chicas y me cambia por esa… —Del enfado se sacó los zapatos y los tiró contra el armario haciendo despertar a Pila, su perra, que dormía en su canasto.
—Son todos iguales… ¡todos cortados por la misma tijera! Te hacen el versito y después te dan en donde más te duele. —¡Qué identificada me sentía!
—Me parece que Mía y yo somos los únicos adultos en esta habitación. —Sinónimo de: la madre es más adolescente que su hija. —¿Por qué no hablas con él? —Que raro era ver a Harry queriendo reconciliar a su hija con el ex.
—¡Ay, no te hagas el adulto porque eres el peor! ¡Y lleva a dormir a la nena que tiene sueño! —Estaba bostezando hace media hora.
—No, es mía. La voy a tener a upa hasta que tenga dieciocho y no tiene sueño, tiene hambre.
—Bueno, dámela. La que tiene leche soy yo. — Y cuando la quise agarrar, Harry la levantó más a upa.
—¡Es mía! Yo le voy a dar de comer. —Lo vimos cruzar la puerta, escuchamos los pasos por la escalera y su voz diciéndole a Mía que el biberón era mejor que su mamá.
—¿Así era conmigo de pequeña? —Me acordé de Hayley.
—¿Ves por qué no quería tener otro hijo? Bueno, vamos a lo tuyo. Te lo hace a propósito, es obvio.
—¿Tú crees? —Era feo abrirle los ojos a mi hija.
—¡Sí! Sabe que tú sigues enamorada de él y te quiere poner celosa con la chica que más odias.
“—¿Cómo que dijo que estaba enamorado de mí? — No sabía si estaba soñando, si era realidad, si me quedé inconsciente y esto era el paraíso. ¿Harry enamorado de mí? ¡HARRY! El galán del colegio, el culpable de los suspiros de mis compañeras, el más chulito de sus amigos, el que está saliendo con Melina pero le mete los cuernos con otras tres y a la chica ni le interesa porque es Harry y es su novio. Nah… aunque… era el hermano de mi mejor amiga, el que me conoce desde chiquitita, el que me ayuda a estudiar, al que lo ayudo a estudiar porque nos devolvemos los favores… Harry…
—¡Despierta, Jade! ESTÁ ENAMORADO DE TI
—No, no, no. No entiendo. ¿Cómo lo sabes? —Y ya mordía la almohada de mi amiga de los nervios.
—Me lo confesó. —Ella saltaba por toda su habitación. Para Perrie era mejor que su cuñada sea su amiga antes que las tontas del colegio.
—¿Pero cómo te lo confesó? ¿Qué te dijo? Yo Harold Edward Styles estoy enamorado de Jade Amelia Thirlwall Badwi —E imité una voz gruesa. —Si te lo dijo así me desmayo aquí y me hago pis.
—No, tan obvio no me lo dijo pero me lo dio a entender. ¡Ay! ¡Mi amiga y mi hermano se aman! —Y se tiró sobre mí para expresar toda su felicidad. Lo que no sabía, en ese momento, era que Harry estaba escuchando detrás de la puerta.”
—Pero… ¿pero cómo sabes que Papi estaba escuchando todo? —Y Hayley ya estaba con su pijama mientras yo le quitaba su maquillaje corrido con un algodoncito con crema.
—Porque me lo dijo años después.
“—¿Así está bien? —Le mostraba a Perrie como me había pintado los ojos. Era su cumpleaños, esa noche estaba medio colegio invitado en la casa de los Styles y prometía ser inolvidable.
Bajamos las escaleras y caminamos hacia la cocina. Salude a su padre que hace rato había vuelto de trabajar. Conversamos un rato y tomé un plato de sándwich que me dejó Anne, la madre, para llevar al patio.
Crucé la puerta de chapa y bajé unos escalones para encontrarme con la música a mil, miles de chicos y a mi amiga en el medio de todos bailando como loca. Me acerqué a la mesa y lo vi sentado con sus amigos. Tome aire… una, dos, tres, en realidad tomé aire como diez veces. Planché con mis manos el vestido lila, acomodé mi pelo caminé por alrededor de la mesa de plástico blanca. Saludé a Niall, a Liam, a Zayn pero no, mi beso a Harry no llegó a destino porque cuando quise apoyar mis labios en su mejilla él se levantó como si se llevara al mundo por delante para tomar de la mano a Sabrina y no despegarse de ella en toda la noche.”
—¡Que imbécil! —Y Hayley ya estaba llorando otra vez porque no podía creer que su padre era igual que su ex. Me abrazó, aunque ese abrazo me hubiera servido años antes.
—No te preocupes ni por tu papá ni por Nico. Y si quieres llorar, llora.
Apagué la luz de su habitación y cerré su puerta para abrir la de los gemelos. Tapé a Bruno que estaba durmiendo con las sábanas en el suelo y saqué la iguana de al lado de Martín. Un día va a despertar sin un pedazo de oreja. Bajé las escaleras para dirigirme a la cocina pero me encontré a un Harry dormido en el sillón de nuestro nuevo salón con Mía recostada en su pecho y el biberón tirado sobre la alfombra. Lo desperté y le pedí que lleve a la nena a la cuna.
—Es Mía… —Me contestó somnoliento y se levantó para acostarse en nuestra cama con su hija de su lado. —y es mía…
N/A: Perdón Mía , no te había dado la bienvenida. Bienvenida a esta familia de locos.
Nos vemos mañana.
Selley xx.
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Instrucciones Bajo Cero | Jarry | {Book 2} {Adaptación}
FanfictionUn buen entretenimiento para tu hija adolescente que acaba de cortar con su novio es, sin duda alguna, como te enamoraste del tuyo. ©I do not own anything. Todos los derechos reservados a la autora. Esta novela NO está escrita por mi y no ha sido re...