Capítulo 5

9 2 3
                                    

Cuando me subió a su auto no evité mirar el tipo de auto que tenía y el modelo, estaba en el auto de mi sueños, ¿que era este tipo? ¿Mafioso?

Me puso el cinturón con cuidado de no lastimar mi herida, suspiré levemente, nuestros rostros quedaron a leve distancia cuando él dirigió su mirada hacia mis labios, me temblaron las piernas, no pude evitar girar mi rostro.

ㅡ¿Eres tímido ahora?

Sus palabras me hacían cada vez más sentirme apenado y muy vergonzoso, así que negué levemente pero no le dirigí la palabra, cerró la puerta y se subió, cuando arrancó pude dirigir mi vista hacia la ventana, la nieve chocaba con el vidrio y formaba leves figuras.

Lo miré, el mantenía su mano izquierda en el volante y la derecha en la palanca de cambios, admire que aun con una chaqueta podía verse jodidamente guapo.

Kakaroto tenía razón, soy un puto marica.

Llegamos a un edificio que estaba en el centro de la ciudad, supuse que era un restaurante o algo así de millonarios, yo era egresado de comercios internacionales, así que supongo el era aliado alguna de estas empresas, quizá hasta podría ser mi jefe.

ㅡPermíteme ayudarte a bajar... traje la silla de ruedas.

Negué antes de que saliera del auto, no podría permitir que todos me vieran como un hombre de traje me ayuda a bajar del auto como si yo fuera una princesa.

Cof, masculinidad frágil le llaman.

ㅡCreo que puedo caminar por mi mismo.

Musité cuando solté su mano, el me miró fijamente y asintió levemente, abrí la puerta pero el la cerró por mi nuevamente, negó.

ㅡYo te abro.

Maldición, justo lo que quiero evitar, este idiota me esta sacando canas verdes. El se bajó del auto y lo rodeó para abrirme la puerta, me extendió la mano, antes de poder herir mi orgullo, azote su mano con mi palma para levantarme con fuerza, lo cual me hizo tambalear, me sujeto del brazo y soltó una sonrisa un poco burlona.

ㅡNo me hagas quedar como un idiota, al menos aquí no.

Le murmuré, el asintió, cuando logré estabilizarme, camine a su lado, el cerró la puerta, empezamos a caminar en dirección al edificio frente nosotros, al menos era un rascacielos de unos 80 pisos.

Al entrar noté que era un restaurante pero en realidad era una suite presidencial. Lo miré un poco mientras nos llevaron de inmediato a una de las mesas VIP que había en la parte posterior, me ayudo a tomar asiento, sentía que con cada maldito paso mis costillas caían una encima de la otra.

ㅡ¿Que gustas comer? Pide sin compromiso, yo pagaré obviamente.

Miré el menú, el se sentó frente mío, mire el menú de nuevo y luego a el.

ㅡNi con todo le salario de un año de mi empleo lograría comprar ni el aperitivo de este restaurante... ¿eres algún tipo de mafioso?

El sonrió seguido el mesero entro dejando una botella de vino, dos copas y el aperitivo, que era algún tipo de comida italiana. Sonreí, ni siquiera había comido nada en casa.

ㅡPuedes comer si tienes hambre, adelante.

El mesero sirvió las copas de vino y se retiró, asentí levemente, otro mesero entró dispuesto a tomar nuestra orden.

ㅡ¿Que desean ordenar?

La pregunta del mesero me distrajo por completo, mire a Black un poco tímido, no conocía ningún tipo de comida costosa, el me señaló.

ㅡ¿Gustas algo?

ㅡElige por mi, por favor.

Él soltó una risa, tan... sofisticada, empezo a pedirle comida a el mesero que asintió y seguido se retiró, empecé a tomar comida de los aperitivos, la cual estaba deliciosa.

ㅡWow, jamás había comido algo igual... pero no has contestado mi pregunta.

Reclame al llevar la comida a mi boca y verlo fijamente mientras comía. El recargo sus codos en la mesa y sus manos iban a su mandíbula, recargando su rostro en sus manos, regalándome una sonrisa.

ㅡSoy dueño de varias franquicias, entre ellas, esta.

La comida que iba pasando justo por mi garganta decidió irse al lado equivocado, lo que provocó que raspara mi garganta, el sonrió levemente, lo miré impresionado y seguido me atreví a preguntar.

ㅡ¿Que franquicias, cuáles son esas?

Cuando me nombro el nombre de la empresa donde actualmente era gerente de edificio, me hizo tener un retortijón, ¿había vendido su alma al diablo o por que era tan rico?

ㅡ... No me digas que trabajas para mi.

Ni siquiera sentí eso como una pregunta, este idiota sabe que trabajo para el, sonreí tímido cuando la comida llego, tome mi copa de vino y le di un sorbo, el mesero se encargó de rellenar, mire la mesa, había pescado, caviar, langosta y comidas extrañas.

ㅡWow, ¡jamás había comido así de rico!

Exclamé mientras sobaba mi barriga, bien dicen que barriga llena corazón contento, yo amaba comer, sinceramente, él apenas llevaba la mitad de su caviar, le tomo a su copa y seguido nos miramos.

Su mano fue hacia mi mentón, limpiando con su dedo mi labio inferior, lo que me hizo ponerme sumamente rojo, el sonrió y se limpió la mano.

ㅡSucio.

A punto de ofenderme y empezar a maldecir, sus palabras interrumpieron mi maldición.

ㅡPero lindo.

No entendía absolutamente nada, ¿soy sucio pero soy lindo?

Antes de ti, después de ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora