Capítulo 6

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La noche había caído. La cena ya estaba concluida y creo que estaba un poco ebrio ahora, me sentía mareado y un poco fuera de mi zona de confort.

Pero estaba con Black, habíamos hablado tan profundo que sentía como si fuera un amigo personal, ese amigo al que le habías confiado tu juguete favorito después de mudarte y 15 años después nos reencontrábamos y te dabas cuenta que aún cuidaba de ese juguete.

No dije absolutamente nada cuando me recostó en su cama, estabamos en una suite presidencial, sentí rápidamente como me quitaba los zapatos y me ayudaba a quitarme la ropa, mis mejillas estaban tan acaloradas que sentí que iba a desmayarme.

ㅡVegeta... ¿quieres tomar un baño?

Me cuestiono para seguido sentir como bajaba mis bóxers, negué rápidamente al sujetar su mano que ya estaba tomando el resorte de los mismos, el sonrió suavemente.

ㅡIdiota, soy virgen, no estoy listo.

Cuando esas palabras salieron de mi boca inmediatamente sentí una bofetada interna, maldito alcohol, me hace decir estupideces.

ㅡNo voy a tener sexo contigo, ingenuo.

Sabia que de alguna manera no estaba tan equivocado con el, al menos me dejaba tranquilo saber que no era un abusador sexual o algo por el estilo, cuando solté mis bóxers el los bajo, recargue mis manos en la cama para levantarme un poco, mi maldito miembro estaba erecto, me mordí la mejilla internamente para castigarme a mi mismo.

Mis ojos fueron rápidamente buscando su mirada, el cual estaba mirando mi miembro, mis piernas temblaron inmediatamente, me sentía obviamente muy avergonzado.

ㅡAl parecer el único que quiere tener copular aquí, eres tú Vegeta.

Mis mejillas ardieron a más no poder, tome la toalla que estaba encima de la cómoda a un costado de la cama, y me tapé, me levante rápidamente pero el alcohol en mis venas me hizo recordar que estaba ebrio, sin un poco de capacidad para mantenerme de pie.

Sus manos tomaron mis brazos y la toalla cayó a mis pies, seguido me sujeto de la cintura un poco bajo de mis costillas para no hacerme daño, de alguna forma me termino cargando para llevarme a el que parecía ser el baño, recostándome en la tina con tanto cuidado.

ㅡ¿Por qué te haces cargo de mi? Ni siquiera nos conocemos...

Le murmuré con un poco de timidez y calma, algo dentro de mi me hacía sentir un vínculo con el, cuando sentí el agua que empezaba a tocar en mis pies cuando abrió la llave, la tina empezó a llenarse, seguido el se quitó la ropa quedando en bóxer.

Lo admire mientras tomaba una esponja y se disponía a empezar a bañarme, tomo mi mano y empezó a lavarme con tanto cuidado, ¿era posible ser así de amable?

ㅡA veces sueles hablar demasiado, ¿Sabías?

Su pregunta me hizo verlo a los ojos, sonreí un poco de costado para recargar mi cabeza en la parte posterior de la tina, sentí pasar la esponja sobre mi pecho, llegando hasta mi cuello, un escalofrío recorrió mi columna vertebral cuando sus dedos fueron detrás de mis orejas, haciéndome encogerme en hombros, el sonrió de forma burlona.

ㅡSoy cosquilloso, lo siento.

Murmuré, tome su mano seguido ponerla en mi pecho, el me miró con curiosidad, su ceño fruncido impedía ver las largas pestañas que tenía, sus ojos oscuros me hicieron sentir totalmente suyo.

No hay manera de que estuviera obsesionado con alguien que aun ni siquiera conocía ni la mitad de el.

ㅡMírate... puedo sentir que estás rogando por tenerme ahí dentro.

Baje la mirada, el agua apenas con algunas burbujas apenas estaba a la mitad de mi miembro, suspire un poco estresado, mi cuerpo estaba reaccionando de manera diferente a él, estoy seguro que es el alcohol, no hay manera... de que me guste un hombre.

ㅡNo digas tonterías...

Le conteste al momento de hundirme en el agua, necesitaba mojar mis ideas, cuando salí, el me recorrió con su mirada, tenía una mirada perturbadoramente atractiva.

ㅡ¿Estás listo para salir?

Me cuestionó suavemente al darme un pequeño toque en la nariz, el cabello que caía sobre mi frente no me permitió ver ese movimiento, asentí un poco mientras me retiraba el cabello de el rostro.

Me ayudo a levantarme, metiendo sus manos entre mis brazos y levantándome sin fuerza alguna, seguido me cargo para llevarme a el cuarto, lo miré mientras mis brazos rodeaban su cuerpo, el alcohol me hizo recostar mi cabeza en su pecho, suspire levemente.

Esperaba sinceramente mañana no recordar nada de esto.

Cuando me dejó en la cama, me permití sentarme, el empezó a secar mi cabello con una toalla, lo que me hizo relajarme demasiado, seguido se levanto y se dirigió al baño.

Cuando me quede solo, pude terminar de secar mis extremidades, me levante un poco para poner la toalla al rededor de mi cintura, camine suavemente hacia el ventanal, la ciudad lucía increíble desde este edificio, estábamos tan alto que las nubes estaban a los costados de el mismo.

Cuando sentí unas manos heladas en mi cintura sentí como si mis piernas se convirtieran en gelatina. Gire un poco mi rostro para verlo, el agua escurría por su cabello, tenía la cara levemente roja y el cuerpo húmedo.

Me di la vuelta para abrazarlo por los hombros, no podía evitarlo, mañana culparía al alcohol y me permitiría a mi mismo mandar todo al carajo.

ㅡNo soy un hombre que quiere algo serio...

Su murmullo me hizo asentir rápidamente, lo miré a los ojos, tenía la mirada cálida y muy tranquila, suponía que para él esto era un simple encuentro más.

ㅡNo lo se, quizá eso lo puedas decidir después.

Respondí para seguido  acercar mis labios a los de el, un beso apasionado empezó entre ambos,  rápidamente me olvidé de mi agudo dolor de costillas cuando me tomo de las piernas, cargándome hasta la cama, me recostó suavemente para poner mis piernas en su cintura, un beso más profundo empezó entre nosotros cuando su lengua empezó a invadir mi cavidad bucal.

Sentí las piernas temblarme cuando su mano tomó mi miembro por debajo de la toalla, la cual desató y empezó a masturbarme, mis manos sujetando su mejilla y la otra tomando su húmedo cabello, cuando sentí un segundo miembro, me separé del beso para ver en dirección a nuestros penes, su pene doblaba el tamaño del mío y eso que yo no era una miseria para ser honestos, temblé un poco, cuando lo miré de nuevo, su mano ayudaba a su boca a abrir una botella de lubricante.

Hijo de puta, ¿a cuántos hombres has traído aquí?

Antes de ti, después de ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora