Capítulo 2: Rupturas Decisivas

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La mañana en Konoha trajo consigo una atmósfera tensa y cargada. Los primeros rayos del sol apenas se asomaban, pero Naruto Uzumaki ya estaba despierto. No había podido dormir bien en toda la noche, con la traición de Hinata y Sasuke rondando constantemente en su mente. Sakura había sido un gran apoyo, pero ahora llegaba el momento de enfrentar la dura realidad y tomar decisiones difíciles.

Naruto se levantó del sofá en el que había dormido y se dirigió a la cocina, donde Sakura ya estaba preparando el desayuno para los niños. Al verlo, le dedicó una sonrisa tranquilizadora, aunque ambos sabían que el día sería complicado.

—¿Listo? —preguntó Sakura, su voz suave pero firme.

Naruto asintió. —Sí, es hora de enfrentar esto.

Después de desayunar en silencio, Naruto dejó a Boruto y Himawari con Sakura. Luego, salió de la casa con paso decidido hacia su hogar, la que había sido su refugio y ahora se sentía como un campo de batalla. Al llegar, tomó un respiro profundo antes de entrar.

Encontró a Hinata en la cocina, sus ojos reflejando una mezcla de culpa y tristeza. Al verlo, intentó sonreír, pero la expresión en el rostro de Naruto le hizo entender que no habría reconciliación fácil.

—Naruto... —comenzó Hinata, pero él la interrumpió levantando una mano.

—Tenemos que hablar, Hinata —dijo, su voz fría y controlada.

Hinata asintió y lo siguió hasta la sala. Naruto se sentó frente a ella, buscando las palabras correctas para expresar lo que sentía.

—Lo que vi anoche... no puedo perdonarlo —comenzó, su voz temblando ligeramente—. Pensé que nuestro matrimonio era fuerte, que podíamos superar cualquier cosa. Pero esto... —hizo una pausa, buscando en sus ojos alguna señal de comprensión—. Hinata, quiero el divorcio.

Las palabras colgaron en el aire, pesadas y definitivas. Hinata se llevó una mano a la boca, sus ojos llenándose de lágrimas.

—Naruto, por favor... déjame explicarte. Fue un error, un momento de debilidad... —su voz se quebró.

—No hay explicación que pueda arreglar esto, Hinata. No después de lo que vi. —Naruto sacudió la cabeza—. Quiero que nuestros hijos estén bien, y eso significa que no podemos seguir juntos después de esto.

Hinata sollozó, pero no había más que decir. Naruto se levantó y salió de la casa, sintiendo que una carga pesada caía de sus hombros. Sabía que había tomado la decisión correcta, aunque eso no hacía que el dolor fuera menor.

Mientras tanto, en la otra parte de la aldea, Sakura estaba preparada para su propia confrontación. Había enviado un mensaje a Sasuke, pidiéndole que regresara a casa para hablar. Sasuke llegó poco después, su expresión seria y reservada como siempre.

—Sakura, ¿qué sucede? —preguntó Sasuke al entrar.

Sakura lo miró con una mezcla de dolor y determinación. —Sasuke, sabemos qué sucede. Anoche, Naruto encontró a Hinata y a ti juntos. No hay manera de suavizar esto.

Sasuke guardó silencio, su mirada fija en ella, sin mostrar emociones. Sakura continuó, su voz temblando ligeramente.

—Pensé que habíamos construido algo fuerte, que nuestra relación podía superar cualquier cosa. Pero esto es una traición que no puedo perdonar. No solo a mí, sino a nuestra familia, a Sarada. —Respiró hondo, intentando mantener la calma—. Quiero el divorcio, Sasuke.

Sasuke cerró los ojos por un momento, asimilando sus palabras. Cuando los abrió de nuevo, su mirada era más suave, aunque aún impenetrable.

—Sakura, lamento haber causado tanto dolor. Pero si es lo que deseas, lo acepto. —Su voz era baja, casi un susurro.

Sakura asintió, sintiendo que su corazón se rompía un poco más. Había tomado una decisión difícil, pero necesaria. Necesitaba proteger a su hija y a sí misma de más dolor.

—Gracias por entender —dijo finalmente.

Sasuke se giró y salió de la casa, dejándola sola en la sala. Sakura dejó escapar un suspiro profundo, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también sabía que había tomado la decisión correcta.

Más tarde, Naruto regresó a la casa de Sakura. Al verlo, ella le ofreció una sonrisa triste pero comprensiva.

—¿Todo bien? —preguntó él.

—Sí, le pedí el divorcio a Sasuke. —Sakura hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Esto no será fácil, pero lo superaremos juntos.

Naruto asintió, agradecido por tener a alguien en quien confiar en estos momentos difíciles. Se sentaron juntos en la sala, en silencio, pero con una nueva determinación de reconstruir sus vidas y ofrecer a sus hijos un futuro más brillante y lleno de esperanza.

Narusaku una traición con recuperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora