Capítulo 3: Un Nuevo Comienzo

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La vida en Konoha comenzó a encontrar su curso nuevamente después de las dolorosas revelaciones y decisiones. Naruto y Sakura, ahora libres de sus respectivos matrimonios fallidos, se centraron en sus hijos y en sus responsabilidades. Sin embargo, algo nuevo y sutil comenzó a florecer entre ellos, una chispa que ninguno de los dos había anticipado.

Los días pasaron y la rutina se instaló. Naruto y Sakura, cada vez más unidos por el apoyo mutuo y las experiencias compartidas, comenzaron a pasar más tiempo juntos. No solo se ayudaban con los niños y las tareas diarias, sino que también empezaron a disfrutar de la compañía del otro de una manera que nunca habían hecho antes.

Una tarde, mientras Naruto y Sakura tomaban un descanso en la casa de ella, Sarada y Boruto observaban desde la sala. Los niños habían notado el cambio en la dinámica entre sus padres y querían ayudarlos a reconocer lo que ellos ya veían claramente.

—Sarada, creo que papá y Sakura deberían estar juntos —dijo Boruto, mirando a su amiga con determinación.

—Sí, pero son un poco torpes para darse cuenta solos —respondió Sarada, con una sonrisa cómplice—. Tenemos que ayudarles.

Los dos se apartaron para trazar un plan. Sabían que sus padres necesitaban un pequeño empujón para darse cuenta de sus sentimientos. Boruto sugirió organizar una cena especial para ellos, algo que los hiciera ver lo bien que se complementaban.

Esa noche, mientras Naruto y Sakura estaban ocupados con sus tareas, Sarada y Boruto pusieron en marcha su plan. Prepararon una cena sencilla pero especial, decoraron la mesa con velas y flores, y escribieron notas de agradecimiento por todo lo que habían hecho por ellos.

—¿Qué es todo esto? —preguntó Sakura al entrar en la sala y ver la mesa decorada.

—Queremos agradecerles por todo lo que han hecho por nosotros —dijo Sarada, tratando de sonar casual—. Así que preparen algo especial para ustedes dos. Boruto y yo nos encargamos de todo.

Naruto miró a los niños, conmovido por el gesto. —Gracias, chicos. Esto es muy amable de su parte.

—¡Sí, gracias! —añadió Sakura, sonriendo con calidez.

Los niños se retiraron a otra habitación, dejando a Naruto y Sakura solos en la mesa. La cena transcurrió en una atmósfera relajada y agradable, con conversaciones que fluían fácilmente entre ellos. A medida que avanzaba la noche, las risas y las miradas compartidas se volvieron más significativas.

Después de la cena, Naruto y Sakura se sentaron en el sofá, aún disfrutando de la compañía del otro. Había una sensación palpable en el aire, una tensión dulce que ninguno de los dos podía ignorar.

—Naruto, quería agradecerte por todo el apoyo que me has dado —dijo Sakura, rompiendo el silencio—. No sé cómo hubiera podido manejar todo esto sin ti.

Naruto la miró, sus ojos reflejando una calidez que ella no había visto antes. —Sakura, tú has sido mi roca en estos tiempos difíciles. No podría haberlo hecho sin ti tampoco.

Hubo un momento de silencio, lleno de significado. Naruto tomó una decisión. Se levantó y caminó hacia la ventana, mirando hacia afuera antes de volverse hacia ella.

—Sakura, hay algo que quiero decirte. —Su voz era seria, pero sus ojos brillaban con determinación.

Sakura sintió que su corazón comenzaba a latir más rápido. —¿Qué es, Naruto?

—Desde que todo esto comenzó, he sentido algo nuevo entre nosotros. Algo que nunca antes había sentido. —Naruto hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Me doy cuenta de que me estoy enamorando de ti, Sakura.

Las palabras de Naruto llenaron la habitación con una emoción palpable. Sakura se levantó lentamente, caminando hacia él. Sus ojos se encontraron y, en ese momento, todo encajó.

—Naruto, yo también he estado sintiendo lo mismo. —Su voz era suave, pero firme—. Creo que siempre hemos tenido un vínculo especial, pero ahora es algo más.

Naruto dio un paso más cerca, tomando sus manos. —Entonces, ¿qué dices? ¿Podemos darle una oportunidad a esto?

Sakura sonrió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad. —Sí, Naruto. Quiero intentarlo.

En ese momento, Sarada y Boruto, que habían estado observando discretamente desde la otra habitación, compartieron una sonrisa de satisfacción. Su plan había funcionado.

Naruto y Sakura se abrazaron, sellando su nueva relación con una promesa silenciosa de apoyo y amor. Sabían que el camino por delante no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos, con la esperanza de un nuevo comienzo.

Narusaku una traición con recuperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora