Capítulo Extra.

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Bueno, ya saben, cada que aparezca esta señal: "* * *" hay obscenidad sin trama hasta la siguiente señal idéntica. En este capítulo hay dos interrupciones de ese tipo, porque estos chicos no pueden mantenerlo en sus pantalones jajaja

¡Aquí se revelará a la pareja del siguiente libro!! Así que atentos y disfruten.

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* * *

—¿Están demasiado apretadas?

Jisung giró sus muñecas, mirando hacia donde sus manos estaban atadas y ancladas a la cama con cordón negro de seda.

—No, creo que está bien.

Minho caminó a los pies de la cama.

—¿Pies?

Jisung repitió el proceso con los tobillos, la cuerda era una suave caricia contra su piel.

—Estamos bien.

Ser atado por Minho era el pasatiempo favorito de Jisung. Lo hacían a menudo. Minho nunca se cansó de mantener a Jisung rehén, y él nunca se cansó de Minho en el papel de depredador.

Era sexy cualquier día, sin siquiera intentarlo, pero nunca tanto como cuando estaba sin camisa, pantalones de chándal colgando de sus caderas, su mirada rastreando cada movimiento, no importa cuán diminuto. Sí, eso atraía a Jisung.

No era frecuente que Minho lo quisiera de espaldas así. Por lo general, estaba boca abajo, completamente ajeno a lo que vendría después.

Pero esto era mejor -o tal vez un poco peor-. Así, Jisung podía ver a Minho abrir su caja de juguetes, podía verlo sosteniendo vibradores, látigos, floggers¹, examinando cada elemento como si estuviera eligiendo su arma.

Cuando vio a Jisung mirándolo, sacó algo de la caja y cruzó la habitación, tirando del material suave sobre la cabeza de Jisung. Una máscara de ojos negra y gruesa. La tela era suave con su piel, pero lo dejó totalmente ciego.

—Eso está mejor. —dijo Minho, con tono presumido.

La polla dura de Jisung palpitaba.

—Minho…

Minho capturó sus labios en un beso sucio, empujando su lengua adentro antes de que la cama se hundiera y Minho desapareciera una vez más.

Esta era la parte más difícil. La espera. A veces, estaba seguro de que Minho se iba y se hacía un sándwich o algo, dejando a Jisung esperar y preguntarse y preocuparse si tal vez esta vez no regresaría. Atado y ciego, el tiempo parecía gotear como melaza.

A Minho le gustaba hacerlo esperar, poniéndolo nervioso. Él dijo que el miedo y la energía nerviosa de Jisung eran intoxicantes.

Y la forma en que Minho trataba de enterrarse en el aroma de Jisung hizo que se preguntara si el depredador en Minho realmente podía oler su angustia.

Desquiciado || MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora