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La mañana llegó, Hyeon sabía que hoy iba a ser un dia cansado, hoy es fin de semana y sabe que estos días la personas transcurren más su cafetería para pasar el tiempo.

Se levantó y se coloco las pantuflas y camino a la sala viendo a un viejo omega sentado en una silla de ruedas mientras miraba la television.

—Buen día abuelo.

El omega mayor volteo a ver a su nieto y una radiante sonrisa se formó en su rostro.

—Mi dulce junjun, ven aquí.

El alfa caminó hasta el omega mayor para arrodillarse y poder abrazarlo con tranquilidad.

—Quieres que te prepare el desayuno?

Pregunto el alfa mientras sonreía de manera tierna a su abuelo.

—Claro, que te parece hoy hacer unas tostadas deliciosas como las que tu preparas.

El alfa asintió y se dirigio a la cocina, empezó a sacar el pan, la mantequilla y el queso.

Empezó a calentar el tostador para poder preparar la comida, luego segundos después coloco el pan dentro de la tostadora y espero.

Luego saco el pan y colocó el queso sobre el pan, este se derretia por el calor del pan.

Sirvio un plato con tres tostadas y al lado una taza de té verde.

—Abuelo, ya esta listo.

El omega mayor con su silla de ruedas de hizo en la mesa para mirar con gusto la comida.

—Seguro que esta delicioso como siempre mi niño.

Hyeon sonrió de manera leve, amaba a su abuelo es la única familia que tiene.

—Provecho abuelo.

Ambos empezaron con su comida mañanera.

(....)

Mientras en otra parte.

Se encontraba el alfa buscando en su ropero unas prendas que le fueran útiles para el día de hoy, no debía verse como empresario, debía verse como alguien decente y regular.

En pocas palabras piensa que debe vestirse como pobre.

—Bien creo que con esto va a bastar para pasar desapercibido.

Empezó a vestirse con tranquilidad y luego se amarró el cabello en una coleta como lo hace todos los dias.

Abrió la puerta de su habitación y bajó las escaleras para ver a sus padres en la sala jugando cartas.

—Einen schönen Tag.

Ambos miraron al alfa y sonrieron para devolverle el saludo al alfa.

—Einen schönen Tag.

Dijiseron al unísono ambos.

El alfa se acercó a sus padres para dejarles un abrazo y un beso en sus frentes.

—Tengo que algo que hacer hoy, tal vez no llegué a cenar.

Ambos asintieron y vieron a su hijo irse, este subió al auto y le dio una dirección al chófer.

El viaje no fue ni muy corto y tampoco muy largo.

—Ya llegamos señor.

Hablo el chófer mientras acomodaba el espejo para poder mirar al alfa.

—Bien, vete yo te llamare cuando tengas que venir por mi ok?

El chófer entendió y le abrió la puerta del auto al alfa.

El Precio De La Maldad [omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora