El Precio De La Maldad [omegaverse]

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El alfa peli blanco se levantó de su cama con una gran sonrisa radiante, ayer fue en puto mejor día de su vida acaso el mundo podía ser tan maravilloso?

Bueno quien sabe, se levantó de su cama para dirigirse a la ducha, tomó sus prendas y entró para alrededor de 15 min salir ya preparado.

Bajo las escaleras manteniendo la misma sonrisa, miró a su madre y la abrazo sosteniendola sobre el aire.

—¡Wow! Cariño,¿ y eso que este de tan buen humor?

El alfa solo volvió a sonreír y depositar un dulce beso en la frente de su madre.

—¿Acaso no puedo estar feliz?

La mujer negó y acarició la mejilla de su hijo con dulzura para señalar la sala.

—Tu padre esta ahí, saludalo cielo.

El alfa asintió y se dirigio a la sala viendo ahí al alfa mayor viendo al parecer un partidos de fútbol al parecer era Alemania contra Corea, Corea iba ganando.

—Einen schönen Tag.

Habló mirando a su padre para sentarse a su lado, el alfa mayor sonrió para mirar a su hijo y darle una palmadas en su hombro.

—¿Vaya y esa sonrisa tan radiante?

El alfa rió para mirar el partido junto a su padre antes de ir a su lugar favorito.

—Vaya, ¿corea va ganando?

El alfa mayor gruño asintiendo.

—Así es, esos malditos idiotas nos están partiendo el culo.

Una risa fue liberada por el alfa heterocromatico quien solo veía a su padre enojado por el partido, pero era un enojo en berrinche nunca a visto a su padre enojado, el no es una persona de temperamento duro, la persona de ese temperamento así es su madre.

—Bueno papá espero y ganemos, debo irme tengo asuntos en la compañía.

El alfa mayor asintió y miro a su hijo irse por la puerta, el día de hoy estaba más alegre de lo normal?

Bueno quien sabe.

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El alfa iba ansioso de poder ir a la cafetería y ver al dulce alfa atendiendo.

Miró la calle y sabía que habían llegado y bajo sin desvanecer su sonrisa ni un segundo, o bueno eso se veía hasta que esa hermosa sonrisa se desvaneció al ver el rótulo de "cerrado"

Eso no era normal, el local era abierto desde las 6 am y ya eran las 9...

Frunció el ceño de manera leve, esto no le gustó para nada.

Si dudarlo dio la orden de investigar bien donde esta ese alfa qué le sacaba tantos suspiros, acaso estaba cansado por el día de ayer?

Una sonrisa se extendió por su rostro al recordar aquella escena, el embistiendolo mientras el otro alfa jadeaba y gemia, fue incluso mejor de lo que imaginó.

Soltó un suave gruñido al ver nuevamente el letrero de "cerrado" y se subió al auto azotando la puerta con fuerza.

—Llévame a la empresa, apenas el local abra me llamas y preparas el auto de inmediato me oíste?.

El beta de cabellos grises asintió con la cabeza y miró como su jefe se retiraba.

Mientras el alfa miraba con frustración su teléfono, ya es muy tarde demasiado tarde y el alfa no abrió su local, eso es extraño por que siempre está pendiente cuando esté mismo se levanta muy temprano a preparar todo para abrir.