El Precio De La Maldad [omegaverse]

3

Ya había pasado casi un mes desde que tuvo su encuentro con el alfa, y desde ese día iba todos los días a comer a su cafetería.

Ahí se encontraba el comiendo lo que comía de costumbre, pie de limón.

Siguió en su labor de comer tranquilo, mientras su mirada seguía al alfa qué iba de un lado a otro limpiando o arreglando el lugar.

Incluso cuando trabajaba se veía tan majestuoso y hermoso.

Terminó de comer para levantarse e ir a pagar, su parte favorita de ir a comer ahí era que siempre podía hablar con el alfa aunque fuera un par de palabras.

—좋은 하루. (Buen día)

Dijo el alfa menor mientras iba al mostrador para recibir el dinero.

El alfa no le entendió que dijo, su expresión era de confusión.

El alfa menor rápidamente entendió y se disculpo mientras sus mejillas se ponían rojas de la vergüenza.

—¡Lo siento mucho! A sido mi culpa perdón, es que estoy algo distraído y aveces olvido que la gente no me entiende en coreano.

Jakob nada dijo solo se dio la tarea de sonreirle a hyeon con dulzura, ver esa expresión del alfa con sus mejillas rojas le calentó el corazón, y otra cosa.

—No te preocupes también me suele suceder, solo que con el alemán.

El alfa menor lo miro mientras sonreía de manera tierna, de verdad que este tipo era tan comprensivo y además venía todos los días a su cafetería.

Eso le gustó.

—Ya veo, me alegro que no se enojara, usted me agrada mucho.

Eso fue todo, ahora que el estaba algo rojo era el alfa mayor, la verdad es que su piel no le ayudaba a disimular muy bien sus penas o sonrojo.

Y eso no pasó desapercibido por hyeon quien le volvió a sonreír y le dijo en un tono burlon.

—Parece un pequeño tomate.

El alfa menor sonrió de forma leve, pero en sus mejillas seguía notable el sonrojo leve.

Eso mató al alfa mayor, esa hermosa imagen le pareció magestuosa, como era un alfa tan perfecto?

Bueno quien sabe pero lo unico que si sabe es que este hombre será su esposo.

—Se que es algo atrevido de mi parte pero...me podrías dar tu número de celular?

Estaba decidido y era claro que este mismo no se iba a negar a dárselo con solo verse cualquiera notaria que es alguien guapo, majestuoso y fascinante.

—disculpe pero no.

Esas palabras lo dejaron pensando un poco, ¿acaso lo acaban de rechazar?

Seguro que escucho mal.

—Disculpa, que dijiste?

Su tono de voz dulce y amable cambio a uno algo serio y confuso.

El alfa menor cambio su semblante tranquilo a uno de duda y sin pelos en la lengua volvió a decir.

—Qué no gracias.

Ahora de verdad que estaba molesto, a él nunca lo rechazan y esta vez no iba a ser la excepción.

—¿Por que no?

Pregunto un poco más intrigado a lo que diría el pequeño alfa.

—Por que no quiero salir con nadie.