Misión secreta! Fresas!🍓| MarcosxSebastián

Capitulo 4:"Promesa entre dos niños.🍓"

Solo.

Estaba solo y en un extraño lugar desolado, un caótico lugar azul y pesado... un océano era acaso?

No podía hablar y lo único que podía servirle en ese momento era su visión. Alrededor solo podía ver miles de imágenes cortadas cada una con una grave violencia. Parecían cada una de ellas un rompecabezas.

—Ustedes tienen fresas?— Una voz lejana, muy lejana escuchó. ¿La voz de un niño en medio del océano?

—Uh hace mucho calor. Creo que por eso no las tenemos. Pero aquí si las hay y son muy ricas!

Otro niño. Era confuso y extraño. Tenía una opresión en su corazón.

—Si? Evelyn dice que no tienen lo que nosostros tenemos porque no lo merecen! Yo no creo que sea así! Tu eres muy bueno Marcos!

¿Qué hacía Marcos allí? Todo le era confuso a Sebastián.

Nunca conoció a Marcos de niños. No lo recordaba al menos y eso que los angeles tienen una buena memoria.

—Muchos piensan mal de mi... Solo por mis cuernos y cola , también por donde vivo.

Vió la imagen de un niño de cabello rojizo y pequeños cuernos y una larga cola de corazón invertidos con la suave expresión de preocupación y tristeza. ¿Ese era Marcos de pequeño?

—Yo no. Y por eso estaremos juntos! Sin que nos importe la opinión de los demás! Solo importa la nuestra! Promesa?— El pequeño Sebastián mostró su dedo meñique a el demonio que en reacción se ruborizó un poco. Ambos niños juntaron sus meñiques en señal de promesa. Una promesa de dos niños inocentes y puros.

Sebastián sintió pesar en su corazón, unos delicados piquetes que parecían atravesar su corazón. Intento hablar, pero con simpleza parecía no poder hacerlo aún. Al hacerlo pequeñas burbujas salían de su boca más no palabras.

—Promesa, estaremos juntos sin importar que!— los dos sonrieron a la par, Sebastián estaba conmocionado por el recuerdo.

Un grito femenino interrumpió el momento embellecedor de ambos, Evelyn grito llamando a Sebastián.

—Sebastián! Ven ya y deja a ese demonio!— El enojo fue claro, a Evelyn no le gustan los demonios.

—Si, ya voy hermana! Tu ve con Lilith! Te aseguro que nuestra promesa perdurará! Esa palabra me la enseñaron ayer pero me gusta!

Separaron sus meñiques y se miraron fijamente antes de que Sebastián se fuera corriendo y con las alas levantadas en dirección a su hogar.

—Sebastián!!—Otro grito de Evelyn claramente más irritada por Marcos o simplemente por su existir.

—Adios, Sebastián!— Le grito el pequeño Marcos con todo el aire que le cabía en sus pequeños pulmones.

—Adios, Marcos!

El pequeño Sebastián se volteo a su dirección y corriendo le dió un fuerte abrazo que causa la caída de ambos a el césped. Lo último que pudo oir y ver fue a ambos niños riendo y abrazados con un claro cariño y pura nobleza.

Y todo se nublo. Un extraño trance del que despertó agitado y cubierto de sudor. Miro a sus alrededores... nada ni nadie estaba ,solo la oscuridad de la noche cambiando a un bello amanecer.

—Que confuso.

Y no para más, quería gritar o llorar. O simplemente quedarse viendo como el sol reemplazaba a la luna dando lugar a el amanecer.