Capitulo 9: Sorpresa Del Destino

200 38 2
                                    

Una semana después

Nunew estaba terminando de almorzar en el jardín con la mirada algo perdida, desde ese día no habia vuelto a ver a Zee, por más que mando a vigilar su casa, nunca fue a dormir allí. Era como si se estuviera ocultando para que no le encontrara y su paciencia se estaba agotando, era imposible que pudiera conseguir ese dinero en tres semanas, cuando les costó pagar la deuda por si solos. Una de las empleadas anuncio que Zee habia llegado y Nunew ni se giró para verlo hasta que levanto la vista al ver que tomaba asiento en frente. Se veía tan relajado y fresco que tuvo curiosidad por preguntar dónde estuvo, pero se mordió la lengua y se quedó callado. Zee saco un cheque del bolsillo de su chaqueta y se lo acerco a Nunew que lo abrió con cuidado mirando la cantidad exacta de los diez millones de Baht y la firma a quien pertenecía.

— ¿Te acostaste con mi primo para que te diera esta cantidad de dinero en menos de tres semanas? —grito a todo pulmón arrugando el papel en sus manos con rabia ¿De verdad vendiste tu cuerpo Zee?

—No importa lo que yo haya hecho, lo importante es que nuestra deuda ya está pagada y tú no tienes nada que hacer en nuestras vidas — demando con frialdad levantándose para marcharse de allí.

Nunew le tiro el cheque arrugado a la cara con odio, si pensaba que lo iba a dejar tan fácil estaba muy equivocado. Nada iba acabar hasta que él no lo decidiera.

—¿En serio piensas que yo necesito este dinero? todo lo que hice fue por ti Zee. Solo le dije esas palabras a mi tía para que no me preguntara cosas sobre ti. Realmente me gustas y quiero que nos demos una oportunidad como dos personas normales. — dijo con voz calmada tratando de acercarse a Zee pero este mantuvo una distancia apropiada

Ya no lo podía ver como lo hacía antes, pensó que podría enamorarse de Nunew, ser feliz a su lado. Pero ese hombre era como un tsunami, los destruiría a todos, él no era esa persona que iba a derretir el corazón frio de Nunew. Esa mujer se equivocó de persona y tampoco creía en sus palabras.

—Yo nunca podría estar con una persona como tú — declaro sin ningún tacto, haciendo mella esas palabras en el corazón de Nunew — cumple tu trato y no te atrevas a meterte con mi familia chawarin.

Nunew lo observo alejarse con pasos apresurados y su corazón sintió una leve punzada al recrear las similares palabras de Zee ese día. Una lagrima se deslizo por su mejilla que se limpió con rapidez y con un suspiro saco su celular, enviándole un mensaje a Arthit. Necesitaba que volviera con la hermana de Zee. Si pensaba que se iba a librar tan fácil de él. Se iba a llevar una gran sorpresa.

Zee salió de la residencia a toda prisa sin mirar atrás ni por un segundo. Si lo hacía sentía que iba a volver a buscar a Nunew y eso ya habia quedado atrás. Ese día le pidió a unos amigos a salir a tomar unas copas para distraer sus pensamientos que no lo dejaban en paz. Con lo que no contaba era que se iba a meter en una pelea fuera de un club reconocido donde no entraban personas como él y salvaría al primo de Nunew de que casi lo mataran esos hombres. Esa noche tuvo que hacer de niñera en el apartamento de lujo de ese hombre y curar las heridas que tenía en su cara. Ya se habían visto en la boda de su hermana y hablaron un poco sin embargo la mañana siguiente le sorprendió su propuesta. Dejar de trabajar para su primo y volverse su guardaespaldas ya que sabía defensa personal. A cambio le iba a pagar diez millones de baht para que aceptara.

Era mucho dinero para volverse su defensor en situaciones como la noche anterior. Pero para hacer sincero no creía conseguir ese dinero en tres semanas y se volvería la burla de Nunew si no lo conseguía. Así que decidió aceptar la propuesta para restregarle a la cara a Nunew que si lo pudo lograr. Chai le pidió que se quedara con él en ese inmenso apartamento y le entrego las llaves de un auto para que se pudiera movilizar cada vez que quisiera. No iba a ver nada entre los dos; eso si se lo dejo muy claro. Seguiría con su vida y se olvidaría de Nunew chawarin.

Dos semanas después.

El hombre que Nunew le estaba pagando para que siguiera a Zee y a su primo le mostro las fotos de los dos juntos en varios lugares, como si fueran tan amigos. Zee vivía con Chai y de seguro mantenían relaciones cada vez que tenían oportunidad. Le pidió al hombre que se retirara y agarro las fotos entre sus manos y fue a la habitación donde solía dormir Zee. No habia entrado desde que se fue de allí. Todavía se podía apreciar su aroma en la habitación, sus ojos se desviaron hacia el tocador y miro una bola de cristal con detalles en oro con un niño dentro. Sus manos empezaron a temblar y con sumo cuidado la tomo entre sus manos con miedo a romperla. ¿Cómo habia llegado esa bola de cristal allí? Eran muchos años como para que en esta vida tambien existiera.

Zee se la habia regalo por su Cumpleaño numero diecinueve. Era la cosa más hermosa que alguien le dio en toda su pobre vida. La atesoro muchísimo dentro del castillo por miedo a que cualquiera pensara que se le robo, pero un día desapareció de su habitación y por más que la busco no la pudo encontrar. Nunca se atrevió a decirle a Zee que se le extravió por miedo a que se enojara con él. Tenía algunas grietas en el cristal y ya no estaba como antes. Pero seguía siendo hermosa igual.

Busco el contacto de Zee y lo llamo esperando que respondiera. El celular repico y repico pero nadie le contestaba. Volvió a insistir una y otra vez hasta que por fin escucho su voz algo adormilada y su mente imagino a Chai en la misma cama desnudo al lado del cuerpo de Zee.

— ¿Puedes venir a verme ahora mismo? — Musito tratando que su voz no sonara como una orden — Te necesito Zee.

Zee se incorporó de la cama pasando su mano por su cara para asimilar las palabras de Nunew, miro la hora en su celular antes de volver a ponerlo en su oreja. Eran las diez de la noche y lo menos que quería era seguir hablando con Nunew.

—No tenemos nada de qué hablar, voy a dar por finalizada esta llamada Nunew — dijo con intención de cortar la llamada, pero Nunew lo evito ante de que lo hiciera.

—Te amo Zee; te amo con todo mi corazón y quiero que hablemos. Que me dejes demostrarte que no vas hacer una diversión para mí. Por favor ven a verme Zee. — suplico a través de la línea, apretando el celular en sus manos.

No podía creer a sus palabras. Nunew era manipulador y lo único que estaba haciendo era para su propio beneficio. Nada tenía que ver con el amor o el cariño. Ya no tenían nada de qué hablar.

—Buenas noches Nunew. No me vuelvas a llamar —Pidió con sequedad a través de la línea.

—Si no vienes te aseguro que voy a salir a buscarte al apartamento de Chai sin importarme absolutamente nada. Sabes que soy capaz de hacerlo Zee. —Le advirtió cortando la llamada.

Estaba seguro de que iba a venir, Zee era de corazón blando y no iba a estar tranquilo de que estuviera a esas hora de la noche fuera de la residencia cuando no podía defenderse de cualquier situación como un hombre normal. Le había pedido a Foei que lo ayudara todos esos días que Zee no estuvo en la casa, por qué solo no podía hacerlo. Esa noche no fue a su propia habitación decidió quedarse allí hasta que Zee llegara. Dio la orden al portero de que lo dejarán entrar en cuanto llegara. Sin embargo pasaron las horas y Zee no aparecía, sus ojos se fueron cerrando poco a poco y se quedó dormido en la silla. La puerta se abrió con mucho cuidado para no hacer ruido. La luz estaba encendida y Zee miro a Nunew profundamente dormido absorto a su presencia. Se veía tan pacífico; parecía un ángel. Alargo su mano para tocar su rostro. Pero se detuvo a la mitad.

Lo cogió entre sus brazos con mucho cuidado y lo llevo a su habitación sin que Nunew se despertara, se veía cansado y era mejor así. Lo recostó sobre la cama y lo cubrió con la sabana hasta la barbilla. Se dio la media vuelta para salir de la habitación, Pero de pronto su muñeca fue cogida por la mano de Nunew que lo detuvo.

—Quédate conmigo Zee. No te vayas —imploro con los ojos entrecerrados por el sueño. —Quiero que me abraces muy fuerte y mañana hablemos como dos personas adultas.

Zee lo miro por unos minutos luchando con su corazón y la razón que le decía otra cosa. Se quitó los zapatos y se metió del otro lado de la cama bajo la sabana abrazando el cuerpo de Nunew como este le pidió. Era débil tuvo que admitir con dificultad; Nunew Chawarin era su debilidad y sabía que no iba a poder luchar con lo que sentía por él, por más que tratara de alejarse. Era como si el destino lo llevará de nuevo a Nunew cada vez que quería mantenerse lo más alejado.

—Gracias por venir —musitó bostezando un poco, —te amo Zee —esto último lo dijo apenas con un hilito de voz que muy en el fondo de su ser, lo seguía haciendo. 

Una Segunda VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora