Tyrant. - Maxnat

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Los rumores de que estaba teniendo algo con Max corrían como pólvora.

Recuerda que esa noche luego de "atenderse" frente a su señor o mejor dicho prometido fueron a la habitación del mayor para preparar la cama como siempre, pero estaba tan agotado que se durmió en el sofá de la habitación tan pronto tenía la oportunidad.

No hicieron nada más, si algo sabía de Max es que era bastante respetuoso y debían mantenerse castos hasta la boda si esperaban casarse.

Pero claramente toda la guardia lo vio salir muy temprano de la habitación del alfa y no dudaron en comentar como había pasado la noche allí.

Max solo alimentaba cualquier cosa que se hubiera comentado, pues al siguiente día trato a toda la servidumbre con más respeto y amabilidad que la que usualmente tenía haciendo que todos atribuyeran su buen humor a Nat y su noche juntos.

Incluso el rey tenía algo que ver. Pues en el desayuno notó a Max de mejor humor que el usual.

Nat se encontraba en compañía de los otros sirvientes sirviendo los manjares del chef para este desayuno y probando la comida antes de entregarla para asegurarse de que estuviera libre de venenos.

A cualquiera le daría miedo, pero Nat ya estaba más que acostumbrado a testear los alimentos para su señor.

- Hijo mio. ¿Pudiste descansar anoche? - El rey comentó esperando que su hijo menor lo mandara a la mierda, al fin y al cabo le comentó que no lo autorizaba como heredero.

- Claro que si, nunca había descansado como lo hice anoche. - La respuesta de Max fue muy tranquila, natural incluso que el rey estaba claramente desconcertado.

- Me alegra hijo, el descanso es elemental aunque fue una velada helada para estas épocas. - Decidió comentar intentando desviar la conversación a algo más banal.

- Para nada padre, pude apreciar algo de arte y abrigarme muy bien antes de dormir. - Dijo tomando su copa y bebiendo un sorbo mientras veía a Nat fijamente que de sentir la mirada del mayor clavada en el se sonrojo de inmediato.

Aún recuerda con mucha vergüenza lo que sucedió en su habitación, intentó ser discreto y cuidadoso pero incluso cuando intentaba cerrar las piernas para bloquear la vista del mayor, este se encargaba de hacerlo abrirlas para tener mejor acceso y permitirse esa vista.

Nat no lo consideraría arte, pero que el mayor lo hiciera le llenaba de mariposas el estómago ¿Acaso a Max le gustaba lo que veía? No era el omega más hermoso, a conocido las conquistas de una noche del mayor y el claramente no es competencia.

Ese intercambio de miradas no era desapercibido por el rey, podría tener algunos años pero ingenuo no era, no por algo dirigía este reino y claramente quería sacarle la verdad a Nat a como diera lugar.

Alguno de los dos jóvenes hablaría primero, sino es que Max gritaba a los 4 vientos que algo estaba pasando y su chance de ser rey estaba más cerca de lo que cualquier otro pensaba.

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Nat terminó de acomodar y organizar la habitación del príncipe, había sido un día tranquilo en el reino, por lo cuál pasó de forma rápida y sin alteraciones, el omega ya se encontraba cansado, sus supresores estaban funcionando pero debía volver a su habitación antes de que lo huela cualquier alfa.

Eso solamente traía problemas y más ahora a puertas de su celo, peor aún ahora que claramente su virginidad está comprada.

Odiaba pensarlo de esa forma, pero era su realidad ahora, vendió algo que para el, significa una de las muestras de amor más honestas del mundo, a cambio de una casa a medio destruir.