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Nat pensaba que sería de esos omegas que terminan teniendo sexo porque es una parte natural de la vida y por cumplir la necesidad de su alfa que realmente porque sea de su gusto.

Pero a sido todo lo opuesto.

Sabe que es por el celo, pero desde que se acostó con Max no a podido tener suficiente de el, se siente como un ninfomano y le encanta.

Tienen sexo casi todo el día, sino es por los sirvientes, jamás se moverian de su cama. Mientras los empleados organizan la habitación ellos se dedican a limpiarse y tener una sesión rápida de sexo en el baño.

Pausan para comer, dormir y intentan que las pausas sean tan largas como sus necesidades se lo permiten pero inevitablemente uno de los dos tocará al otro y el ciclo se repetirá.

Ya han pasado 3 días desde la boda, Nat esta 100% seguro que todo esto acabará mañana que termine su celo, Max ya habrá dado su tarea por completada y pasará a la historia como un omega más en la cama de Max.

Intenta no pensar en eso, porque sólo le provoca marcar aún más al mayor, porque quiere ser egoísta con el y no permitir que nadie más se acerque a su alfa ni por mera casualidad.

Su hilo de pensamiento se corta cuando las estocadas del mayor se aceleran y son mucho más certeras contra ese dulce punto en su interior.

No suelta las sábanas que se encuentran bajo sus dedos, como su tuviera miedo de que al hacerlo no podrá soportarlo más y llegaría al orgasmo demasiado rápido. Quiere sentir el nudo de Max otra vez aunque esté no a dejado de dárselo, pero siempre tiene miedo de que esta sea la última vez que logrará este nivel de placer.

A pesar de ser un alfa dominante, Max es en extremo complaciente y sumiso, si Nat quiere una posición en específico, la harán sin dudarlo, o si desea un nudo, el formará uno solo para el. A veces se pregunta si habrá sido así con todos.

Se encuentra en cuatro, con las piernas bien abiertas y su pecho sobre el colchón, es inminente que pronto llegará al placer más profundo que a conocido gracias al mayor y se lo deja saber para que continúe o aumente la velocidad de sus penetraciones.

- M-max... ah... y-yo...

- L-lo se, m-me estas apretando demasiado bien... ¿Quieres un nudo?

Nat solo escondía su rostro, avergonzado que el mayor dijera cosas así, si pensaba que podía hablar remotamente sucio o ser vulgar, el príncipe lo sobrepasaba de una manera increíble.

Se sorprendía de la forma en la que el mayor solamente con unas cuantas palabras revelaba los pensamientos más sucios que Nat tenía, exponía sus necesidades dejándolo en evidencia de que tan necesitado estaba por ser tocado una vez más por Max.

En ese momento, el mayor lo tomó de los hombros para levantarlo y pegarlo a su pecho después de que asintiera, juntandolos aún más para dejarlo prácticamente drogado en sus feromonas.

A este punto Nat había olvidado por completo su olor y solo sentía el del alfa entre sus piernas.

No sabe porque, Max lo tomó del cabello removiendolo demasiado mientras sus penetraciones se aceleraron casi como si estuviera distrayendolo, como si... Estuviera buscando su marca.

- M-max...ah... d-deja eso. - Dijo intentando alcanzarlo con su mano. Le daba vergüenza que Max la viera, a sabiendas que se burlaria de él por aún casado creen en un destinado.

- S-solo quiero v-verla... T-te mostrare la mía. - Dijiste en medio de sus respiraciones pesadas. Susurrando en su oído a la espera de que esto fuera suficiente para distraerlo y hacer que Max tuviera la vista plena de su marca.

Tyrant. - MaxnatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora