La biblioteca y oficina del príncipe Max se encontraban inusualmente tranquila para lo que acababa de suceder.
Solo se escuchaban las palabras de la voz suave de Nat en Alemán tratando de hacer que su señor practicara lo suficiente para llamarlo una sesión del idioma.
Nat podría ser un simple sirviente, pero al comenzar su vida laboral tan joven no dudo en tomar y estar presente en las mismas clases que el príncipe aunque a veces era difícil mantener el ritmo a un joven tan entrenado y estudiado por años.
Max era en extremo inteligente pero a veces testarudo y esperaba que todo saliera a la primera, por ello su sirviente personal estudiaba/practicaba con el, asegurándose que la lección estuviera realmente aprendida.
A el mayor parecía importarle prácticamente nada si el estaba estudiando el mismo material o si estaba entrenando con el o con cualquier otro de los eruditos de la academia.
Claramente se sentía la molestia en Max, en su tono de voz y por supuesto en las respuestas tan cortas, simples y básicas que le daba a Nat. Parecía más que era el menor quién estaba realizando la práctica de Aleman que el mayor, con esas respuestas que se limitaban a un sí o no.
La ira del alfa lo hacía doler el corazón, pues su deber como omega era ayudar a aliviar cualquier malestar que tuviera su alfa, incluso podría argumentar que más allá de alfa o omega, su labor como sirviente es precisamente ese.
Pero claramente el no podía hacer nada. No era el príncipe de un reino con miles de beneficios para el reino de Max, el estaba inmediatamente descartado de cualquier plano.
- Nat aquí termina la lección. - Dijo el príncipe. Normalmente le pelearia insistiendo que claramente no estudiaron más de 30 minutos pero el mayor estaba más agotado de la situación y no era prudente provocarlo.
Ya aquel beso en el salón podría considerarse ofensivo de su parte.
Por ende el pequeño comenzó a recoger los libros de la mesa para dejar al mayor solo, se notaba que necesitaba un tiempo para pensar bien las cosas.
Comenzó a ubicar las cosas en el estante mientras intentaba no ver al mayor quién solo suspiraba trasmitiendo su molestia. No sabía como podría ayudar a su alfa pero solo sabía que debían actuar rápido si esperaba que las cosas no se fueran a peor, menos aún los sueños de su señor.
Por más que sabía que en algún momento llegaría ese día, donde Max tendría que escoger un omega rogaba que nunca pasará, que nunca le quitaran a su alfa de su lado.
Estaba concentrado, tal vez de más, pues seguramente se quedó quieto demasiado tiempo, al menos lo suficiente para que el mayor le llamará la atención.
- ¿Nat, puedes enfocarte por favor? - Dijo el mayor sin siquiera levantarse de su silla.
- Lo lamento mi señor. - Dijo acomódando rapidamente el material.
El mayor comenzó a detallar los movimientos del menor, con afán pero al mismo tiempo con gracia y suavidad, las manos de Nat eran alargadas, delicadas pero en la palma se notaban mayormente rojas, de todo el trabajo que a tenido en su vida, o al menos el que a realizado desde que esta con el.
- ¿Nat has tenido algún novio alguna vez? - Dijo el mayor en tono curioso.
- No mi señor, normalmente a quienes trabajamos en el servicio se nos prohiben hasta los 20 cualquier tipo de relación, ya sea con betas o incluso otros omegas, puede interfeerir en el trabajo. - Dijo el menor cumpliendo al detalle a su labor.
- Ya tienes 22, ¿Qué a pasado en los últimos dos años? - Nat genuinamente quería responder la pregunta del principe en serio que si, pero hacerlo era revelar cuanto gustaba del otro hombre en la habitación, por lo cuál dudo y se detuvo de lo qu estaba haciendo.
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Tyrant. - Maxnat
FanfictionMax es un alfa, hijo del rey del reino más rico de Tailandia quien desea heredar el trono. Pero al ser el hijo menor de la familia Kornthas, su única opción es casarse y tener un hijo antes de que su hermano vuelva a reclamar su posición. Por ello y...