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Llorar durante la noche era ya bastante patético, hacerlo durante la noche mientras todos estaban de fiesta y su "prometido" estaba con quien sabe quien era aún peor.

Por ello esperaba muchas risas por parte de muchas personas si es que alguien se atrevía a salir de los jardines pero sabía que nadie lo haría, no cuando la verdadera fiesta estaba dentro del gran salón.

Eso pensó hasta que un pañuelo fue extendido a su campo de visión sorprendiéndolo.

Una oscura y profunda parte dentro de su corazón quería fingir, quería creer que era Max quien estaba ahí pero claramente no lo fue.

Al levantar su mirada encontró un joven, era un poco mayor que Max por un año a lo mucho, cabello castaño claro, corto y bastante sonriente pero en su mirada podía notar una preocupación real, además de su olor.

Estaba frente a un alfa, eso era bastante seguro, pero que a diferencia de otros, este tenía un olor a mentas, algo bastante fresco, como el agua pura de una cascada lo cual lo hacía sentir muy tranquilo.

- Joven Nat ¿Se encuentra bien? - Dijo con un tono de voz firme pero suave.

- Si, no se preocupe por mi. - Dijo limpiando sus lagrimas.

- ¿Cómo no hacerlo? Usted es el celebrado pero esta aquí fuera llorando. - El joven extendió sus manos y tomó una posición para levantarlo de aquel matorral. - Déjeme sacarlo de ahí, podría hacerse daño con las rosas.

Como si Nat no pesara nada, lo levantó con fuerza y rápidamente Nat fue sacado de aquel nido de rosas, aunque la fuerza fue demasiada, por lo cuál tropezó pero los brazos de aquel joven estaban ahí para recibirlo.

El omega se avergonzó de inmediato, estaba a tan solo centímetros del pecho de aquel hombre, por lo cuál se terminó por apartar rápidamente.

- ¡D-disculpe! N-no era mi intensión, y-yo...

- No se preocupe su alteza, debo disculparme, use demasiada fuerza para alguien tan delicado como usted.

- Le agradezco haberme sacado de ahí...

- Gun, príncipe de la región del occidente.

- Es un placer conocerlo. - Dijo Nat haciendo una reverencia, al fin y al cabo estaba frente a un príncipe.

Con una suave risa, Gun llamó la atención de Nat.

- No se moleste con formalidades joven Nat, quién debería inclinarse soy yo, al fin y al cabo su reino es más grande que el mío.

- ¿Mi reino? ¿Cuál? ¿El reino de la cocina? - Respondió Nat de forma inocente.

El alfa se rió completamente sorprendido por la inocencia del joven Nat.

- Le recuerdo que pronto será el príncipe de la región más rica del país.

- Lo será Max, yo solo sigo siendo el cocinero que eligió de pura casualidad... - Dijo bastante amargado.

Volteo a ver al gran ventanal donde todos estaban disfrutando de la fiesta.

- Disculpe mi atrevimiento su alteza ¿Es esa la razón por la cual lloraba?

- ¿Bastante obvio verdad? - Respondió con una sonrisa amarga.

- Bueno, ser príncipe de la noche a la mañana no es tarea sencilla, solo espero que el príncipe Max este ayudándolo a hacer esa presión menos difícil de cargar. Dígamelo a mi.

- ¿Disculpe?

- Creo que usted desconoce mi historia, le gustaría pasear mientras le cuento un poco al respecto.

Tyrant. - MaxnatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora