La Sra Ortiz, va camino a la mansión, piensa en la triste despedida, ella desea tener a su amado consigo misma, pero no pueden, que más desearía ella, mover cielo y tierra para vivir finalmente su amor.
Por otro lado el Sr Felipe, siente que su corazón se fue con ella, su respiración, su felicidad, la espera cada vez es más corta, él se promete a si mismo que no permitirá que pasen otros años para gritar el fuerte amor que siente por su señorita capaz.
Llegando a la mansión Ortiz, Letizia, le dio la indicaciones a Raci de bajar sus cosas, María abriendo la puerta de la mansión corrió hacia la Sra Ortiz.
María: Mi señora, buenos días!.
Letizia: Buenos días hija. -sonríe-
María: -pregunta-¿Cómo estuvo su viaje?
Letizia: Estuvo increíble. Hija, ¿Andrés está despierto?
María: Aún no señora.
Letizia: María, por favor sube mi equipaje, mientras haré una llamada.
María obedece, Letizia va hacia el teléfono, marca a la mansión Borbon, rápidamente fue contestada.
Felipe: ¿Querida?
Letizia: -sonríe- Soy yo cariño, acabo de llevar, esta todo bien.
Felipe: Me alegro cariño, te amo.
Letizia: También yo, gracias por todo, nos vemos pronto.
Felipe: Nos vemos cariño.
La llamada finalizó, ahora la Sra Ortiz, respira, y despeja su mente, debe enfrentar su realidad, lejos de su amado, aunque su mente vuelve, le hace recordar cada momento vivido en la ciudad de Santorini, las noches, los atardeceres, los paseos en la playa, todo queda vagando en su mente.
Subiendo hacia su habitación, decidió tomar una ducha y comenzar su día con total normalidad e intentado sostener su gran felicidad con todas sus fuerzas, este amor la a de ser así, vivo. La Sra Ortiz procedió ir hacia su habitación para después darles la sorpresa a sus hijos de su llegada, y además debía prepararse para miradas y preguntas de Andrés.
El Sr Felipe estaba sentado en su silla mientras piensa y analiza e intenta quitar todo cuestionamiento, esta deseando con todas las fuerzas de su alma ir a la mansión Ortiz, tomar nuevamente la mano de la Sra Ortiz e irse muy lejos, pero debe tener paciencia, ella le pidió esperar, pero cuanto mas si el amor de su vida debe estar alejado de el, pero de pronto comenzó a actuar, una gran idea obtuvo en su mente, que tal vez aquello podría mantenerlo distraído de esta tristeza.
La Sra Ortiz bajo a la sala, sus hijos y nietos notaron su presencia, y fueron hacia ella, la abrazaron y como era de esperarse, se lleno de preguntas.
Andrés: Madre ¿Cómo te fue, por que no llamaste?-curioso-
Letizia: Lo pase increíble, y la verdad es que no creí llamar, ustedes necesitaban su espacio y la verdad que también me desconecté todo, hace muchos años no me divertía.-segura-
Andrés: Bueno me alegro que te hayas divertido, y ¿Cómo estaba tu amiga, no me has contado mucho de ella?
Zuleyha: Cariño que curioso eres.
Letizia: Lo es -riendo- No creí que fuese necesario hablar de mis amistades e intereses hijo.
Zuleyha: Así es, ella no debería contarnos todo querido.
Letizia: Iré al invernadero, permiso. -se fue-
Al ingresar al invernadero, ese lugar era su refugio, mientras la cabeza se llenaba de pensamientos "Cuando Letizia, cuando será el día en que te atrevas finalmente irte de la mano que de tu amado" repetía una y otra vez.