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Entre las sombras de las gradas, Seungcheol se encontraba paralizado. Su mente estaba aturdida, tratando de procesar la traición de Jiyeon, las palabras hirientes que ambos hermanos se habían lanzado y el dolor evidente en los ojos de Jihoon.

—¿Seungcheol? —la voz de Jiyeon tembló al reconocerlo, sus ojos llenos de pánico.

Seungcheol avanzó lentamente, sus pasos resonando en el suelo duro. Su mirada era fría, llena de una mezcla de decepción, dolor y... alivio.

—No esperaba esto de ti, Jiyeon.

Su voz baja pero firme, sintiendo la culpa de sus propias palabras. Él no podía reclamar nada, ya que la había traicionado de igual forma. Aún así no pudo evitar sentirse usado.

Jiyeon intentó acercarse, sus ojos llenos de lágrimas.

—Seungcheol, yo... lo siento. No quería que te enteraras así.

Seungcheol levantó una mano, deteniéndola.

—Lo mejor es terminar esto de una vez —miró brevemente a Mark, quien estaba inmóvil—. Y tú, mantente lejos de mí.

Mark asintió rápidamente, retrocediendo unos pasos más.

Seungcheol miró una última vez a Jiyeon antes de girarse y marcharse, siguiendo el mismo camino que Jihoon había tomado.

Mientras tanto, Jihoon caminaba sin rumbo por los pasillos de la escuela, tratando de calmar la tormenta en su interior. No sabía a dónde ir ni qué hacer. Necesitaba un momento para respirar, para ordenar sus pensamientos.

Se refugió en la biblioteca, esperando encontrar algo de paz entre los estantes llenos de libros. Se dejó caer en el suelo de un pasillo al fondo, cerrando los ojos y respirando hondo. No pasó mucho tiempo antes de que sintiera una presencia a su lado. Abrió los ojos para ver a Seungcheol, mirándolo con una mezcla de preocupación y tristeza.

—Jihoon... —comenzó Seungcheol, pero no encontró las palabras adecuadas.

Jihoon lo miró, sorprendido y un poco incómodo.

—¿Qué haces aquí, Seungcheol?

Seungcheol se sentó frente a él, manteniendo su mirada.

—Lo escuché todo, Jihoon. Vi lo que pasó con Jiyeon y Mark —hizo una pausa, observando la reacción de Jihoon—. Y también escuché lo que dijo Jiyeon sobre ti y Mingyu.

Jihoon sintió un nudo en la garganta, no quería enfrentarse a esto, no ahora.

—No tienes que decir nada, Seungcheol. Ya he tenido suficiente por hoy.

Seungcheol negó con la cabeza.

—No, Jihoon. Tenemos que hablar. No podemos seguir ignorando lo que está pasando entre nosotros.

Jihoon bajó la mirada, sus manos temblando ligeramente.

—¿Qué es lo que quieres, Seungcheol? —preguntó en un susurro.

Seungcheol tomó un profundo respiro.

—Quiero entender por qué estamos así, por qué cada vez que estamos juntos todo se vuelve un caos. Y quiero ser honesto contigo. Estoy confundido, Jihoon. Me siento atraído por ti de una manera que no puedo controlar, pero al mismo tiempo, estoy asustado. Todo lo que creía saber sobre mí mismo se está desmoronando.

Jihoon levantó la mirada, encontrando la sinceridad en los ojos de Seungcheol.

—Yo también estoy asustado, Seungcheol. No sé qué hacer con lo que siento. He estado usando a Mingyu para evitar enfrentar mis propios sentimientos, y sé que está mal. Pero tú tampoco has sido honesto conmigo. No puedes simplemente besarme y esperar que todo esté bien.

Seungcheol asintió, sintiendo el peso de sus propias acciones.

—Lo sé, y lo siento. No quería hacerte daño, pero me siento atrapado en esta lucha interna. Mi familia es conservadora, y la idea de ser gay es algo que no puedo aceptar fácilmente. Pero cuando estoy contigo, todo eso parece menos importante —su voz se quebró—. Jihoon, necesito tiempo para entender esto, para entendernos.

Jihoon asintió lentamente, sintiendo una pequeña chispa de esperanza entre la confusión.

—¿Y tu relación con Jiyeon?

—Terminé con ella.

La campana de la escuela sonó, señalando el final del almuerzo. Seungcheol se levantó, ofreciendo una mano a Jihoon.

—Vamos, tenemos clases.

Jihoon tomó su mano, levantándose. Seungcheol no la soltó de inmediato, sus dedos entrelazados con los de Jihoon por un breve momento antes de soltarlos.

Share Him (Jicheol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora