La rosa de Panem, el apodo lo decía todo y a la vez nada, en realidad la vida de la joven era más compleja que el nombre que le dieron.
Pero no había más que decir, no para gente tan banal como los del capitolio; Katrina trataba de no culparlos, esa...
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—Estas preocupada— asentí a las palabras de Finnick, me asusta no poder sacarlos a ambos con vida de la arena —Peeta está seguro que morirá en la arena y la verdad es que no puedo asegurarle que eso no pasara cuando ni yo estoy segura de ello— es extraño volver a sentir tanto miedo de perderlos, es peor que cuando fue mi primer año como mentora.
—Mis tributos son niños, pero tienen más entrenamiento que los tuyos, ademas creo que el niño tiene posibilidades,luego está la chica del 5 que es muy inteligente, pero es muy mala para conseguir patrocinadores, parece que no sabe lo que es sonreir— rei recordando a la pelirroja, ya hasta había un apodo para ella, la comadreja.
—Todos creen que ganará el chico del 2— Cato tiene altas posibilidades de ganar —Ese chico anda intimidando a mis tributos— la risa de Finnick me desconcertó —Parece que lo hechizaste luego de que te viera golpear a Brutus— espera ¿qué?
Voltee a ver a mi novio que en lugar de una cara de molestia estaba aguantandose la risa.
—No juegues con eso— le advertí, pero Finnick volvió a reír —No estoy jugando, Johana me lo dijo— ¿y cómo es que lo sabía Johana?
—Puede estar equivocada, Cato es un niño con problemas de ira— la ceja de Finnick se elevó causandome desconcierto hasta que volvió a reír —Amor, ese niño, tiene tu edad— a veces se me olvida la edad que tengo, pero Finnick tiene razón.
—Y esta situación se te hace muy divertida al parecer— el rubio asintió dejando un beso en mis labios —Me provoca gracia que crea que tiene alguna oportunidad contigo— torcí los ojos mientras sonreía por sus palabras.
—Confío en ti muchísimo como para preocuparme por los sentimientos de un niño— ahora quien es el que insinúa ser viejo.
Las entrevistas serían luego de las sesiones privadas con vigilantes y no puedo decir que estoy tranquila porque mentiría.
—Mañana con sus sesiones privadas, muestrenles todo lo que tengan lo usaré para conseguir patrocinadores, la señora Binks me adora y creo que va a ayudarnos— ambos jóvenes se miraron entre ellos —¿Quien es la señora Binks?— preguntó Peeta interesado.
—Es una patrocinadora, la mujer es asquerosamente rica, hace fiestas excéntricas y tardes del té todo el tiempo y he estado invitada a la mayoría de ellas desde que gané mis juegos— la mujer debe estar cerca de sus 80 años aunque no luce de más de 60, tantas operaciones la hacen ver increíblemente joven.
—¿Crees que quiera patrocinarnos?— asenti a la pregunta de mi hermana —La señora Binks adora a Katrina, si ella se lo pide lo hará— aseguró Haymitch mientras yo sonreía antes de beber de mi jugo.
—Escuchamos el rumor de que tu prometido es el Vigilante en jefe de los juegos— esperaba que no se enteraran hasta que fuera inevitable que les contara —Si, Seneca Crane es mi prometido, pero no puedo ayudarlos de ninguna forma con él— ambos tributos asintieron no haciendo mas preguntas hasta que Peeta soltó un largo "Ahh".
