Su, Moa y Momoko regresaron exhaustas al acogedor departamento que comparten en el corazón de Tokio. Ese día había estado plagado de emociones. Ellas acababan de dar un épico show como parte de la primera noche del BABYMETAL BEGINS - THE OTHER ONE, en donde al final del mismo, se anunció que la Avenger Momoko Okazaki pasaría a formar parte de la banda de manera oficial.
En el camino a casa, las incansables trabajadoras discutían los últimos detalles para la noche siguiente, donde Momoko daría su primer concierto como Momometal. El departamento donde viven, amplio y repleto de calidez, era el refugio ideal después de largas jornadas de trabajo. La decoración, con tonos alegres y llenos de color, reflejaba la mezcla de personalidades de las tres habitantes. Las paredes y las repisas estaban adornadas con fotos de sus momentos juntas, recuerdos que atesoraban profundamente.
—¿Qué tenemos para cenar hoy? —preguntó Moa apenas ingresaron al hogar, frotándose la barriga con ansiedad. Ella ama comer, y cualquier excusa es buena para disfrutar de un delicioso platillo—. ¡Estoy muerta de hambre!
—¡Lo mismo digo! ¿Qué tal si pedimos ramen? —propuso Momoko con entusiasmo. Ella también adora comer, y el ramen siempre le levanta el ánimo y le devuelve las energías.
—Ramen será entonces, princesas —dijo Su alegre en dirección al par de glotonas, quienes festejaron chocando los cinco en alto. Suzuka adora a Moa y a Momoko, y siempre procura cumplir todos y cada uno sus caprichos.
Las bellas y talentosas chicas se prepararon para disfrutar de una noche de merecido descanso, vistiendo ropa de entrecasa para estar más cómodas. Moa eligió un top deportivo ceñido al cuerpo y un short a juego que destacaba su figura atlética y su desenfado. Momo optó por un short similar al de Moa, pero en su caso, eligió vestir una bonita blusa de manga corta, reflejando su estilo más dulce y delicado. En cambio, Su prefirió una blusita con finos tirantes, acompañada de un short de tela ligera tan corto que parecía no llevar nada abajo, un look que combinaba tanto comodidad como sensualidad.
Luego de encargar la comida por teléfono, las jóvenes se dejaron caer en el enorme y mullido sofá de la sala de estar, anhelando un momento de relajación. Las luces suaves de la habitación y el murmullo lejano de la ciudad creaban un ambiente absolutamente acogedor.
Siempre atenta, Su notó una ligera tensión en los ojos de Momoko, y preguntó con ternura:
—¿Estás nerviosa, Momito?
—Sí, bastante —admitió su kohai, jugueteando con los dedos.
—Es por el show de mañana, ¿verdad? —inquirió Moa.
—Exacto —la más joven de la banda admitió en un suspiro—. Mañana será mi primer show como Momometal. Tras tantísimas horas de arduos ensayos durante estos últimos cuatro meses, ¿qué tal si fallo? ¿Qué tal si cometo muchos errores y lo arruino todo? Debo confesarles que, por más que así no lo quiera, no puedo evitar sentirme muy inquieta y angustiada.
Su y Moa intercambiaron una dulce mirada de comprensión. Sabían muy bien lo importante que sería para Momoko la presentación en vivo del día siguiente.
—Sabes, Momito, cuando yo me uní a Babymetal, también me encontraba aterrada —confesó Su a corazón abierto—. Pero al poco tiempo, me di cuenta de que no estaba sola, que tenía a mi lado a mis compañeras, a mis amigas, brindándome todo su apoyo, y eso, hizo todo mucho más fácil. ¿Verdad, Moa-chan?
—Así es, Su-chan —asintió la amante de los koalas—. Mira, lo que queremos decirte es que puedes contar con nosotras, Momo-chan. Nunca estás ni estarás sola, porque siempre estaremos a tu lado.
—Y tranquila, sé que no fallarás, no tengo dudas de eso —aseguró la líder de la banda con calidez, tomando las manos de Momoko suavemente, mirándola con esa intensidad característica que solo ella posee. La más joven se sonrojó, sintiendo un agradable cosquilleo en el estómago.
Moa se acercó por el otro lado, colocando delicadamente una mano en el hombro de su adorable kohai y dijo:
—No lo olvides, Su-chan y yo siempre estaremos a tu lado, Momo-chan. Para lo que sea que necesites. Lo que sea —agregó con una expresión coqueta.
—Gracias, chicas —Momoko agradeció el bonito gesto de sus amigas con una enorme sonrisa, sintiéndose reconfortada y aliviada por las palabras de las mayores. Con el respaldo incondicional de Su y Moa, sintió una fortaleza inmensa y la certeza de que podía enfrentar cualquier reto, sabiendo que ellas estarían allí para cuidarla y guiarla.
—Lo harás genial —afirmó Moa con determinación y añadió: —Además, déjame contarte que con Su-chan tenemos una "receta especial" para hacer que te relajes completamente para mañana, Melocotoncita.
—Confía en nosotras, Momito. Te prometemos que es algo infalible —musitó Su con convicción, apretando con firmeza las manos de Momo y guiñándole un ojo. La más joven experimentó una mezcla de curiosidad y anticipación por lo que sus senpais tenían en mente.
En ese preciso instante, sonó el timbre. Sin dudas, era el delivery con el pedido que habían realizado. Moa, con una expresión de absoluta felicidad, gritó: "¡La comida!" y salió corriendo velozmente hacia la puerta.
Con una bonita sonrisa iluminando su rostro, Su se levantó del sofá y exclamó: "¡Te acompaño para ayudarte a cargar las cosas, Moa-chan!", siguiendo de cerca los pasos de su compañera de banda.
Momoko se quedó a solas en la sala de estar, observando cómo sus amigas se alejaban. Ella se encontraba totalmente agradecida por el apoyo incondicional que Su y Moa siempre le brindaban y como eso lograba calmarla en sus momentos de duda. Feliz, se puso a divagar por unos momentos mientras aguardaba por ellas y no pudo evitar preguntarse qué era eso de la "receta especial". Miles de imágenes colmaron su mente. Se veía a ella misma junto a Su y Moa en distintas situaciones no aptas para menores de edad. Sacudió la cabeza, sintiéndose avergonzada de sus propios pensamientos lascivos.
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Bienvenida
FanfictionSu y Moa le darán la bienvenida a Momoko de la mejor, y más ardiente, manera posible.