Capítulo 2: Nuestra

252 23 9
                                    

Las chicas se reunieron alrededor de la mesa, disfrutando de la cena mientras charlaban animadamente sobre diversos temas. Desde ropa, música, pasando por películas, manga y anime, las tres participaban activamente en la conversación, compartiendo gustos y anécdotas. El ambiente era relajante y estaba repleto de cariño genuino. La risa fluía libremente y la calidez del hogar las envolvía, creando una atmósfera de íntima complicidad, compañerismo y amistad.

—El ramen siempre es lo mejor para después de un concierto —comentó Su, sorbiendo los fideos con satisfacción.

—Definitivamente —agregó Moa, asintiendo con convicción—. ¡Y mañana sabrá mucho mejor luego del épico primer show que daremos junto a Momo Fucking Metal! —exclamó con un puño en alto.

—¡Así es! —afirmó Su, elevando también su puño en alto, con la boca tan llena de ramen que apenas pudo pronunciar las palabras con claridad.

Las carcajadas de Momoko se hicieron escuchar fuertes y claras, sus preocupaciones desvaneciéndose poco a poco gracias al calor y la familiaridad de la graciosa escena. Las risas y el cariño de sus amigas la llenaban de una tranquilidad y una alegría que pocas cosas podían ofrecerle.

Moa, la glotona definitiva, soltó un suspiro al terminar su plato.

—La comida estuvo deliciosa... pero algo escasa, ¿no les parece? Me quedé con hambre —se quejó haciendo un adorable puchero, dejando en claro su apetito insaciable.

—Eres una glotona empedernida —musitó Su, sentada al lado de Moa, riendo con su risa tan particular al tiempo que le daba un empujoncito juguetón con el hombro. La complicidad entre ellas era palpable. La líder de la banda adora la energía y el entusiasmo de Moa, especialmente cuando la oye hablar de comida.

—Tú amas a esta glotona empedernida —respondió la más bajita, devolviéndole el empujoncito con una mirada traviesa y un tono de voz provocador.

—Pues eso no te lo puedo negar —replicó Su con una sonrisa seductora entre sus labios, deslizando lentamente una mano por el brazo de Moa.

La más joven de la banda observaba con admiración la química entre Su y Moa, sintiéndose fascinada por la conexión que compartían. Ella interrumpió el tierno, y algo sugerente, intercambio entre sus senpais para preguntar con entusiasmo:

—¿Tienen ganas de comer postre? A decir verdad, yo también me quedé con hambre.

Moa la miró con alegría dibujada en sus labios y exclamó:

—¡Esa es mi chica! ¡Claro que Super Moa-chan tiene espacio para postre en su barriguita, Momo-chan!

—¿Tu chica? —indagó Su, fingiendo molestia—. Querrás decir, nuestra chica —corrigió con una mirada intensa pero también amable, enfatizando la palabra "nuestra", dirigiendo su atención a Moa y luego a Momoko, sonriendo de lado de manera sutilmente sensual.

—Cierto, nuestra —asintió Moa coqueta.

—Esto... esto... bueno, entonces voy por ellos, ya regreso... — dijo Momo tímidamente, sintiendo una extraña pero agradable ráfaga de calor recorrer su cuerpo. Aquello de "nuestra" le había gustado. Y mucho.

Emocionada, se levantó rápidamente de la mesa y fue en busca de los postres que aguardaban en la heladera, sintiendo el latido acelerado de su corazón mientras se preguntaba en su interior si Su y Moa habían coqueteado con ella. La sola idea la hizo sonrojar, sintiendo una mezcla de nerviosismo y anticipación. Las palabras de sus amigas la habían dejado pensando, y su imaginación volaba sin límites.

—¡Yo quiero cheesecake, Momito! —dijo en voz alta Suzuka desde el comedor.

—¡Ok, Su-chan! —Momoko respondió en un grito desde la cocina.

—Su-chan y su cheesecake —sonrió Moa, su voz rebosante de cariño.

—Me encanta —admitió Su con una sonrisa sincera.

—Y tú me encantas a mí, hermosa —replicó velozmente Moa con un tono sensual, provocando una mirada cómplice en Su. —¡Ah casi me olvido! ¡Yo quiero torta de chocolate, Momo-chan!

—¡Ok, Moa-chan! ¡De hecho, yo también elegiré torta de chocolate, buena elección! — la más joven respondió con un nuevo grito.

Momoko quedó algo sorprendida al escuchar desde lejos el intercambio sugestivo entre Su y Moa. Aunque tenía conocimiento de que sus senpais eran pareja, sus amigas no se lo habían confirmado explícitamente, y rara vez se comportaban de manera tan insinuante frente a ella. Para Momo, haberlas visto y oído flirtear fue estimulante. Muy estimulante. Vamos, fue totalmente excitante, por más que intentara negarlo.

BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora