[17] Callarte a besos

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La clase terminó, y Álvaro simplemente cogió sus cosas y se fue, para ojos de Paul, se fue corriendo, parecía que estaba huyendo de la situación.

Paul se extrañó ante este comportamiento y no tardó ni un segundo en ir detrás del chico.
El rizado se perdía entre los arbustos y árboles de la zona.

-Álvaro- Gritó Paul detrás del chico.-Mayo, vamos estas literalmente huyendo de mi- Paul echó a correr hasta posicionarse al lado de este.

-Pablo, no estoy huyendo, estoy yendo a pasar mi hora libre en compañía y armonía con mis amigos-

-Si claro, literalmente te estás alejando de la zona central del campamento- Dió una leve carcajada, haciendo que el rizado se parara y confirmara que de verdad se estaba alejando, cosa que era cierta. -Mierda- Se rascó el pelo. -Llevas razón, joder, Paul, no sé qué mierda estás pretendiendo que pase, pero déjame en paz- Empujó a este haciendo perder la estabilidad, y para recuperarla, Paul se apoyó en el enorme árbol que había detrás suya.

-No estoy pretendiendo nada, simplemente intento darte las gracias por lo de esta mañana- Mentira, quería molestarle. Dijo mientras que alejaba sus manos del tronco ya que se encontraba estable apoyado en la madera húmeda.

-¿Sabes cómo podrías agradecérmelo?- Se acercó lentamente hasta posicionarse delante del él. Su forma de hablar no iba con ninguna intención.

-¿Cómo?- Intentó echarse un poco hacia atrás cuando vio lo cerca que estaba Álvaro, pues el chico estaba a nada de rozarle el cuerpo.

Álvaro se dio cuenta de los intentos de escapar del contrario.

-No ves que no puedes escapar, Delgado , vas de atrevido en público, pero en privado no eres más que un cobarde- Álvaro acercó su rostro al de Paul, hasta que las narices de ambos se rozaron. No se estaba mirando a los labios, simplemente, Paul mantenía los ojos cerrados mientras que Álvaro disfrutaba del sufrimiento del otro.

-Álvaro, para- Empujó a este hacia atrás, hablando en un tono serio.

-¿Qué he hecho? Solo te la he devuelto- Álvaro se quedó donde estaba, mientras que veía como Paul, tomaba el aliento que había perdido y comenzaba a andar para irse. -¿Vas a huir de nuevo? Como en los baños-

Y lo que pasó ahora fue la cosa más extraña del mundo, pues Paul no soportaba escuchar más la voz de Álvaro, aquella voz que no soportaba, ni quería tener que verlo más, ni sentirlo, ni olerlo, así que se giró, tiró toda sus cosas al suelo, y se dirigió lo más rápido posible hacia este, para acto después, empotrarlo contra el tronco más cercano, y darle un pico, rápido, ni si quiera, tardó un segundo en ocurrir todo esto, tampoco sintieron los labios del otro.

Solo ocurrió, rápido, para callarlo.

-Cállate ya joder, no te aguanto- Se giró, tomó sus cosas, y se fue. Dejando a un Álvaro sin palabras y confundido, apoyado en el tronco.
Se tocó los labios, ¿Paul le había besado? Bueno, le había dado un pico, que aunque no lo noto casi nada, se quedó con ganas de probar los labios de este.

Se tocó los labios, ¿Paul le había besado? Bueno, le había dado un pico, que aunque no lo noto casi nada, se quedó con ganas de probar los labios de este

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Camp rock// Au PolvorónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora