[86] ¿Real o no real? Real

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(No hace falta poner la canción (Dorothea de Taylor Swift) si no queréis, pero es que Martin es nuestra dorothea y la de Álvaro, más amigos como él)

Pov de Álvaro

Mi corazon estaba colapsando, mis lágrimas no cesaban y mi mente me repetía con insistencia lo mala persona que era, que todo esto era por mi culpa, y que nadie merecía quererme por todo lo que soy.
Toque la puerta de Martin con el corazón en la garganta, abrió casi de inmediato, mostraba una expresión preocupada pero también mezclada con alivio al verme delante de su puerta.

-Álvaro Mayo- Se lanzó abrazarme, Martin es el mejor amigo que puede tener una persona. -He estado muy preocupado por ti, podrías haberme enviado un mensaje, desde lo de anoche Juanjo y yo nos quedamos fatal, y al no veros esta mañana pensamos lo peor, encima nadie nos abría la puerta por qué claro no estabais- Intentó mantener las lágrimas mi pobre Martin, supongo para hacerse el fuerte y no derrumbarse delante mía, pero me sentía muchísimo peor, él no merecía preocuparse por mi. Se separó del abrazo y me invitó a entrar. Por suerte no había nadie, ni Juanjo ni Lucas. -He mandado a Juanjo y a Lucas al cuarto de Nai, por qué supuse que necesitabas tiempo a solas- Miré a Martin, de verdad, que no existía corazón más tierno y sincero que el suyo, le regale una mirada de agradecimiento que aceptó sonriente. -Siéntate-Dijo con ternura mientras que se iba a su armario, y comenzaba a sacar cosas. -A ver...donde te dejé yo...AQUÍ- Sacó una bolsa llena de nubes de azúcar, guardo todo lo que había sacado y se sentó a mi lado- Esto es para ocasiones importantes, así que toma- Me extendió la bolsa de nubes de azúcar.

-Te quiero mucho- Abrace por encima a mi amigo para luego comerme una deliciosa nube.

-¿Qué ha pasado?- El chico me miró dulcemente pues quería trasmitirme comodidad. -No me hagas ponerme como un psicólogo a decirte...estamos en una zona segura...- Aquello hizo que comenzara a reír.

-Vale vale, es que...- Me arrasque el pelo, debía contárselo, se que Martin nunca me juzgaría- La he liado...- De una, tenía que decirlo todo del tirón- Es que... mira, al principio de todo, utilice a Paul, por qué joder era muy bueno, y yo necesitaba la beca y sentía que era mi mayor competencia, ¿Qué cómo lo utilicé? Pues quería enamorarlo para bajar su rendimiento y se centrase más en mi que en conseguir la beca- La cara de Martin se tornó a sorpresa- Pero la broma me salió mal, por qué empecé a pillarme yo, ¿Vale? Es que ni me duró tres días, por qué joder es tan perfecto, atento, cariñoso, me apoya, ¿Sabes? Nunca me había sentido así con nadie, pero deduje que no era mutuo, y justo antes de venir se ha declarado, y no, no puede sentir cosas hacia mi, por qué si le cuento lo de la beca, va a pensar que todo lo nuestro fue falso, y ya no volverá a confiar en mi, que ya me pasó, y no podré con eso, no se que hacer Martin, ya se que he sido gilipollas pero ahora no se que hacer para arreglar esto-Martin me miraba en silencio y callado, sabía que me regañaría o me diría pringado como solía hacer Bea, pero no, no fue así, se acercó un poquito más, me robó un nube y se apoyó en mi hombro para envolverme en un abrazo.

-Comprendo- Se comió la nube mientras que me abrazaba más fuerte.-Entiendo- Estaba asimilando toda la información. -Te voy a ser sincero, Alvi- Se despegó de mi para mirarme a los ojos, iba a decirme algo serio- Ha estado fatal, si, también tengo que decirte que estaba enterado de esto, por qué Bea me contó algo, pero no sabía detalles ni nada, al grano, ha estado fatal tu plan inicial- Hablaba tierno y tranquilo, como si estuviera controlando él solo la situación y se lo agradecía por qué me mantenía más calmado- Pero eso no quita que eres humano, somos humanos, y tenemos errores, unos más grandes y otras más pequeños, y este es grande, por qué no está bien jugar con los sentimientos de nadie, pero ¿Sabes lo que es más importante? Darte cuenta, y arrepentirse, y tú te has dado cuenta, te has arrepentido y ahora tienes miedo de perderlo, así que no quiero que te sientas mala persona, por qué no lo eres, una mala persona nunca se arrepentiría de sus actos y tú si lo has hecho. Ahora si, deberías hablarlo con él, comunicaros, seguro también está súper rallado y podéis aclarar las cosas, Paul te quiere mucho- Martin me sonrió, agradablemente, para luego tomar una nube y comerla.

-Pero hoy ya no estoy preparado para hablarlo con él- Susurre bajando la cabeza a la bolsa.

-Pues, cuando te sientas preparado, pero no lo dejes más tiempo, cuanto mas tardes peor será-Asentí y abracé a mi amigo. -Gracias-

-No las des- Beso mi mejilla. -Ahora deberías descansar, si quieres quedarte aquí puedes-

-No, tranquilo, Martin, me voy, que no quiero que se raye más, si ve que no voy a dormir- Asintió para luego darme un beso y un abrazo. Me despedí de él y de sus dos mascotas que dormían plácidamente.

-Te quiero mucho, Álvaro, eres increíble, no lo olvides nunca- Me dijo ante de salir por la puerta, con lo que se me escapó una lágrima.

-Te quiero más, granjero- Se rio dulcemente y salí hacia mi cuarto.

Álvaro abrió la puerta con sumo cuidado pues el cuarto estaba sumergido en oscuridad, la luz de la luna conseguía ilumina un poco el lugar, con lo que Álvaro miró hacia su cama y vio un bulto. Era Paul.
Se extraño ante aquello, ¿Por qué Paul dormía en su cama? Así que se acercó de puntillas.

-¿Paul?- Le susurro acercándose a la cara de este, que dormía tranquilamente.-Polito- Le meneó un poco para ver si conseguía despertarlo.

-¿Hm?- Habló adormilado, pero sin abrir sus ojos.

-¿Qué haces en mi cama?- Preguntó Álvaro de forma tierna y observando mejor el rostro del otro ya que sus pupilas ya se habían acostumbrado a la oscuridad. El rubio tenía los ojos hinchados como si hubiera estado llorando antes de dormir, aquello rompió
un poquito el corazón del rizado.

-Dijiste que quien perdiera dormía dos semanas en la litera, y yo perdí- Su voz era ronca, estaba súper dormido, apretó mas la almohada que estaba abrazando a la vez que intentaba abrir sus ojos.

-Paul- Dijo de forma adorable, de verdad que aquel chico era demasiado tierno. Subió su mano a la mejilla del rubio para tocar aquella piel hinchada. El tacto de la mano de Álvaro en la cara del otro hizo que el dormido se sobresaltara y diera un pequeño soplido. -No iba enserio- Paul abrió sus ojos ya por completo y compartió mirada con el chico que estaba muy cerca de su cara.

-Yo pensaba que si...- No dejaban de mirarse.

-Eres adorable- Susurró alejando su mano por completo y levantándose. -¿Quieres quedarte aquí o cambiarte de cama?-

-Da igual, me quedo aquí, que huele a ti...- Volvió a soltar sin pensar, ni si quiera se dio cuenta de lo que había soltado pues estaba demasiado adormilado. Paul se giró dándole la espalda a este para seguir durmiendo, seguía dolido pero solo quería sumergirse en sus sueños y dejar de pensar por un momento.

Álvaro derramó una lágrima, no quería estar así más con Paul, no podía tenerlo lejos. Así que lo hizo, se metió en la cama, se tapó con las sábanas y se acercó al cuerpo del otro para hacer de cucharita grande.

-¿Qué haces?- Preguntó Paul tenso ante el tacto del otro, nunca había sido cucharita pequeña.

-Paul, es mutuo, lo sabes ¿no?-Dijo directo y sin rodeos, por qué sentía decirlo en el momento. Paso su brazo por la cintura del rubio para atraerlo más hacia él, pero Paul aprovechó ese acto para girarse y quedarse literalmente cara a cara con el otro. Sus miradas chocaron.

-¿Qué?-

-Lo siento- Llevo sus dedos hacia el pelo del rubio para apartarlo y acariciar lo mientras que con la otra abrazaba su cintura.

-Solo estoy confundido- El silencio volvió a inundar el lugar, Álvaro comenzó acariciar la cintura del rubio mientras que buscaba la mano de este- Álvaro, solo respóndeme a una pregunta-

-Dime- Susurro el rizado ya que estaban muy juntos. Sus alientos se fusionaban y sus miradas estaban perdidas en las del otro.

-¿Esto es real?- La voz de Paul salió fina y con miedo de la respuesta del otro, pero tenía que preguntarlo, tenía que saber si valía la pena seguir con esto o no.

Tardó en responder.

-Si, lo es- Una ola de alivio inundó el cuerpo del rubio, con lo que le sirvió para poder conciliar mejor su sueño, se volvió a dar media vuelta para encajarse en el cuerpo del rizado, me agradaba ser también la cucharita pequeña, notar la protección de Álvaro, sus latidos, su cuerpo, su tacto... Alvaro aprovechó aquella cercanía para introducir su cabeza en el cuello del rubio e inspirar y disfrutar de aquella suavidad- Siempre lo fue- Dijo en un pequeño susurro provocando que la piel del rubio se alertara poniéndose de punta.

Camp rock// Au PolvorónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora