[46] Quiero hacerte mio bajo una lluvia de lavanda

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https://open.spotify.com/track/6oVxXO5oQ4pTpO8RSnkzvv?si=kbhbX6CBTCyIduKBCYzS0g
(Reproducir- Dress de Taylor Swift)

No le dio tiempo ni a desayunar, solo ducharse corriendo e irse a atletismo. Al llegar con su chándal a conjunto y una sonrisa impecable se unió a su grupo de amigos que charlaban animadamente.
Los saludó pero no tuvo tiempo de adentrarse más en la conversación pues el entrenador utilizó el silbato, para llamar la atención de todos.

-Bien chicos, hoy solo tenemos una hora, así que primero de todo, vais a dar dos vueltas por todo el campamento en menos de veinte minutos, ¿si? luego os pondréis en parejas y haréis un par de ejercicios, y los últimos diez minutos os explicaré acerca de las competiciones con otros campamentos- Todos los alumnos asintieron entendiendo. -Bien pues el tiempo comienza ya- Los cuatro amigos se dirigieron corriendo hacia el lado
derecho, pues el campamento era enorme y había que empezar por algún lado.

(Reproducir canción)

Paul iba al mismo ritmo que sus amigos pero algo le llamó la atención que hizo desviarse del mismo camino.
Una campo de lavanda, nunca había visto esa parte del campamento. La forma en la que aquello transformaba el ambiente en otro, el olor a lavanda, el color que reflejaba en los troncos gracias a los rayos del sol. Aquello era realmente hermoso para los ojos del granadino. Se agachó y respiro profundamente para inundar sus pulmones de frescura y dulzura.

-Es precioso- Aquella voz que le había provocado tanto dolor de cabeza a la vez que lloros habló a sus espaldas

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-Es precioso- Aquella voz que le había provocado tanto dolor de cabeza a la vez que lloros habló a sus espaldas.

-Lo es- Respondió Paul, levantándose del suelo y girandose para mirar a este. Cuando sus miradas se cruzaron, su corazón latió más fuerte, pues la sudor del chico hacía que sus rizos se pegaran a su piel, su camiseta quedará más pegada, y su mirada luciera realmente sexy.

-Paul- El rizado hablo entre susurros cortados, mientras que se agachaba y arrancaba un trozo de lavanda.

-Álvaro- Respiro profundamente a la vez que miraba como este se acerba con la lavanda entre sus dedos. No se acercó demasiado, simplemente hizo lo más cursi que podía haber hecho, dejar el trozo de planta detrás de la oreja del chico, haciendo que el rubio se viera realmente adorable.

-Estas precioso- Retrocedió dos pasos, para darle espacio al otro. Sin embargo, el rubio solo pensaba en las palabras que acaba de pronunciar el rizado y el efecto que provocó en su barriga, sintiendo así miles de retortijones. ¿Eran mariposas?

-Desgraciadamente, no puedo decir lo mismo- Si podía decir lo mismo, por qué la vista que estaba presenciando era digna de admirar.
Álvaro sonrió, haciendo que el corazón del otro se debilitara. -Pero tal vez se pueda arreglar- Paul inocentemente se agachó y tomó un trozo de lavanda, para luego acercarse al chico en dos pasos, y depositarla detrás de la oreja también.

Paul fue alejarse pero la mano del otro agarró su camiseta atrayéndolo así de nuevo.

-No deberías hacer eso- Susurró el rubio, a la vez que intentaba no tocar al chico.

-Pero necesito tu calor- La voz del sevillano era desesperada.

-¿C- Cómo?- El tono de voz de Paul
bajo a uno mas íntimo, más delicado, más privado. Conecto sus ojos con el iris del otro, amaba mirarle a los ojos.

-Me he acostumbrado a tus besos, Paul- Alvaro dio otro tirón a su camiseta.

-No entiendo, no te entiendo, Álvaro, esta mañana...- No consiguió terminar pues el dedo índice del sevillano se posicionó en los labios del otro, mandándole a callar.

-Esta mañana estaba celoso-

-¿Por qué?-

-Por qué no quiero que beses a nadie más- Ambos chicos estaban tan cerca que sus miradas solo podían dirigirse a sus labios, sus alientos estaban a punto de desparecen entre besos.

-¿Y por qué no hablas conmigo?- Paul pasó sus manos por la cintura del otro. Atrayéndolo si era posible más hacia él.

-Por qué te odio-Álvaro hizo el intento de rozar sus labios con el rubio, pero lo único que consiguió fue un empujón hacia el árbol, apoyándose de manera brusca contra él, no le dio tiempo a preguntar el por que de ese movimiento, pues unas manos tomaron los muslos del chico, las manos de Paul sujetaban los muslos de Álvaro en el aire, mientras que este enrollaba sus piernas en su cintura.
Paul fue el primero en lanzarse a los labios de Álvaro, esta vez era algo más intenso, como si no le importara realmente lo mucho que le afectaría esto luego, solo quería mantener a Álvaro cerca, besarlo y romper sus labios si hacía falta.

Mientras tanto, las manos de Álvaro rodeaban la nunca del otro chico, intentando que este no se alejara en ningún momento.

Paul dejó de besar aquellos labios para empezar a dejar un camino de besos por la mandíbula de este, llegando así hasta sus cuello. Aquello provocó que este gimiera al sentir pequeños besos húmedos en esa parte tan sensible.

-P-Paul-Llamo desesperado el sevillano mientras que su cabeza estaba echada hacia atrás.

-¿Hm?- Dijo el otro sin apartar sus besos del cuello de este.

-Bésame- Paul no tardo mucho en reaccionar y darle lo que pedía, pues se lanzó de inmediato, desesperado. Los labios de Álvaro mordieron el labio inferior de su enemigo. Álvaro se alejó de los besos de Paul, para mirarlo a la cara.

-"(Nuestros momentos secretos en tu habitación llena de gente)
Our secret moments in your crowded room
(No tienen idea sobre ti y yo)
They got no idea about me and you
(Hay una hendidura en tu forma)
There is an indentation in the shape of you
(Dejaste tu huella en mí, un tatuaje dorado)
Made your mark on me, a golden tattoo
(Todo este silencio y paciencia, suspirando con anticipación)
All of this silence and patience, pining in anticipation
(Mis manos tiemblan por retenerte (ah, ah, ah)
My hands are shaking from holding back from you (ah, ah, ah)
(Di mi nombre y todo se detiene)
Say my name and everything just stops-

Álvaro cantó en los labios del otro, igual como el rubio hizo la última vez, a la vez que acariciaba su mejilla.

-Es una canción de Taylor, tu no la escuchas-

-Por eso mismo, me la he aprendido por ti-

Y aquello fue todo lo que necesitaba Paul para caer profundamente por el chico de ojos de cachorro, y lo suficiente para volver a lanzarse a besarlo.

-Te odio, pero mierda, te deseo tanto, amor- Hablo Paul a la vez que dejaba picos en los labios ya muy rojos del otro.

-Ese pequeño detalle puede quedar entre nosotros- Volvió a besar aquellos labios.

Paul sabía que eso no estaba bien, que deberían hablar las cosas pero ahora mismo solo pensaba en la marca que dejaría en el cuello de Álvaro.

Camp rock// Au PolvorónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora