[3] Encontronazo

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Paul llegó el primero al cuarto, pues su compañero que aún no sabía su nombre había desaparecido, de igual manera cuando dijeron que compartían cuarto, puso muy mala cara y eso a Paul le trasmitió malas vibes.

Al entrar, la habitación era tal cual se la imaginaba, una litera en una esquina y una cama en otra esquina, vale el cuarto era de tres, alguien faltaba. Paul se tomó la libertad de cogerse la cama libre. Si su compañero se quejaba de la litera, pues haber venido antes.

Álvaro entró resoplando al cuarto, haciendo que Paul se girara hacia el procedente ruido

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Álvaro entró resoplando al cuarto, haciendo que Paul se girara hacia el procedente ruido.

Cuando miró hacia la puerta, solo encontró un chico cargado de maletas, muy guapo, queda destacar, pero muy gruñón.

-¿Te ayudo?- Dijo amablemente Paul, con intención de acercarse y ayudar.

-No- Hablo seco el otro, dejando paralizado al otro chico.

Cuando el de pelo rizado consiguió pasar la puerta con existo y adentrarse en el interior, se quedó parado frente a las camas, mirando como le tocaría dormir en la peor cama de todas.

-¿No podrías haberte esperado a que llegásemos los dos para echarnos un piedra, papel o tijera?- Hablo borde.

Paul respiro profundo para no responder nada ofensivo.

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Paul llegó a la puerta de sus dos amigos, tocó un poco más fuerte de más, pues estaba bastante cabreado, no era por el chico en sí, sino, por que sabía que le costaba muchísimo socializar, y el haberlo intentado sintiendo así muchísima ansiedad, y...

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Paul llegó a la puerta de sus dos amigos, tocó un poco más fuerte de más, pues estaba bastante cabreado, no era por el chico en sí, sino, por que sabía que le costaba muchísimo socializar, y el haberlo intentado sintiendo así muchísima ansiedad, y aún así haber recibido esa respuesta tan malhumorada, le sentí regular.

Juanjo fue quien abrió la puerta, pues se hacía el duro pero era quien más estaba atento de su amigo, pues este llevaba toda la vida junto a él y sabía perfectamente todo lo que había pasado el rubio.

Paul tenía algún par de lágrimas en sus ojos, pues le daba tanta ansiedad fracasar a la hora de relacionarse, y hoy había fracasado, al menos se sentía así.

-Ey, no, polito, no no- Juanjo tiró del brazo de su amigo, para cerrar la puerta y atraerlo entre sus brazo, dándole un abrazo reconfortante.

-Nooo, loqui, ¿que pasó?- Lucas se unió al abrazo de tres.

Paul no pudo evitar derrumbarse. Ya no se trataba del chico, se trataba de que nunca conseguiría socializar sin sentir esa ansiedad en su interior.

Los tres chicos se separaron por fin, y condujeron a Paul a la cama libre que al parecer era de Lucas.

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Camp rock// Au PolvorónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora