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﹒➜ MEDUSAS a la orilla del MAR
#O8 ﹒➜ Sin esperanzas.

﹒➜ MEDUSAS a la orilla del MAR #O8 ﹒➜ Sin esperanzas

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Oscuridad.

Un vacío abrumador lo rodeaba.

Tamaki no entendía lo que había sucedido. Hace apenas un instante, estaba resignado a irse sin haber obtenido ninguna respuesta en aquella sala, sin haber avanzado nada, pero ahora, se encontraba en un lugar diferente, donde la oscuridad lo tragaba todo y donde su presenciaba era lo único existente.

Nada era visible, salvo la sensación agobiante de estar atrapado.

Cada músculo de su cuerpo tensaba, impulsado por un miedo tan profundo que las palabras parecían inútiles. Trató de moverse, sus pies tropezando sobre un suelo inexistente, corriendo, sin dirección, solo con la urgencia de escapar.

"¿En dónde estoy?" Pensó desesperado, sin parar de correr hacia el vacío infinito.

—No existe la salida.

El eco de una voz, gutural y helada, vibró a su alrededor, como si las mismas sombras hablasen. Nunca había escuchado una voz tan antinatural.

Sintió cómo un cosquilleo recorrió su columna vertebral, pero en lugar de detenerse, intentó correr con mayor velocidad, luchando contra la incertidumbre que comenzaba a devorar su razón.

Pero por más que corría, sentía que estaba estancado en el mismo lugar. No había señal de escape, todo estaba cubierto con una negrura total. La desesperación se apoderaba de él, cada paso parecía más pesado que el anterior, como si la oscuridad misma lo estuviera reteniendo.

—Hace seis meses, en el mar, ¿lo recuerdas?

La voz preguntó ahora más cerca, más cruel, cada palabra era un cuchillo que se clavaba en su mente. Tamaki se detuvo de golpe al escuchar esas palabras. El aire le quemaba los pulmones, su respiración se volvió errática. Un sudor frío le recorrió la espalda mientras su mente lo transportaba a aquel día en el mar, un recuerdo que nisiquiera había intentado enterrar.

—Eres tú... —murmuró, dándose cuenta con quién estaba hablando. Su voz era apenas un susurro, cargado de incredulidad y quizás terror. La revelación lo golpeó con la fuerza de una ola, dejándolo paralizado. El miedo se enroscaba en su estómago, apretando con fuerza, mientras su corazón latía desbocado, resonando en sus oídos como un tambor de guerra.

Miró a su alrededor, sus ojos intentando inútilmente encontrar el origen de la voz. Lo único que percibía era el silencio opresivo, la oscuridad que se extendía hasta lo infinito.

—Revélate, no tiene caso que hables desde la oscuridad.

—Soy la oscuridad —respondió la voz—. Estoy en todas partes, es mi verdadero ser. Justo por ello, no puedes huir de mí.

La sorpresa fue evidente. Lo sabía, lo había sabido desde el principio, pero ahora... ahora tenía por seguro que no podía escapar.

"Su verdadero ser" Palabras fuertes, ¿qué es lo que significaba aquello realmente?

𝐌𝐄𝐃𝐔𝐒𝐀𝐒 𝐀 𝐋𝐀 𝐎𝐑𝐈𝐋𝐋𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐌𝐀𝐑 | Tamaki AmajikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora