꧁༒☬𝓤𝓷 𝓻𝓸𝓶𝓪𝓷𝓬𝓮 𝓱𝓸𝓶𝓲𝓬𝓲𝓭𝓪☬༒꧂ (Beckory)

Capitulo 9

Un día no muy feliz

Tony había optado por el hecho de ir con el castaño a relajarse, ¿Qué podría salir mal? Acepto ir, decidió llevar algo de plata para evitar el hecho de que Gregory tenga que pagar algo que no le correspondía, a pesar de haber sido él quien invitó a esa "salida" que estaban teniendo, Tony quería pensar que se trataba de una cita, pero debía reprimir esos sentimientos o al menos en ese momento, sentimientos que aún no lograba comprender al 100% hacia Gregory, aún se arrepentía de no haber sido él el "Caballero" que haya invitado cordialmente a Gregory, si su madre se llegaba a enterar de que Tony tenía su primer romance juvenil inicial y que él no fue quien invitó a la "cita" se llevaría un buen regaño por parte de su madre, considerando el hecho de que ella es una gran consejera romántica en situaciones así... Hasta ya había pensado en decirle a su madre sobre el tema y pedirle ayuda.

—¿Tienes hambre? Si quieres pido algo para que podamos comer...— La voz suave y ligeramente aguda de Gregory lo hizo volver a la realidad, sonrojándose instantáneamente de vergüenza al pensar en el simple hecho de que Gregory estuvo hablándole todo este tiempo y él simplemente no haya escuchado, decidió responder rápidamente.

—N-no... Tranquilo, tu me invitaste a venir y yo invito la cena— Tony dijo, sintiéndose más seguro ahora, "A lo mejor mi mamá no me regaña si le cuento esa parte..." Tony pensó para si mismo, aún pensando en contarle a su madre de que posiblemente gustaba de su mejor amigo al que recién conoció ese año... No se arrepentía ni por un segundo el hecho de haberlo conocido, a pesar de ser muy bromista en ocasiones, su profundidad y seriedad en temas sensibles lo hacía más especial, pero no quería creerse que era más especial que Ellis o Cassie... Era algo que no se lo permitiría hasta definir completamente sus sentimientos.

—¿Tony? Umm... ¿Estás... Bien?— Gregory preguntó al notar que Tony volvió a tener esa clase de choques de pensamientos en los que simplemente se quedaba pensando y no reaccionaba, decidió repetir varias veces su nombre, intentando llamar su atención, nada resultaba. —¡TONY!— Gregory se vio obligado a gritar su nombre para traer su mente voladora a la tierra nuevamente.

—¡Ah! ¿E-eh? Oh... Ehm... S-si... Sólo pensaba en cosas...— Tony se excusó a si mismo nuevamente, no quería dar mucha explicación, pensaba que con eso iba a bastar.

—Si... Me di cuenta... Pero, ¡Ya! ¡Muévete! No querrás que nos quiten el lugar en la mesa— Gregory dijo con una voz un tanto nerviosa, como si quisiera evitar a algo o a alguien, pero la sonrisa que pintaba su rostro en ese momento lucía bastante natural, pero como siempre, Tony aún tenía sus sospechas sobre sus comportamientos, en especial cuando estaban en el Pizzaplex.

—Bueno, como dije, yo invito, tú solo siéntate y pide lo que quieras, yo pagaré la cuenta— Tony dijo, con una voz caballerosa que era regularmente coqueta, parecía que intentaba impresionar al castaño con su comportamiento caballeroso.

—Bueno, Sr. Becker, en ese caso voy a querer una pizza de pepperoni si no es mucha molestia— Gregory decidió seguirle el juego a Tony, haciendo su pedido de una manera "decente" por así decirlo.

Tony rió. —En seguida Mon Cher, ,eso jamás sería una molestia— Expresó Tony con un acento francés, intentando sonar coqueto, romántico o hasta caballeroso en unas simples palabras, Tony empezó a caminar en dirección de algún mesero (ya que todos eran bots programados) para hacer su pedido.

Gregory estaba mirando como Tony se iba a no mucha distancia, parecía una adolescente enamorada por la manera en la que lo observaba, luego hubo algo que rápidamente rompió su momento de apreciar la belleza del momento, era Glamrock Chica, lo estaba mirando fijamente, como si quisiera consumir su alma con tan sólo la mirada, sabía que ella no estaba actuando normalmente, sus ojos estaban de un rojo dilatado en lugar de un azul pastel, color original de los ojos de la gallina animatrónica, el castaño sintió un escalofrío recorrer toda su espalda, se estremeció y decidió mirar a otra parte para evitar mirarla y sentirse más presionado o intimidado, evitando sobrepensar las cosas, sabía que era él y no había nada que confirme lo contrario.