HOY LOS DE LA SELECCIÓN viajaban para estados unidos para jugar unos partidos y hacer una mini-gira. Obviamente yo tenia que ir a despedirme de mi amigo aunque vaya a ir en unos días
— nos vemos, avisas cuando llegues —me separé del abrazo de Julián
— si cargosa, yo te aviso. Seguro vas a estar en el quinto sueño —giró los ojos sonriéndome
— y? vos igual tenes que avisar. Mira si te pasa algo, no me entero y no me puedo robar nada de tu casa? —acomodé mi cabello
— gracias por tanto amor, Lola —apoyó su mano en mi cabeza y me empujó hacia atrás suavemente
— yo también te quiero —le hice burla
— a ver nenes, no peleen —nos separó papá— Suerte Araña, portate bien —lo jodió y se dieron la mano
a unos metros nuestros estaba mi padrino hablando animadamente con Di Maria. Escabullendome de ambos hombres, me acerqué a los mayores de la selección a saludarlos y desearles suerte
— buenas —saludé— cómo andan los jovencitos?
— de 10 —respondió Angel— y vos Lola? —se cruzó de brazos
— mi ahijada siempre esta joya, o no? —me empujó Leo con su hombro jugando
— si, tio. Obvio —sonreí— Mucha suerte para los dos, traten de no lesionarse, por favor —junté mis manos
— vo' tranqui. Nosotro' lo' bueno' sabemo' lo que hacemo' —respondió
Ángel asintió
— eso espero. Voy a estar esperando tu gol Fide —lo apunté
— eh, y yo? —me reclamó Leo
— si, el tuyo también. Como siempre
— raja, vendida —chasqueó la lengua y reí
charlamos un rato más hasta que Scaloni les pidió que vayan subiendose para partir en dirección al norte del continente. Hice un pequeño puchero y sentí una presencia a mi lado, al girarme me encontré con que los otros dos ya no estaban y en su lugar estaba De Paul con los brazos cruzados
me giré en su dirección, mi vista viajo por sus tatuajes hasta llegar a su rostro, y él me miró
— nos tenes fé? —preguntó
— "elijo creer" —repetí la misma frase que tanto marco a todos los argentinos
sonrió amablemente y asintió
— más vale que nos veas jugar —amenazó
— si, pero vos, deja de hacer quilombo y portate bien —retruqué
— ya lo veremos —se encogió de hombros— Me tengo que ir o papá Scaloni nos va a retar —suspiró— nos vemos Lola
se acercó, permitiendome sentir ese rico perfume amaderado que tanto me gustaba, y se despidió dejando un beso en mi mejilla
— chau Rodri —apoyé mí mano en su brazo delicadamente
en aquel momento una corriente eléctrica me recorrió el cuerpo
— mucha suerte quilombero —terminé mi frase después de unos segundos
me guiño el ojo antes de irse con sus compañeros con una sonrisa dibujada en su rostro. Noté que Julián estaba asomado desde su ventana chusmeando y solté una risa apenas se dió cuenta que lo descubrí
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