coffee

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ENTRE RISAS LLEGAMOS AL HOTEL con Alejandro. Habiamos salido a merendar algo tranquilo, después de tanta insistencia me parecía feo decirle que no, además amaba merendar

abrió la puerta y su mano se posó en mi espalda, dándome señal a que yo pase primero. Le sonreí amablemente y pasé delante suyo, noté su mano bajar delicadamente por mí espalda y me giré para enfrentarlo

— estuvo linda la merienda? —preguntó

— si, muy rico todo —me crucé de brazos

— y muy linda compañía, no? —sonrió egocéntrico

blanquee los ojos divertida ante la situación y negue levemente con mí cabeza. En su rostro apareció una mueca de indignación total y me empujó juguetonamente

— en cualquier momento vas a querer algo mio y te voy a hacer acordar de hoy —reclamó en joda

— yo? algo de un español? —lo jodí— nunca

la mano que se encontraba en mi espalda baja, a la altura de mi cintura, me acercó a él y se inclinó quedando a escasos centímetros

— jamás? qué tan segura estás de eso, morocha? _—susurró

sonreí inevitable ante la confianza que se tenía

— muy segura. O tenes algo que ofrecerme? —dije en el mismo tono

— a mi me re da para mostrarte, vos te la bancas? —me sujetó el rostro con su mano libre

— Ale —advertí y él sonrió

— qué, Lo? Te doy miedo? no era que soy un nene? —atacó en broma

— miedo y plata nunca tuve —apoyé mis manos en su pecho y lo alejé suavemente de mi— Pero no te lo mereces —sentencié

enarcó una ceja totalmente confundido y divertido a la vez. Era un juego de tire y afloje, y lastimosamente no íbamos a llegar a más que eso

— prefiero los mayores —me encogí de hombros

— si no probas, nunca vas a saber —apartó unos mechones de pelo que caían por mi rostro— Dale, una probada no mato a nadie. Además no se tienen por qué enterar —sugirió

y aunque sonó tentador, junté fuerzas y me negué completamente a quedar encantada bajo su toque

— termina de crecer primero —lo terminé de alejar con una sonrisa

— terminame de criar entonces —contestó restándole importancia

solté una risa y negué nuevamente. Pude divisar a los chicos en el living concentrados jugando al truco. Aunque el que parecía ido era De Paul, miraba fijamente el piso y sabía que su cabeza estaba maquinando, se notaba de lejos

— querés ir con ellos? —preguntó— o preferís irte a descansar un rato?

— capaz vaya con ellos un rato y después suba, vos qué vas a hacer? —curiosee

me abrazó por los hombros tiernamente y me acompaño hasta donde estaba el grupo

— creo que Enzo quería que tomemos mates, asi que seguro haga eso —plantó un fugaz beso en mi sien

— bueno, dale. Vaya —lo corrí en joda

cuando miré la ronda dispuesta a saludar, los ojos de Rodrigo se clavaron en el español y una mueca de desagrado se dibujó en su rostro

y éste?

— hola, buenas —saludé en general

— eh! cómo andas niñera? —me jodió Lisandro y me reí

— mirá, se te fueron las arrugas. Te hizo bien el colágeno —añadió Otamendi

— que insoportables. Fui a merendar —me senté en el único lugar libre, al lado de Rodrigo

— asi que saliste con él —habló solo para que yo lo escuché— no te tenía así, pensé que te gustaban los hombres

sonreí notando aquel tono aún desconocido en su voz

— si, me gustan esos. No me gusta que sean gatos, es una lástima —me encogí de hombros

no volvió a decir nada en lo que quedaba de partida, y yo tampoco. No necesitaba rogarle nada a un boludo como él

boludo pero igual me gusta

Julián aparece y pégame una trompada pensé

Lola ─ Rodrigo de PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora