Lola ─ Rodrigo de Paul

mates

REÍ LUEGO DE ESCUCHAR LA anécdota que contaba Rodrigo con tanta diversión sobre una pequeña pelea que había tenido de chico por su "novia", la cual solo era una chica que le gustaba y nunca había sido algo más que amigos, contra el novio real de la misma

— nah, imaginate. Anduve con el ojo hinchado morado por unos días. Encima mi vieja quería ir a hacer quilombo —rió— cuando le dije que fue mi culpa me cagó a pedo

— y si, es que sos medio boludo vos también. Mira que vas a andar diciendo que es tu novia, te buscaste que te fajaran —solté con burla

— qué sabía yo que tenia novio —se excusó

— bueno pero igual, si no era el novio, era el padre y seguro que iba a ser peor

— asi todo cagado a palo, estoy acá. Imagínate que nunca me hubiesen fajado y eso altere la realidad. Capaz vos estarias con alguien más acá, capaz nunca hubiese jugado en la selección —flasheó

apoyé mi cabeza en su hombro cruzandome de brazos, él se mantuvo en su lugar en silencio, ambos disfrutábamos de las luces de los edificios, la vista desde el techo del hotel era increíble

— cómo te esta yendo con tu carrera? —preguntó

— bien. Por suerte, justo suspendieron los entrenamientos para esta fecha, asi que me vino joya para venir a verlos jugar. Dentro de unos meses me toca jugar, espero que podamos ganar

— seguro que si, yo confío en vos —me animó

— gracias, pero necesito a mi equipo para ganar

suspiró

— los dos lo hacemos. Por eso es importante darles ánimos constantemente, decirles que no bajen la cabeza, que un gol no es el final, que podemos dar más. Yo no soy capitán y tampoco tengo planeado serlo pero soy ese alguien que buscar mantenerlos arriba siempre para que no se caigan

aquello me hizo guardar silencio y pensar en mis siguientes palabras unos segundos. Parecía realmente vulnerable ante algún recuerdo que le pasara por la cabeza

— Rodri —lo llamé con suavidad

— qué pasa?

— yo también confío en vos, en mi selección —dije calmada

no podía verlo pero algo en mi me decía que estaba sonriendo dulcemente, como pocas veces lo habia visto hacer

— nos pusimos re depresivos —cortó de repente

— si, mal —apoyé enderezandome en mi lugar

— mañana viajamos temprano, tendriamos que irnos a dormir —sugirió, sin embargo no se movió

quería quedarme un rato más, todavía no estaba cansada. Además era interesante charlar con alguien ademas de Julián, mi papá o mi padrino

— quedate, tomemos unos mates —sonreí amablemente

me miró por unos segundos y asintió sonriendome

— acompañame a calentar agua. Te voy a enseñar a preparar el mejor mate de toda la Argentina y el mundo —se levantó

me extendió su mano para ayudarme, claramente la acepté y al levantarme casi choqué con su fuerte y trabajado torso. Di un paso hacia atrás dejando un espacio y él tiró suavemente un mechón de mi cabello

— vamos sucia —comenzó a caminar

tarde unos segundos en reaccionar y seguirlo

— sucio sos vos, Rodrigo

— si, si. Shhh —me calló

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con amor
L—