Capítulo 7-Opresión

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No es fácil.

Nunca lo es.

Corre tan rápido como puede, esquiva todos los desniveles, cada hoyo, cada basurero, cada piedra con maestría practicada. No es la persona más fuerte que hay, su constitución física es demasiado delgada y sin importar cuánto lo intente, no puede desarrollar más músculos, pero si algo aprendió a ser, es rápido.

Sus piernas son delgadas y con facilidad ganan velocidad, de tantas veces de huir para sobrevivir a este punto ya desarrolló una resistencia tan buena como para tener tiempo de salir de cualquier situación que lo amerite.

Sus perseguidores no pueden mantener el ritmo, también nativos de esas calles pero carentes de su habilidad. Intentan perseguirlo para arrebatarle el poco efectivo que carga con él, no es la gran cosa pero es suficiente para vivir sin hambre por un mes entero.

La desesperación es lo que los empuja a intentar atacar, conoce su desesperación, hambrientos y frustrados, por lo que no mantiene ningún rencor hacia ellos mientras huye de sus navajas. Pero no guardarles ningún rencor no es lo mismo a dejarlos tomar por lo que él trabajó tanto.

Tantas horas de hacer tareas, de dar clases a otros y hacer pociones. Cada uno de esos galones después sería intercambiado por dinero muggle y usado para mantener a su madre y a él. Esas vacaciones fueron las menos hambrientas que jamás experimentó, pasándole dinero a su madre a escondidas para que ella pudiera salir de comprar y conseguir comida suficiente para ellos, lograron racionar lo suficiente.

Eso, al menos, hasta que Tobias se dio cuenta que su mujer e hijo estaban comiendo mucho más de lo que podía pagar con sus míseros centavos.

Gritó como un perro rabioso, exigiendo saber de donde salía el dinero, fue tan lejos como para acusar a su madre de venderse a sí misma.

En años anteriores, Severus no había hecho nada más que bajar la cabeza y huir de su agresión, pero algo lo fue cambiando, desde el primer día que sus dientes se enderezarón.

Desde que ya no temía abrir la boca o desde que descubrió el poder de la magia oscura.

La frustración familiar se convirtió en una ira casi animal cada vez que lo veía, a sabiendas que tenía el poder de terminarlo, de torturarlo sin siquiera tener que moverse de su lugar, podría lastimarlo tanto y ese cabrón de verdad piensa que tiene la mano ganadora.

Su madre, su amada madre, podría hacerlo, ella, a diferencia de él, era una bruja adulta, ella podría usar su varita sin alertar al ministerio, podría usar su poder como quisiera y tener a ese monstruo de rodillas ante ella.

Pero no, ella eligió sufrir y hacerlo sufrir junto con ella.

No odiaba a su madre, solo a sus decisiones.

Tendría que esperar un año más para lidiar con ese monstruo por sí mismo, pero por ahora, no podía hacer nada más que lo mínimo.

Grito de regreso que mejor deberían venderlo a él en pedazos, aunque sería ilegal vender basura.

A Tobias no le gustaba ser desafiado, menos por su hijo, por lo que al instante arremete contra él. Eileen gritó aterrada cuando su esposo se abalanzó contra su hijo en una pelea, sosteniendo al mestizo contra el suelo desde su cuello, asfixiándolo, Severus jamás podría haber ganado, incluso si el más grande estaba borracho, seguía siendo el más fuerte y más cruel de los dos. Eso al menos hasta que Severus fue más maquiavélico.

La única razón por la que el brazo de su padre no se pudrió por completo y cayó fue por la intervención de su madre y su poder para hacer ceder a Severus.

En la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora