26-el Valor de los Pequeños Gestos

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Después de unos minutos de silencio abrumador, Antonella se secó las lágrimas y buscó apoyo en alguien en quien sabía que podía confiar. Marcó el número de Lucía, su amiga de toda la vida, en busca de consuelo y comprensión

Antonella marcó el número de Lucía con un nudo en la garganta, esperando que su amiga respondiera. Después de unos tonos, Lucía finalmente contestó, pero su tono de voz era tenso y distante.

"¿Hola?", dijo Lucía, sin el entusiasmo habitual en su voz.

"Lucía, necesito hablar contigo", dijo Antonella con cautela, sintiendo la tensión en el aire.

Hubo un breve silencio antes de que Lucía respondiera con sinceridad. "Antonella, lo siento, pero creo que es mejor que no sigamos siendo amigas."

Antonella se sintió aturdida por las palabras de Lucía. "¿Qué? ¿Por qué dices eso?"

Lucía suspiró, evidentemente angustiada. "Después de todo lo que ha pasado con las fotos... Me siento avergonzada, Antonella. No sé si puedo seguir adelante con nuestra amistad después de esto."

Antonella luchó por encontrar las palabras adecuadas, sintiéndose devastada por la pérdida de su amiga más cercana en un momento tan difícil. "Lucía, yo... Entiendo cómo te sientes, pero te prometo que no tuve nada que ver con eso. No quiero perder nuestra amistad."

Hubo otro silencio incómodo antes de que Lucía respondiera con suavidad. "Lo siento mucho, Antonella. Necesito tiempo para procesarlo todo. Quizás en el futuro..."

Antonella asintió, sintiendo un nudo en la garganta. "Entiendo. Gracias por ser honesta."

Después de colgar, Antonella se sentó con el corazón roto, sintiendo la soledad abrumadora de perder a dos personas importantes en su vida en tan poco tiempo. Sabía que tendría que encontrar una manera de seguir adelante y reconstruir las relaciones que tanto valoraba, pero el dolor era difícil de soportar

Por el lado de Santi

. Santiago se encontraba en la casa presidencial de Olivos, en una reunión con Javi y Karina. Mientras discutían asuntos políticos, Karina notó que Santiago parecía distraído.

"¿Pasa algo, Santiago?", preguntó Karina con preocupación. "He notado que Antonella parece muy apagada últimamente."

Javi, mirando seriamente a Santiago, intervino. "Sí, realmente se ve sola. Deberías estar más cerca de ella, Santiago. Necesita tu apoyo ahora más que nunca."

Santiago asintió, sintiendo una punzada de culpa por no haber estado más presente para Antonella en los últimos tiempos. "Tienen razón. Debo asegurarme de estar ahí para ella. No quiero que empeore."

Karina puso una mano en el brazo de Santiago con comprensión. "Ella te necesita, Santiago. A veces, solo estar allí puede hacer una gran diferencia."

Santiago tomó una decisión en ese momento. "Voy a cuidar de ella. Gracias por preocuparte, Karina, Javi."

Santiago entró en la cocina después de un largo día en la Casa Rosada, encontrando a Antonella sentada en silencio, con lágrimas resbalando por sus mejillas. Los gemelos, Cielo y Max, estaban tranquilamente viendo una película de Disney en el sofá, con Leo, su perro, acurrucado entre ellos.

Al ver a Santiago, Antonella se levantó rápidamente y se acercó a él, visiblemente angustiada. "Santi... Necesito hablar contigo."

Santiago la abrazó con ternura, sintiendo el peso de la preocupación en su corazón. "¿Qué sucede, amor? ¿Estás bien?"

Antonella sollozó, tratando de controlar sus emociones. "Santi, creo que necesito ver a un psicólogo. No estoy bien. Me siento abrumada, perdida..."

Santiago la sostuvo con firmeza, acariciando su cabello con ternura. "Está bien, cariño. Te apoyaré en todo lo que necesites. ¿de acuerdo?"

Más Allá del Caos-Santiago caputo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora