Anto se miró en el espejo, ajustando el último detalle de su vestido azul marino. Era un vestido sencillo pero elegante, perfecto para la cena especial que habían planeado con Santi esa noche. Mientras se observaba, sintió los pasos de Santiago detrás de ella.
—¿En serio vas a salir así? Pareces modelo de OnlyFans —comentó Santi con una expresión de desaprobación en su rostro.
Anto se giró hacia él, sorprendida y herida por sus palabras.
—¿Qué? Santi, ¿cómo puedes decir eso? Es solo un vestido, ¿qué tiene de malo? —respondió, sintiéndose incómoda y molesta.
Santiago cruzó los brazos, manteniendo su postura.
—Lo siento, pero no creo que sea apropiado. No quiero que todos te vean de esa manera —dijo, sin mostrar arrepentimiento.
Anto sintió una mezcla de enojo y tristeza ante su comentario.
—No me digas cómo debo vestirme, Santi. No soy una niña y no necesito tu permiso para elegir mi ropa —replicó, con firmeza en su voz.
Santiago se mantuvo firme en su opinión.
—Lo siento si te lastimé, pero así lo veo yo. No estoy diciendo que no puedas elegir tu ropa, solo que esta elección no me parece adecuada —respondió, con sinceridad.
Antonella se sintió frustrada y decepcionada por su actitud controladora, recordando cómo su padre solía comportarse con su madre.
—Estás actuando igual que mi padre. Controlador y sin respeto por mis decisiones. Pensé que eras diferente, Santi —dijo, con tristeza en su voz.
Después del incómodo intercambio en casa, antonella y Santiago subieron al auto en silencio. La tensión entre ellos era palpable mientras conducían hacia el restaurante. Santiago parecía inquieto, y anto se sentía decepcionada por su actitud.
Durante el trayecto, Santiago continuó con sus comentarios sobre el vestido de anto, expresando sus preocupaciones de manera insistente. Anto, cada vez más frustrada, optó por mantenerse en silencio, sintiendo que cualquier intento de discusión solo empeoraría las cosas.
Finalmente llegaron al restaurante donde se encontraban con sus amigos. Santiago parecía estar de mejor humor ahora, riendo y bromeando con sus amigos mientras anto se sentaba a su lado, sintiéndose incómoda por la situación.
Durante la cena, la actitud de Santiago empeoró. Mientras hablaban, algunos de sus amigos hicieron comentarios sexistas y despectivos sobre las mujeres, y Santiago se unió a ellos, riendo y asintiendo como si estuviera de acuerdo.
Uno de sus amigos hizo un comentario sobre cómo las mujeres solo sirven para limpiar y parir, lo cual fue seguido por risas y chistes de los demás. Antonella escuchaba cada palabra con creciente incomodidad y decepción, observando cómo Santiago no solo no detenía la conversación, sino que también contribuía a ella.
—Ya sabes cómo son las mujeres, siempre buscando algo de qué quejarse —dijo uno de los amigos de Santiago, provocando más risas entre ellos.
Santiago se rió y agregó: —Sí, tienen que aprender a relajarse un poco. No entienden nuestras bromas.
Anto sintió un nudo en el estómago al escuchar a Santiago validar esos comentarios. Se sintió traicionada y herida por su comportamiento, preguntándose si realmente conocía al hombre con el que estaba en una relación.
Después de la cena, cuando estuvieron solos de nuevo en el auto de regreso a casa, anto no pudo contener su frustración y decepción.
—Santi, necesitamos hablar sobre lo que pasó esta noche —dijo con seriedad, mirándolo directamente.
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Más Allá del Caos-Santiago caputo-
FanficEn las bulliciosas calles de Buenos Aires, Antonella se ve envuelta en el caos de una discusión agotadora con su pareja. Con la mente nublada por emociones encontradas, casi choca con un elegante Audi blanco que aparece de repente. El conductor, San...