Qué situación más esperada... Éramos Masato y yo, en la soledad y calma que nos entregaba nuestra habitación. Ran-chan había dejado la recamara hace ya unos momentos, por lo que mis intenciones de estar en una posición más íntima junto a mi hermoso acompañante, estaban haciendo palpitar mi corazón cada vez más rápido. Por ello, dejé mi lugar en el sillón en donde estaba y me dirigí hasta un punto en donde pudiese contemplar de mejor forma al serio peliazul. Frente a las dispersas hojas que Masato había sembrado alrededor de su persona, me tendí cuan largo era, apoyando mi cabeza en uno de mis brazos... Quería observarte, admirarte en esa formal postura que tanto te caracterizaba, embeberme de tu belleza mística y saborearte con el sensible paladar que tienen mis ojos solo para catar tu figura. Eres tan bello... tan delicioso de mirar, que me llega a saber a agonía el hecho de no poder tocarte.
Lo sé, sé que no me rechazarías si yo me acercase en este momento y te robase un tierno beso, pero también comprendo cuán importante es esto para ti. Sé que te generaría cierto descontento el hecho de no trabajar en el proyecto que en este momento te mantiene absorto...
De cierta forma enfermiza me sentía celoso de la música, pues ella me roba tu atención... Pero también, debía ser franco, ese sucio sentimiento, ese que me incitaba a querer despedazar todas las hojas que con tanta delicadeza movías frente a mis ojos, se debía también a otra cosa, a algo mucho más tangible que una de las representaciones del arte. Había una persona que se estaba interponiendo de una insana forma. Esa que desgraciadamente tendrá que compartir la interpretación de la canción que nos abriría las puertas a un nuevo camino... ese hombre: Ichinose Tokiya.
Masato no lo entiende, siquiera lo intuye. Ese hombre se quiere inmiscuir entre nosotros, agredir este profundo lazo que con tanto esfuerzo hemos construido a pulso y sacrificio puro. Ese hombre esconde sus intenciones inteligentemente. Ese hombre es macabro y maquiavélico. Yo lo sé, yo lo comprendo, pues en ello resulta ser que nos asemejamos, desgraciadamente.
Hijirikawa, ¿Qué pensarías si te doy a conocer todas las veces que he intimidado y amenazado a personas que han querido rondarte con burdas intenciones? ¿Qué me dirías si te doy a conocer esa espeluznante aura celópata que me envuelve cada vez que alguien siquiera se te acerca? ¿Qué es lo que responderías si te contase las infinidades de veces que he tenido que alejarme de tu persona para que no caigas en la cuenta de la agresividad que me envuelve cada vez que me amenazas con el término de nuestra relación? ¿Qué es lo que tu cabeza dilucidaría frente a tan deforme y horrida postura de hombre protector? ¿Qué sería, Hijirikawa?
Tengo miedo, tengo tanto miedo de perderte que haría lo que fuese por conseguir la estabilidad perfecta, esa que mantendría a mi vacilante alma en el equilibrio idóneo, ese que me daría la tranquilidad y la seguridad concreta de que tú, siempre estarás a mi lado cada mañana, al despertar.
Odio la soledad, la odio acérrimamente... imaginar entonces que tú no estás a mi lado, para mí sería la muerte en vida.
-Ren...- me llamaste profundamente... Tu voz, suena igual que los pájaros en el amanecer. Delicado, enternecedor, sofocantemente adorable. Tan solo necesitaba de tu voz para que mi alma volviera a la quietud... Las lenguas de fuego que hacían de mi corazón un infierno, ahora solo son una limpia llama cálida, controlada, acogedora...- Puedo sentir tu mirada sobre mi ¿Cuántas veces te he dicho que...?- levantaste levemente tu mirar, para encontrarte de lleno con la mía. Algo viste en ella que no te gustó del todo. Frunciste el ceño, dejaste por un momento tus hojas en un costado, ordenaste tu cabello detrás de una de tus orejas y agregaste.- Dime qué es lo que te tiene tan angustiado.
-¿A-angustiado? ¿Qué es lo que podría tenerme angustiado?- dije, mientras desviaba nerviosamente mi mirada de la tuya... La forma en que ambos podemos leer tan fácilmente el pesar del otro, en ciertas ocasiones, me intimida...
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Conociéndome al conocerte II: La resonancia de la discordia
Fiksi PenggemarMasato y Tokiya, el Cross Unit esperado. Ren, inseguro ante la situación actual entre él y Hijirikawa. La latente e inesperada armonía que existe entre las esencias musicales de los peliazules. Las insensatas acciones de Ren, las decisiones de Masat...