20. "Estar Contigo" FINAL

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Después de unas semanas al fin había firmado los papeles del divorcio, Satoru y él había acordado mudarse a Italia, con el dinero que había ahorrado desde que empezó a trabajar con su padre logró ser socio de Nanami y ahora él sería el representante en Italia, sentía que por fin había logrado lo que siempre soñó y aunque en el fondo deseaba que por lo menos sus hermanas estuvieran a su lado él no las presionaría.

Satoru entró a la habitación con una enorme sonrisa, se acercó a él y dejó un tierno beso en sus labios.

— Cariño, ya tengo nuestros boletos — dijo agitando un sobre frente a él — Pasado mañana saldremos para Italia — informó y él sonrió.

— Eso me hace muy feliz — murmuró y besó sus labios.

— Por cierto, Utahime nos invita a cenar esta noche — mencionó — Le dije que primero lo consultaría contigo y después le diría — murmuró rápidamente — Si no quieres ir no hay problema, le diré que ni podremos por el viaje — sonrió.

— Tranquilo, yo estoy bien con eso, así que confirma — sonrió — La verdad tengo curiosidad acerca de algo y esta será una vocación perfecta para saber si mis sospechas son ciertas o no — mencionó.

—¿Qué sospechas? — inquirió confundido.

— Esta noche lo sabrás — murmuró — me voy a dar un baño ¿vienes? — inquirió en tono seductor y sonrió satisfecho cuando el albino empezó a desvestirse y lo siguió.

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Al llegar al restaurante un mesero les indicó donde se encontraba su mesa y una sonrisa disimulada se formó en su rostro al ver a la pelinegra acompañada de una mujer que él ya conocía perfectamente.

— Buenas noches — saludó y su vista fue directo a su amiga — ¡Shoko! Que sorpresa verte aquí — dijo fingiendo asombro.

— Satoru, Suguru que bueno que ya estén acá — dijo ignorandolo por completo — Soy Shoko Ieiri, amiga de  Suguru — mencionó nerviosa y estrechó la mano del albino y luego ambos tomaron asiento.

La mesa quedó en un incómodo silencio, Satoru observó a Utahime la cual tenía el rostro completamente rojo y su vista puesta en Shoko quien a su vez movía ansiosa sus dedos, él sonrió burlon, era la primera vez que veía a su amiga en esa situación así que planeaba disfrutarlo.

— Satoru — murmuró Utahime rompiendo el silencio que con cada segundo era más incómodo — Shoko y yo estamos saliendo — soltó y su rostro se tiño en escarlata.

—¡¿QUÉ?! — exclamó — ¿Desdé cuando? ¿Cómo? — inquirió.

— La conocí hace varias semanas, pero hasta hace unos días empezamos nuestra relación — murmuró nerviosa y Shoko acarició una de sus manos.

— Solo quiero saber algo, ¿Eres feliz a su lado? — inquirió.

— Mucho — respondió.

— Entonces todo está bien, lo importante es que ambas sean felices — sonrió.

— Y tú, ¿No dirás nada? — inquirió la castaña en su dirección.

— Sabes que no soy el mejor en esto así que seré breve, solo les deseo mucha felicidad — respondió y le sonrió de manera sincera.

— Gracias — dijeron al unísono — Creí que te sorprenderías más — dijo la castaña.

— La verdad es que ya lo sospechaba, hace unos días las vi cerca del Empire State — sonrió y ambas se sonrojaron.

Esa noche las cena terminó entre risas y anécdotas de los cuatro y Nanami y Yu había prometido no faltar a la siguiente reunión, al parecer esa noche Nanami tuvo que trabajar horas extra; el camino de regreso al hotel  había sido especial, quería disfrutar de sus últimomas horas en ese hermoso lugar el cual le había dado la oportunidad de reunirse con su verdadero amor, el albino sujetaba su mano y él sonrió, gracias a él podía ser feliz.

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El vuelo había sido un poco largo y cansado, pero al salir del aeropuerto y ver ese lugar todo el cansancio desapareció, el taxi los dejó fuera del edificio el cual se encontraba a unos cuantos metros de la fuente di Trevi el lugar en el cual había conocido a Satoru; la fachada del edificio tenía un estilo bastate tradicional, pero por dentro era completamente diferente, el estilo del interior era muy moderno, el albino lo tomo de la mano y lo arrastró hasta el elevador, el último piso era el que él ocupaba, al entrar  lugar lo primero que vio fue la sala de estar la cual lucia bastante acogedora en el salón se encontraban varias pinturas de lugares a los que él fue junto a Satoru eso hizo que sus ojos se humedecieran.

— ¿Te gusta? — inquirió y tomo su mano nuevamente.

— Mucho — murmuró.

Él sonrió satisfecho — Entonces acompañame — dijo y lo guió hasta la habitación la cual lucia bastante fría en comparación con la sala.

Su rostro se sonrojó al ver la enorme pintura de él durmiendo con la espalda descubierta sobre la cabecera de la cama, rápidamente volteó hacia el albino y estar solo le guiño el ojo.

— No hubo un solo día en el cual no pensara en ti, las pinturas fueron hechas por mi ya que no dejaría que nadie más viera lo que yo consideré mío desde el momento en que vi tus hermosos ojos dorados — confesó y al final su voz se quebró.

— Gracias por amarme con tanta fuerza, gracias por salvarme de esa vida miserable y gracias por quedarte a mi lado, perdón por haberte abandonado por tanto tiempo — dijo entre lágrimas y se aferró con fuerza cuando el albino lo abrazó.

— Suguru eres lo más importante para mi y lo único que deseo es hacerte feliz y poder pasar el resto de nuestras vidas juntos, despertar cada mañana junto a ti, ver ese hermoso ceño fruncido cada vez que estas concentrado en algo que realmente te interesa, amo ver cada parte de ti, desde el momento en que te vi supe que yo había caído completamente por ti — suspiró.

— Yo también caí por ti desde el momento que vi esos ojos tan azules como el mismísimo cielo, es por eso que quiero pedirte que te cases conmigo — soltó sin más y sacó de su bolsillo una pequeña caja de terciopelo, se separó para poder arrodillarse.

El albino sonrió y limpió las lágrimas que habían empezado a salir — Te encanta arruinar mis sorpresas — dijo y sacó de su bolsillo una pequeña caja de terciopelo y se la mostró — Pero no importa quien de los dos lo diga, la respuesta será... SI! — Exclamó y lo ayudó a ponerse de pie para poder besarlo.

Y ahí en esa habitación que aunque fría aún transmitía ese gran amor que sentía el uno por el otro juraron amarse.

   FIN!     ❤️

Mío (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora