17. "No Deberías Ser Tu"

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Esperaba ansioso que Satoru regresara quería saber que le había dicho Kento, estaba convencido de que él no lo juzgaría por su orientación, pero si se molestaría por la forma tan poco profecional con la que llevó sus asuntos personales dentro de su trabajo y eso era lo que le preocupaba ya que no quería que Satoru tuviera algún problema, suspiró frustrado y regresó su concentración al portátil, no había pasado mucho tiempo desde que Ijichi le llevó sus cosas, el sonido de la puerta llamó su atención y en su rostro se dibujó una sonrisa al ver al albino entrar, él camino hasta estar a su lado y tomó asiento junto a él y dejó un suave beso en sus labios.

— ¿Qué pasó con Nanami? — inquirió nervioso.

— Curiosamente nada malo, al parecer tus hermanas trataron de cancelar el contrato para la presentación de mañana, pero Nanami les recordó las cláusulas asi que si me presentaré — informó con tranquilidad — Y que les gustaría que hiciéramos tiempo para cenar con ellos — dijo con una sonrisa y él frunció el ceño al escuchar la palabra "ellos"

Suspiró aliviado — Lamento haberlos puesto en un aprieto, pero me alegra mucho que esto no haya pasado a algo más — confesó y Satoru acarició suavemente su mejilla —  Y ¿Con quien más cenaremos? — inquirió curioso.

El albino sonrió — Cariño, tú no tienes por que lamentar nada, toda esta situación era inevitable así que no me molesta y no quiero que sigas disculpandote por eso — tranquilizó y dejó un beso en su mejilla — Y Nanami quiere que conozcas a su pareja — dijo con simpleza.

— Gracias Satoru — sonrió — No tenía idea que Nanami salía con alguien — murmuró.

— Ya tiene un buen tiempo, solamente quería esperas a que las cosas fueran más  formales — indicó — Yo lo descubrí por accidente — sonrió.

Sonrió y lo vio con ojos entrecerrados — Bueno, pues entonces debemos hacer tiempo para salir con ellos — dijo animado — Por cierto..., hoy vino Riko — confesó y vio al albino fruncir el ceño.

— ¿A que vino? — inquirió con frialdad.

— A disculparse, y a decirme que firmará los papeles del divorcio sin ningún escándalo — respondió y su vista fue al rostro del albino quien tenía una expresión seria — los documentos los enviaran mañana y ya irán con mi firma así que no tendré que verla más — continuó — Esta vez quiero hacer las cosas bien y estar contigo, te amo Satoru — dijo.

— Yo también te amo Suguru, y me hace muy feliz saber que al fin te tendré solo para mi — sonrió y se abalanzó sobre él dejando besos en todo su rostro haciéndolo reír.

Así pasaron de tiernos besos a unos más candentes y pasionales, el albino coló una de sus manos por debajo de la remera y apretó uno de sus pezones y el jadeó, su cuerpo estaba bastante sensible, cada caricia qué el albino le brindaba se sentía como una corriente eléctrica, Satoru  movió sus caderas haciendo que sus miembros se rozaran y eso lo calentó aún más, cuando el albino iba a quitar su pantalón su teléfono sonó llamando la atención de ambos, él sonrió al ver al albino negarse a contestar.

— Responde, podría ser algo importante — murmuró.

— Nada puede ser más importante que esto — dijo y acarició la piel de su abdomen haciéndolo estremecer.

— Satoru! — dijo en tono de advertencia fingida.

— Esta bien, esta bien — resopló resignado — Oh! Es Utahime — murmuró cuando revisó el teléfono.

Vio al albino ponerse de pie y devolver la llamada, recordaba vagamente a esa chica, pero estaba seguro de que él no le agradaba, aún podía sentir esa mirada asecina sobre él, no quería que nada ni nadie echara a perder la felicidad que tenía con el albino, pero sus pensamientos lo traisinaban ya que estaba casi seguro de que ella no solo veía a Satoru como un amigo si no que también guardaba sentimientos profundos por él así que al final eso logró ponerlo ansioso por que aún recordaba que Satoru había salido tanto con hombre como con mujeres, decidió tomar su portátil para trabajar un poco ya que no quería seguir martirizando su cabeza, poco tiempo pasó y Satoru se sentó nuevamente a su lado y dejó un beso suave en su mejilla.

— ¿Paso algo? — inquirió con una leve sonrisa.

— No, solo que Utahime está hospedada en este hotel, la invité al desfile — confesó y él sintió como un nudo se formaba en su estómago, al parecer su Incomodidad no pasó desapercibida para el albino — Le dije que tu y yo estamos saliendo — mencionó y acarició su mejilla.

Saber que Satoru no escondía su relación lo hizo sentir muy feliz y con un suspiró liberó la ansiedad — Gracias, creo que yo no podré asistir, no quiero toparme con mi familia — murmuró y apoyó su rostro en el hombro del albino — Lo siento — dijo sentido.

— No tienes que disculparte por nada, se que para ti es difícil, yo tampoco tengo deseos de asistir, pero se lo prometí a Nanami y no quiero que él tenga problemas por mi culpa — suspiró — De hecho en un rato debo salir para el último ensayo — dijo en medio de un bostezo.

El sonrió, no quería separarse de Satoru, pero tampoco quería interferir en su trabajo así que se puso de pie y caminó hasta la nevera y de ahí sacó un pequeño bote de helado, no quería iniciar con caricias porque sabía que Satoru no se detendría y terminaría sin ir al ensayo ai que optó por distraerlo con algo más, el albino sonrió y salieron al balcón para disfrutar del helado; no había pasado mucho tienpo desde que el albino se había ido así que los toques incistemtes en la puerta se le hicieron raros, lentamente se acercó y con nerviosismo abrió, al hacerlo vio a una Utahime parada en el umbral, ella le dedicó una mirada de pocos amigos y él suspiró cansado.

— Satoru no está — dijo escueto.

— Lo sé, vengo para hablar contigo — respondió.

Con un gesto le indicó que pasara y tomará asiento en la sala y el se sentó frente a ella — Ahora sí, dime que es lo que quieres — raspó serio.

— Tú no debiste regresar a la vida de Satoru, ¿Fue muy divertido romperle el corazón? ¿Ahora también lo harás? — inquirió molesta.

— Eso es asunto entre él y yo, y no tengo por que darte ningún tipo de explicación  — respondió.

— Satoru sufrió mucho cuando lo dejaste sin decirle una sola palabra y ahora aquieres hacer lo mismo, en serio, ¿Qué es lo que quieres? — gruñó frustrada — No deberías ser tu quien esté a su lado — suspiró.

Una sonrisa sarcástica se dibujó en su rostro — ¿Entonces quien? ¿Tú? — inquirió en tono de burla — Entiende algo, amo a Satoru y no me alejaré de él nuevamente así que es mejor que todos esos sentimientos que tienes tú por él los deseches, creo que ya te has torturado lo suficiente con eso, Satoru me ama y lo ha demostrado, se que me equivoque al haberme ido como un cobarde, pero esta vez me aseguraré de compensar todo el tiempo, así que por favor no trates de interferir de ninguna manera por que no te lo voy a permitir — dijo confiado y vió como algunas lágrimas se escapaban del los ojos de la pelinegra — Ahora por favor vete, Satoru no tarda en regresar y no quiero que te vea acá — dijo y vio a Utahime levantarse y salir con rapidez.

Mío (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora