Tenemos que hablar (pt. 3)

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⚠️Contenido sexual explícito

Habían pasado ya un par de horas y la oscuridad de la noche se había hecho presente. Sanji había estado haciendo cuentas de la cantidad de provisiones que necesitaban y el dinero que se gastaría.

Al menos eso intentaba.

En mitad de su siesta, Zoro se había despertado para poder quitarse su saco verde y su haramaki, parecía que le había dado calor, quedando únicamente en sus pantalones negros. Desde entonces el rubio no había podido concentrarse ni un poquito, pues apenas trataba de continuar con sus anotaciones cuando sus ojos rápidamente se posaban de nuevo sobre el torso desnudo de Zoro. Frustrado, dejó caer su cabeza, golpeando su frente contra la mesa.

— No hagas eso, hay probabilidades de que quedes más idiota.

Por estar tan perdido en sus pensamientos no noto que Zoro se había puesto de pie para beber agua de una jarrita que el rubio había conseguido previamente.

— Jódete — habló sin levantar la cabeza.

Zoro se sentó en el sillón, dispuesto a dormir nuevamente, pero unas manos estampando la mesa interrumpieron su cometido.

— Estoy sobrio.

El comentario quedó flotando en el aire. Zoro lo veía sin entender a que se refería. Sanji se levantó de su asiento y caminó con pasos largos postrándose frente a él, sin apartar su mirada ni por un segundo.

— Estoy sobrio.

— Gracias por repetirlo, pero creo que me quedo claro la primera vez que lo dijiste.

— ¿Seguro?

El rubio golpeaba el piso con su pie insistentemente, parecía algo ansioso. Zoro se sentó más erguido e inclinó la cabeza tratando de entender que era lo que tenía así a Sanji.

El rubio soltó un suspiro exasperado. Tenía que ser más directo, así que tragándose los nervios que sentía se sentó a horcajadas en el regazo de Zoro. El peliverde trato de hundirse en el respaldo del sillón, pero Sanji lo sujeto de la nuca y pegó su frente con la de él.

— Zoro, esta vez estoy sobrio.

Sanji alcanzó a ver un tenue sonrojo en la piel morena de su acompañante. Bien, parecía que ya se estaban entendiendo.

— Pero creí que...

— Malinterpretaste todo.

— Joder, eres demasiado rebuscado.

El peliverde no espero respuesta a su comentario y se lanzó a los labios de Sanji, atrapándolo en un beso que, si bien sabía igual de delicioso que el primero que habían compartido, se sentía totalmente diferente.

Al principio ambos luchaban por quien dominaba el beso, pero pronto Zoro terminó cediendo ante Sanji, cosa que le encantó al rubio, pues creyó que le costaría más esfuerzo.

Zoro encontraba molesto ser el único con piel expuesta, por lo que empezó a tironear del saco del rubio, lanzándolo lejos. Procedió a quitar la corbata, lo cual no fue fácil pues Sanji pegaba cada vez más su cuerpo hacia él.

— Si rompes los botones te mato, no traje un cambio — amenazó el ojiazul cuando el espadachín comenzó con su camisa.

Zoro se quejó en respuesta, bastante impaciente por desnudar al chico encima suyo. Cuando iba por la mitad, Sanji le retiro las manos y las puso en su trasero, cosa a la que el peliverde no protestó.

Mientras terminaba de desabotonar su propia camisa dirigió sus labios al cuello de Zoro, besando y lamiendo a su gusto, deleitándose con los suspiros que escapaban de sus ahora hinchados labios.

Balada de Cigarros y Espadas [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora