prólogo

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Mi bendición,Da’ley,
Trajiste amor, en nuestra familia
Y al pueblo,
Bienvenido a mi corazón.
Bienvenido mi nuevo amor
Bienvenido mi nuevo amor.

Mi madre, mil gracias.
Por tu gran amor.
Por tu cuidado y protección.
Mi madre, mil gracias
Por tu gran amor.
Por tu cuida y protección.
Gracias gran madre
Gracias gran madre.

La familia crece, mis amores.
La bienvenida de mis 4 niños.
Cada vez somos más.
Mi familia es lo mejor que hay.
Mi familia es lo mejor que hay.

Mi madre, mil gracias.
Por tu gran amor.
Por tu cuidado y protección.
Mi madre, mil gracias
Por tu gran amor.
Por tu cuida y protección.
Gracias gran madre
Gracias gran madre.

- Hay que terminar la parte de rose- sin ánimos Da’ley le dice a sus hermanos. Quienes cantaban el cordón musical.

Hermana rose.
La más pequeña.
Energía de alegría.
Y de amor te vamos a llenar.
Cómo ella eres tu.

- Cómo ella eres tu- cantaron todos al unido sono, con lágrimas en el rostro y el corazón hecho trizas. Para el aniversario del primer año, sin su madre. Y el primer cumpleaños de su hermana.

- ¿Listos?- entra Aonung al Mauri. Vestido con su traje de ceremonia.

Hoy le brindarían una ceremonia a marina, por el primer año de su muerte.

- Si padre- responden sus hijos poniéndose de pie. Aonung toma en brazos a su hija más pequeña quien era una copia exacta de su madre.

Todo el pueblo se encontraba a orillas del mar. Para recordar a su tsahik y celebrar el cumpleaños de su hija.

Lanzaron unas canastas con fruta al mar y una pequeñas velas. En medio de esa ceremonia Aitana de manera muy cautelosa, se retiró y fue al laboratorio. Dónde tenían algo oculto.

........

- No sabemos que pasa – dice Elizabeth- pero es como si solo estuviera en coma- revisa el cuerpo de marina.

- Debe despertar- Emma le toma la mano al cuerpo de marina.


- Si nos descubren nos matan- dice Tommy.

El mismo día que marina murió la enterraron en la playa, pero en la noche fueron a buscar su cuerpo en la  madrugada, nadie se enteró.

Lo llevaron al laboratorio, lo limpiaron y lo mantuvieron siempre con vida, conectada con máquinas.

- Tommy tienes razón deberíamos volver para que no sospechen- le da la razón a elizabeth.

Los únicos que sabían de eso, era Michel, elizabeth, Tommy, emma y Aitana.

- Yo me quiero quedar- les dice Aitana, cosa que hizo que el resto pongo una cara dudando- solo será unos minutos.

- Está bien- le dijo Michel- pero no demores pueden elevar sospechas.

Aitana espero a que se fueran, para así ejecutar lo que tenía planeado.

- Espero que esto funcione hermana- Aitana pone sus manos en la frente y el corazón de marina- te necesitamos.
.......

- Un amor he encontrado,
Y una familia va a crecer,
Un niño es el primero,
Un gran tesoro tengo.
En mi corazón
En mi corazón.

Una vida nace,
El amor florece.
Como un sol,
Me das luz y calor.
Una vida nace,
El amor florece.
Como un sol,
Me das luz y calor.

Oh Mi familia, bienvenidos.
El cariño aquí está.
Gracias gran madre,
Por guiarme.
Tengo todo
Lo que puedo desear.
Aquí mismo
Aquí mismo

Una vida nace,
El amor florece.
Como un sol,
Me das luz y calor.
Una vida nace,
El amor florece.

Como un sol,
Me das luz y calor.
Emma le comenzó a cantar a su pequeña bebé, le faltaba poco para cumplir el año.

El cordón musical era algo icónico entre los na’vis.

Estaban los más cercanos a marina, o al menos los que ella consideraba familia. Claro que a su pueblo lo quería, pero lo principal para ella, era su familia.

Homenajear y celebraban a la pequeña Rose. La menor.

- Es como verla a ella – Ronal toma a la bebé en brazos, intentando calmarla.

- Si mamá – le dice Aonung, recordando. Ver a su hija es recordarle aquel día.

.....

- No me lo creo- Michel se queda anonadada mirando el cuerpo de la mujer reaccionar.

- Mmmm….¿Michel?-marina semi abrió los ojos- me duele todo el cuerpo.

- Marina-dijo Michel entre lagrimas-¿Sabes que te paso?

- Claro que sí – dijo a  duras penas. Le costaba hablar porque le dolía la garganta -  morí, en el parto.

- Así es- Michelle se seca las lágrimas – te extrañamos tanto…y no te imaginas cómo se va a poner Aonung y los niños al verte.

- Mis niños-intentó parar sé de la cama, Pero el esfuerzo fue nulo, sentía las piernas débiles y sin fuerza.

- No intentes párate- la regaña Michel – estuviste un año inmóvil, ¿Qué esperabas? ¿Qué tus piernas funcionarias igual?

- Perdón

- Acuéstate – Michel llega con una bandeja con agujas y frascos- debo hacerte análisis, para ver si no tienes algo más.

- Emma debemos ir – le dice Aitana intentando ocultar su preocupación.

- ¿Qué pasa?- pregunta Emma, confundida por su reacción.

- Solo ven-Aitana comienza a caminar rápido hacia el laboratorio.

- Toma- Emma le entrega el bebé a ke’nay, y siguió a Aitana.

- ¿A dónde van?-Aonung sale del mauri.

- No lo sé – le responde kenay

- Vamos- neteyam sigue a las chicas. A Aonung y kenay no les quedó de otra que seguirlo.

....

- Gracias por revivirme-le dice marina a Aitana.

- De nada conchita marina- Aitana y emma de burlan.

- Ni aunque esté muerta me dejan tranquila.

Todo fue risas hasta que vieron a tres na’vis llegar. Uno de ellos cayó arrodillado en el suelo. Aonung no estaba asimilando lo que acababa de ver.

- Aonung -le dice marina.

- Nono…no puedes ser tu- se negaba a pensar que era ella- tu estabas muerta- dice agitado por el llanto.

Con calma Michel comenzó a contar todo.

Desde lo que hicieron con su cuerpo hasta como revivió. Aonung se sentía en deuda con Aitana.

- Lo dejaremos solos-dice Michel y todos salieron y dejaron al matrimonio solo.

Ambos tímidos de hablar, como si fueran dos desconocidos, pero no olvidemos como empezó la historia de estos dos.

- ¿Cómo están los niños?- pregunta marina.

- Grandes, igual…pero-hizo una pausa-nada es lo mismo sin ti-se le vuelven a llenar los ojos de lágrimas.

- Quiero ir a verlos

- Tus piernas aun están débiles.
Aonung se acerca a su camilla.

- Y yo también, te extrañé y…no es fácil lidiar con las cosas cuando tú no estás-toma su mano.

- Me imagino lo que se siente, es como si hubiera sido al revés.

- Prométeme que no te volverás a ir.

- Lo prometo…amor mío
Y ese momento fue sellado con un beso.

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