Capítulo 10.

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Sakura no era ninguna estúpida, y tenía bastante claro en su cabeza que tenía que empezar a preocuparse por sus sentimientos hacia Kakashi, aún más después de haber soñado con ellos dos besándose bajo la lluvia. Se removió sin ganas unas cuantas veces, y luego de parpadear de forma ligera tratando de acostumbrarse a la luz del alba, juntó fuerzas para levantarse de su silla.

El cuerpo le dolía de manera asquerosa, odiaba haberse quedado dormida sobre la mesa, y odiaba aún más el hecho de que no sabía cómo seguir con su ridícula vida. Sabía que no era un buen momento para replantearse su andar, pero no tenía nada mejor que hacer por el momento, tenía el día libre, y no quería salir de su departamento por lo menos durante una década.

Humillada por Sasuke Uchiha, "abandonada" a su suerte luego de creer que él sentía por fin algo por ella. De ahí, a descubrir en su ex sensei a alguien totalmente atractivo e interesante, y como si fuera poco, tenía de pretendiente a un kage, Gaara.

Estaba totalmente enterada y consciente de que cualquier camino que tomara traería consecuencias. Si seguía esperando a Sasuke peligraba su integridad como mujer, y estaba segura de que la dignidad que le quedaba, no se lo permitiría nunca.

Si hacía caso a lo loco de la situación con Kakashi, acabaría por enloquecer del todo, y no quería dar rienda suelta a sentimientos que ni siquiera estaba segura de que eran correspondidos.

Y con Gaara... No tenía del todo claro qué era lo que él buscaba en ella. El joven inexperto se había lanzado como una fiera sobre su presa, solamente que Gaara no había calculado cada paso como lo haría un depredador con su víctima. Él había sido sincero, y le había dejado en claro previamente que ella le gustaba. O bueno, al menos se lo había hecho entender con puros besos.

Sacudió su cabeza, ya tendría tiempo para torturarse la mente después.

Se dirigió a la cocina y se encargó de que el café que quería preparar fuera lo más cargado y fuerte posible, porque si bien tenía el día libre, eso no le daba derecho a holgazanear todo lo que quisiera. O más bien sí, pero lo que ella quería evitar era estar sin hacer prácticamente nada, y que sus pensamientos se vieran consumidos por tres hombres a los que por el momento no anhelaba ver ni siquiera en su mente.

Suspiró. Sería un largo día.

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-Kakashi, ¿Crees que puedas ocuparte de custodiar el frente de la aldea hoy? Ha habido nuevos reportes de incidentes a las afueras de Konoha, y sinceramente no quiero que esto llegue a la gente de aquí -Shikamaru esperó que el hombre que estaba leyendo como era de costumbre, respondiera.

-Sabes que no me negaría aunque por el momento no esté en servicio -el hombre que lo miraba por el hombro, aflojó su gesto.

-Te lo agradezco. Nada más te digo que haré que tengas respaldo médico.

La espina dorsal del hombre de la máscara se heló.

-¿Es necesario? -preguntó sintiéndose mareado. No quería verla por el momento, no después de el incidente en su casa...

-Sé que eres más que capaz de cuidarte solo, pero son los dos viejos los que están presionando a Naruto para que aumente la seguridad de la aldea, y...

-Estás de acuerdo -terminó por él.

-Sí... -confesó apenado- creo que la mejor opción es no estar desprevenidos.

Hilos de ChakraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora