Ojos color miel / Kei Tsukishima

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Tsukishima's pov

El frío de la madrugada se colaba por la ventana entre abierta de mi habitación mientras yo estaba sentado en mi cama mirando un punto fijo.

Ya era tarde, llevaba la misma rutina hace algunos días, simplemente no podía dormir temprano.

Mire el reloj sobre la mesa; eran las 12:15 de la madrugada.

Me levanté y fui hasta la estantería a por un libro. Era un libro sobre dinosaurios, tampoco es que sea algo infantil, simplemente se me hacen interesantes.

El sueño me ganó y los párpados empezaron a cerrarse solos, la música sonaba a un volumen muy bajo y mi cabeza daba muchas vueltas entre mis pensamientos.

No sé por qué sentía lo que estaba sintiendo.

Me quité los audífonos para por fin poder dormir tranquilo.

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Otra vez nos encontrábamos entrenando en el gimnasio de la escuela, saques, bloqueos y demás.

Últimamente habíamos mejorado mucho y era notable, pero por lo tanto también debíamos pulir nuestras técnicas. Era estresante.

No es como que quisiera esforzarme demás por un simple Club.

Tampoco es como si pensara seguir jugando al voley después de la preparatoria.

Me daba igual.

En uno de los descansos veo como Tadashi se acerca a mi de manera discreta, me hace una seña para que me agache un poco y así decir algo a manera de susurro.

—Tsuki, escuché a Shoyo hablando con Noya sobre algo que escucharo hace un rato.— miró hacia la puerta por un instante y continúo. —creo que Shimizu tenía una sorpresa para hoy.

—¿Y crees que sea algo tan importante cómo para contarlo en secreto?— cuestioné.

—¡Tuski!, si te lo sigo en secreto es porque los demás aún no deben saber.

—Ajam.

—Deja de ser idiota, y sigue escuchando.

dejé que continuara.

—Oí que quizá vengan chicas nuevas al Club, pero no lo sé.

—Interesante, pero no tengo interés en ello.

—Tengo mis sospechas.— dijo colocando una mano en mi hombro y volvió a hablar. —y creo que será algo que definitivamente te interesará.

—No creo, ya lo veremos.

Actualmente no hay mucho que me interese más de lo normal, asi que seguro estaba haciendo suposiciones equivocadas.

Ya había pasado un rato y acabó el tiempo de descanso.

Daichi nos volvió a llamar hacia la cancha, pero no duró mucho nuestro tiempo de entreno. Sonó un leve estruendo dando entrada a alguien por las grandes puertas de gimnasio.

Todos volteamos por la misma curiosidad, pronto notamos la presencia de nuestra manager Shimizu.

Demoró poco en recuperar el aliento e hizo que todos nos reuniéramos.

El profesor Takeda nos llamó y todos nos reunimos en un instante.

Junto a ella ví pasar a una chica de cabello rubio, parecía un poco tímida o avergonzada ya que se ocultaba detrás de Shimizu. Pero ella no era la única que la acompañaba, justo detrás venía alguien a quien ya conocía bastante bien.

Increíble.

Maldito Yams, seguro que estás eran tus sospechas o probablemente ya lo sabías.

Era _____.

_____ miraba a todos lados como inspeccionando el lugar con suriosidad mientras Kiyoko nos explicaba el por qué ahora ellas formarían parte del equipo de ahora en adelante. Supongo que no había estado en el Gimnasio de aquí antes.

Su mirada iba ahora a cada uno de los jugadores a los que nombraban, hasta que finalmente llegó a mi. Me quedé quieto y solo la observé, tenía sus ojos puestos sobre mi e intenté darle una media sonrisa para evitar un contacto visual, a la cual ella no reaccionó, por esa me desagradaba la mayor parte del tiempo, por qué intentaba ser amable y ella simplemente era muy idiota.

Solo intentaba llevarme bien con ella por Yams, pasan mucho tiempo juntos y Tadashi es mi mejor amigo, aunque, debo admitir que puede llegar a ser bastante interesante.

Todos hicieron una reverencia y les dieron la bienvenida antes de continuar con el entrenamiento.

Estoy casi seguro de que ahora los entrenamientos serían más entretenidos.

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