El campamento terminó, pero las vacaciones continuaron. Las vacaciones después del campamento fueron relajantes y bastante emocionantes.
El fin de semana siguiente, Kenma y Kuro vinieron a mi casa a quedarse un par de dias. Decidimos que sería divertido ir al cine, así que nos sentamos a planearlo.
—¿Qué película vamos a ver?— preguntó Kenma, mientras Kuro ojeaba la cartelera en su celular.
—Hay una nueva película de acción que parece buena,— respondió Kuro. —Pero hay una de comedia romántica que también se ve interesante.
—Mejor vamos por la de acción,— dije, intentando evitar cualquier situación potencialmente incómoda con una película romántica.
Sin embargo, Kuro tenía forma de buscar como molestarme.
—¿Sabes quién también disfrutaría una buena película de acción?— Kuro me miró con una sonrisa traviesa.
Suspiré, sabiendo a dónde iba esto. —No, ¿quién?
—Tsukishima,— respondió, con esa sonrisa que solo él podía manejar. —Y antes de comprar las entradas, ¿por qué no lo invitas?
—¿Y por qué haría eso?— protesté. —Seguramente tiene mejores cosas que hacer.
—Oh, vamos choco,— insistió Kuro. —No te pongas excusas. Si dices que está ocupado, podemos cambiar la hora. Si dices que no le gusta el cine, él me dijo que sí en el campamento. Si no tienes su número, yo te lo paso, y no quieres escribirle desde tu celular, le escribo desde el mío. Además, ¿no te gustaría que venga con nosotros?— insinuó levantando las cejas.
Me quedé callada, sabiendo que tenía razón. Kuro no se rendiría, y una parte de mí también quería invitarlo.
—Está bien, le enviaré un mensaje,— cedí finalmente, sacando mi celular.
Y no es como que antes no hubiésemos salido juntos, es solo que... ahora es diferente. Ahora estoy segura de mis sentimientos.
—Así de fácil,— dijo Kuro, con una sonrisa de satisfacción. —Solo necesitas un pequeño empujón.
Le envié un mensaje a Tsukishima, invitándolo al cine. Para mi sorpresa, respondió rápidamente y aceptó la invitación. Mi corazón latía con fuerza ante mi nerviosismo, y traté de ocultar mi emoción, pero Kuro era capaz de ver bajo la mascara.
—¿Ves? Te dije que diría que sí,— comentó Kuro, con una sonrisa burlona. —¿Por qué pareces tan emocionada?
—¡No lo estoy!— protesté, aunque mi rostro me delataba.
Kenma, como siempre, observaba en silencio pero con una sonrisa divertida.
Más tarde ese día, Tsukishima ya estaba esperándonos en la entrada. Nos saludó con una leve sonrisa, y entramos al cine juntos.
Durante la película, Tsukishima y yo intercambiamos varios comentarios. Sentado a mi lado, él soltaba observaciones sarcásticas que me hacían reír.
—¿En serio creen que esa explosión fue realista?— murmuró con un toque de ironía, rodando los ojos.
—Es una película de acción, Tsuki,— respondí, riendo suavemente. —El realismo no es su prioridad.
Al salir del cine, Kuroo y Tsukishima comenzaron a discutir sobre la película.
—Esa escena final fue épica, ¿no crees, Tsuki?— dijo Kuro, entusiasmado.
—Sí, aunque un poco exagerada,— replicó Tsukishima, con tono de crítica.
Kuro se volvió hacia mí con una sonrisa. —Apuesto a que _____ estaba más interesada en cierto personaje que en las explosiones.
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Ojos color miel / Kei Tsukishima
FanfictionDespués de cierto incidente, los padres de _____ deciden volver a vivir en Miyagi, lugar donde _____ vivió la mayoría de su infancia. Ingresa a estudiar a la escuela Karasuno y se une al equipo de voleibol.