Capítulo 12.

19 5 0
                                    







ES TAN SUAVE COMO LO IMAGINÉ














—¡¡Gustav!!—Gustav, al oír su nombre provenir de Georg pegó un mini salto de susto que llevó a posar su mano en su pecho, luciendo gracioso con el rostro y las mejillas llenas de pizza que había comido.—Deja de comer pizza, que el muerto de hambre no sólo eres tú—

—Gustav, no mintió cuando mencionó que tenía hambre—Intervino Tom, sentado a mi lado de igual manera disfrutando de su rebanada de pizza. Gustav había perdido la cuenta de cuántas pizzas había comido, pero nosotros sí contamos: una pizza entera y cuatro rebanadas más.

Gustav tímidamente nos miró a cada uno y trató de limpiarse sus labios que quedaban rastro de la salsa de pizza— Es inevitable, las pizzas me llaman y quieren mi atención—este se rió entre dientes y Tom puso los ojos en blanco en señal de broma.

—Sólo déjanos un poco para el resto de nosotros—añadió Georg, dándole un pequeño y suave golpe Gustav, quien intentaba "disimuladamente" agarrar del plato de Georg.

Así continuamos entre risas y conversaciones, las cajas de las pizzas poco a poco estaban por acabarse. Vi varios paparazis afuera del restaurante donde estábamos, que pésimos que son para ocultarse, Tom también lo notó y bufó cansado.

—¿Otra vez? ¿Acaso no tienen nada mejor que hacer?— se quejó, dejando caer su rebanada de pizza en el plato y limpiándose las manos con una servilleta.— Estoy cansado de que nos sigan a cualquier lugar al que vayamos.—Llevó sus manos a su cien y se masajeó.

—Pónganselos, así pueden pasar desapercibidos y evitar aparecer en las redes—añadió Bill, entregándonos un par de gafas. Asentimos y nos las pusimos.

Asentimos y tomamos esta colocándonoslas gafas para ocultar nuestras identidades.

—Con el tiempo, nos habíamos acostumbrado a la constante atención de los paparazzi, pero a veces simplemente queríamos disfrutar de una cena tranquila sin ser el centro de atención.—habló Bill.

—Los paparazzi pueden ser muy agotadores—Eileen, que se mantuvo callada y con Georg a su lado, habló.

—Chicos, disfrutemos de la pizza y recordemos lo genial que estuvo su concierto —dije intentando cambiar el enfoque del momento incómodo y recuperar el buen ambiente.

Tom volteó a mirarme y sonrió, y tranquilicé su mano. Hace poco meses que los llevo conociendo, me doy cuenta que estoy empezando q tener sentimientos por el, es mentira. Me podrá parecer atractivo, pero nunca gustar. Gustav, a quien la pizza le había sentado mal, no paraba de quejarse en todo momento. Decidimos dejar el restaurante para regresar a casa. Eileen se fue con Georg en su auto porque tenían una cita pendiente, mientras Bill se fue con Gustav y Tom conmigo.

Me imagino que Bill debe estar discutiendo con Gustav qué música poner y Bill las canciones de Britney Spears. Sin duda esta noche fue la mejor, compartir momentos buenos con estos chicos. Llegamos a mi casa y me despedí de Tom.

—Descansa, Tom—

—Nos vemos mañana, linda—pasó un mechón mío detrás de mi oreja. Desapareciendo completamente de mi vista.

¿Qué quiso decir con lo de vernos mañana?


Al entrar a casa, me dirigí a mi habitación, me recosté pensando qué sucederá mañana, tenía pensado en comprar libros nuevos lo necesitaré.


·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  · ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·  ·



𝑶𝒖𝒓 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒍𝒐𝒗𝒆|𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora