¿Junta de chicas?
|Soraya|
Tras que los chicos se hubieran acostado profundamente, la casa se sumergió en ese cálido silencio que solo se produce en las noches. Aunque habían estado riendo y molestando a Eileen por el drama de Georg durante la última hora, ahora las carcajadas empezaron a disiparse, dejando un ambiente más tranquilo en la estancia.
Me acomodé en la cama, permitiendo que el tenue resplandor de la lámpara aclare las páginas del libro que mantenía entre las manos. El murmullo de las respiraciones serenas en el hogar, el tenue sonido del viento en la ventana, todo aportaba a esa percepción de paz que parecía tan frágil. Mi mirada rastreaba las líneas del texto, pero, sinceramente, no estaba enfocándome excesivamente en las palabras.
En ese momento, la voz de Eileen puso fin al silencio, provocándome mirarla por encima del borde del libro.
—¿Qué hay con Tom?
La interrogante me dejó perplejo por un momento, pero el tono de su voz era inusual, como si hubiera estado recordando esa cuestión durante un largo período. De pronto, el tono humorístico de antes se desvaneció, y su rostro se volvió más serio.
—¿Tom? —repetí, con un leve fruncido de ceño mientras cerraba el libro en mis rodillas—. ¿Qué quieres decir?
Me observa mientras enarcaba la ceja y cruzaba los brazos en el pecho. Como si yo no estuviese al tanto de lo que me comunica.
—¿Crees que no noto como se echan miraditas?—
—Solo un par de miraditas, ni hablar de él—
Tom puede ser el chico con más fama, egocéntrico, egoísta, y tiene mil mujeres diferente día.
—No es solo que lo mires. Existe algo más ahí, y lo tienes claro.
Quedé mirando un punto fijo para evitar responder, Eileen no preguntó más, tampoco pensaba en responder. Eileen me sonrió.
—¿Qué te parece noche de skin care?— no dude en soltar una carcajada como Eileen juega con sus cejas como una ola.
Lo atractivo jamás se lo quita, pero ese ego que tiene lo arruina.
Tras que los chicos se hubieran acostado profundamente, la casa se sumergió en ese cálido silencio que solo se produce en las noches. Aunque habían estado riendo y molestando a Eileen por el drama de Georg durante la última hora, ahora las carcajadas empezaron a disiparse, dejando un ambiente más tranquilo en la estancia.
Me acomodé en la cama, permitiendo que el tenue resplandor de la lámpara aclare las páginas del libro que mantenía entre las manos. El murmullo de las respiraciones serenas en el hogar, el tenue sonido del viento en la ventana, todo aportaba a esa percepción de paz que parecía tan frágil. Mi mirada rastreaba las líneas del texto, pero, sinceramente, no estaba enfocándome excesivamente en las palabras.
En ese momento, la voz de Eileen puso fin al silencio, provocándome mirarla por encima del borde del libro.
—¿Qué hay con Tom?
La interrogante me dejó perplejo por un momento, pero el tono de su voz era inusual, como si hubiera estado recordando esa cuestión durante un largo período. De pronto, el tono humorístico de antes se desvaneció, y su rostro se volvió más serio.
—¿Tom? —repetí, con un leve fruncido de ceño mientras cerraba el libro en mis rodillas—. ¿Qué quieres decir?
Me observa mientras enarcaba la ceja y cruzaba los brazos en el pecho. Como si yo no estuviese al tanto de lo que me comunica.
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𝑶𝒖𝒓 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒍𝒐𝒗𝒆|𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳
Romance»Soraya Holster conoce a su alma gemela; un chico misterioso al que nunca había visto antes de sentir una profunda conexión con él. Posteriormente, siente una fuerte impresión en la profundidad de esa experiencia. Espera volver a reencontrarse con a...