4- Octubre es Navidad

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Octubre es navidad.

Bien, comenzaré pidiendo disculpas a ustedes lectores completamente extraños, que se tomaron el tiempo de leer, votar y algunos bondadosos en comentar esta historia a medias, explicaré lo siguiente sin esperanza alguna de que me entiendan, solo esperando que quieran seguir leyendo, porque no hay nada mas gratificante que escribir y ser leído, así como hablar y ser escuchado, eso, amigos míos, es existir. En fin, ¿por que cambiar el nombre? Simple, ahora comprendo mucho mas su significado; dejé de publicar mi libro por razones tan profundas y absurdas que se resumen en una sola palabra "miedo", debido a que Gritando en Silencio, mas específicamente Ina, son solo el final feliz que nunca existió por ser parte de una trágica y triste historia, y debido al genero y naturaleza dolorosa de esa historia no me quedo otra que reinventarla, es mi final feliz que no existe, es un trabajo tan personal e íntimamente relacionado con su autora que suprimirlo sería morir lentamente a la oportunidad de rescatar lo perdido, aunque con un poco de fe, espero llegar a alguien justo a tiempo para evitar malos términos y lograr finales felices, este trabajo, soy yo en muchas maneras, son mis ganas de... Ya que!! Pueden seguir leyendo si lo desean, y disculpen si esperaban mas, aunque lo dudo.. Ja!

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Despierto, y no, no puedo creer que el primer pensamiento no sea mamá, sino la felicidad extrema en la que me encuentro, han pasado dos hermosos, increíbles y asfixiantes meses, oficialmente tengo novio. ¿Que tan tóxico es el amor? Podría declararme intoxicada ahora mismo, solo puedo pensar en ¿que demonios hice para merecerlo? ¿Como puede alguien ser tan perfecto?. Pensando en esto, interrogantes, obviamente porque no sería yo si no cuestionara mi vida, pero ahora mas serena pienso que no es cuestionamiento inseguro, sino sensibilidad por el rasgo temporal y hermoso de la vida, me levanto de la cama y al poner los pies en el piso siento que son nubes bajos mis pies lo que tengo, camino al baño algo dormida aun, pero feliz, y por primera vez en años, despierto feliz, me arreglo tan rápido como puedo, estoy frente al espejo de mi habitación, y por un segundo hago un repaso mental y recuerdo cada día desde hace dos meses.

Matías y yo comenzamos a salir casualmente y una vez que dejamos a un lado la idea estúpida de revivir "orgullo y prejuicio" todo se volvió bastante espontáneo y natural, paseos a la playa, cenas, almuerzos, cine, siempre acompañados de Megan, Tom y Any, quien a veces por no decir casi siempre, se molestaba de tener que estar en medio de dos parejas, a todas estas Matías y yo no habíamos formalizado nada, mas que miradas intensas, atención excesiva y uno que otro abrazo ocasional, pues aunque era mas que obvio la atracción entre los dos, yo no quería saltarme la parte de volvernos amigos primero que algo mas, y así fue, de repente cada paso que daba debía contárselo, era como Megan jajaja, pero era amistad que mira con ojos de amor. Nunca teníamos la oportunidad de estar realmente solos, lo único privado que compartíamos eran las largas conversaciones por teléfono, y un café luego de su seminario al que no he faltado ni un sábado desde aquel en que me inspire y tuve valor. No fue sino hasta que terminó el primer mes de estos dos meses hermosos que llego a la ciudad una feria de literatura, que a los muchachos no les interesaba en absoluto que al fin salimos solos, eran cerca de las dos de la tarde nos encontrábamos leyendo poesía, tratando sin éxito de declamar como se debe, pues una cosa es leer poesía para ti mismo y otra muy distinta leerla en voz alta, entre risas y fresas con chocolate la tarde no podía ser mas perfecta. El es un caballero por naturaleza de los que están escasos estos días, así que mientras buscaba un té helado para calmar mi sed yo seguía hojeando aquellos libros de poesía tan fina y profunda que a veces pienso que sus autores poetas estaban locos, porque hay que perder la cordura para escribir de manera tan fascinante, volvió Matías con dos tés y mas fresas,

-¿Me quieres engordar?, digo entre risas.

-¿No quieres?, dice el extrañado.

-Si, por supuesto que si, digo y tomo el primer bocado.

InaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora