Capítulo 3: Sin regreso

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NOVA BLACKE

El sol estaba alto en el cielo cuando llegué al campo de entrenamiento, el sudor ya comenzando a perlar mi frente. El calor era sofocante, y el aire estaba cargado con el aroma acre del polvo y el esfuerzo humano. Los demás reclutas estaban ya en formación, sus expresiones concentradas y serias. Hoy, el oficial Mark nos llevaría a través de una serie de ejercicios diseñados para mejorar nuestra resistencia y habilidades en combate cuerpo a cuerpo.

—¡Alinearse!—gritó Mark, su voz resonando por el campo. Nos apresuramos a obedecer, formando una fila ordenada. —Hoy vamos a centrarnos en la defensa y en mantener la postura. Quiero que todos den su máximo esfuerzo.

Comenzamos con una serie de movimientos básicos, y pronto estábamos emparejados para practicar combates simulados. Mi pareja, una recluta llamada Lisa, era rápida y precisa. A pesar del calor y el agotamiento, me sentía sorprendentemente ligera y ágil, como si todos estos meses de entrenamiento finalmente estuvieran dando frutos.

—Buena postura, Nova—comentó Mark mientras pasaba junto a nosotros, observando atentamente cada movimiento. —Mantén la guardia alta.

Asentí, sintiendo un destello de orgullo. Las palabras de Mark me dieron un impulso extra de energía, y logré mantener a raya a Lisa durante el resto del ejercicio. A medida que el entrenamiento avanzaba, me sentí más segura, más en control de mis movimientos y de mi cuerpo.

Finalmente, Mark ordenó que nos detuviéramos.
—Eso es todo por hoy. Buen trabajo, todos. Nova, un momento.

Me acerqué a él, tratando de controlar mi respiración agitada. —Sí, oficial Mark?

—Has mejorado mucho—dijo, una sonrisa leve en sus labios. —Sigue así, y pronto estarás lista para misiones más exigentes.

No pude evitar sonreír ampliamente. —Gracias, oficial.

Él asintió, devolviendo la sonrisa. —Es un placer ver a alguien tan comprometido.

Después de que todos los demás reclutas se dispersaron, aproveché la oportunidad para preguntarle. —¿Ha habido alguna noticia sobre la misión 2EK?

La expresión de Mark se volvió más seria.
—Todavía no hay nada, Nova.

Sentí un nudo en el estómago. —Ha pasado un mes  desde que el escuadrón de Alec salió del enclave. ¿Es normal que tarden tanto?

Mark suspiró, sus ojos mostrando una sombra de preocupación. —Las misiones fuera del enclave son peligrosas. A veces toman más tiempo del previsto. No podemos hacer más que esperar y confiar en que estén bien.

Asentí, aunque la preocupación no se desvanecía. —Espero que estén bien.

—Lo estarán—dijo Mark, tratando de sonar seguro. —Alec es uno de los mejores. Si alguien puede mantenerlos a salvo, es él.

Me aferré a sus palabras mientras me dirigía hacia mi dormitorio. No podía dejar de pensar en el escuadrón de Alec, en los peligros que podrían estar enfrentando allá fuera. El tiempo pasaba lentamente, y cada día sin noticias aumentaba mi ansiedad.

Pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, sentí que había dado un paso significativo hacia mi objetivo. El elogio de Mark era un recordatorio de que todo mi esfuerzo estaba valiendo la pena. Solo esperaba que Alec y su equipo regresaran pronto, sanos y salvos, para que pudiera demostrarles a todos, incluso a él, que también podía ser una soldado digna.



ALEC KNIGHT

El rugido de los motores de la nave resonaba en mis oídos mientras nos acercábamos al Enclave Norte. La misión había sido dura, más de lo que cualquiera de nosotros había anticipado. A mi alrededor, los rostros de los soldados reflejaban una mezcla de cansancio y alivio. La tensión acumulada durante nuestra misión se desvanecía lentamente, dejando espacio para una nueva preocupación: nuestras heridas.

El Enclave de los ValientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora