CAPITULO 1: nueva recluta

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ALEC KNIGHT

Estaba en la cabina de comunicación del hangar, revisando los informes y manteniendo un ojo en las transmisiones entrantes. La pantalla de la computadora parpadeaba con una serie de códigos y mensajes que debía filtrar y clasificar. No era el trabajo más emocionante, pero era necesario. De repente, la puerta se abrió y entró mi colega, un joven técnico llamado Davis.

—Hey Knight, a que no adivinarás a quién entrenarás como recluta—anunció con una sonrisa.

—¿A quién?—pregunté, sin apartar la mirada de la pantalla.

—Nova Blake, la hija de...

—John Blake—completé, levantando la mirada abruptamente. —¿Ya llegó?

Davis asintió. —Sí, acaba de llegar junto con los demás reclutas.

Antes de que pudiera decir algo más, Davis se fue, dejándome solo con mis pensamientos. John Blake. El hombre responsable de la misión en la que perdí a tantos amigos. La idea de entrenar a su hija me revolvía el estómago. Apretando los dientes, traté de calmarme. No era el momento de dejar que los sentimientos personales interfirieran con mi trabajo. Pero no podía evitar sentir resentimiento.

Decidí ir al área de recepción de reclutas para conocerla. Caminé por los pasillos del Enclave Norte, pasando por los dormitorios y las áreas de entrenamiento. Al llegar, vi a un grupo de nuevos reclutas en formación, nerviosos y ansiosos por lo que vendría. Mis ojos se posaron en una joven de cabello oscuro y ojos azules. Era más pequeña que los demás, probablemente no más de 1.60 metros. Nova Blake.

Me acerqué al grupo con la expresión seria que siempre llevaba. —Atención, reclutas. Soy el Capitán Alec Knight. Yo estaré a cargo de su entrenamiento. No espero nada menos que lo mejor de cada uno de ustedes.

Mis ojos se encontraron con los de Nova. Ella parecía determinada, aunque podía ver un atisbo de nerviosismo en su mirada. Decidí ponerla a prueba desde el principio.

—Blake—llamé, viéndola sobresaltarse un poco. —Ven aquí.

Ella dio un paso adelante, pero en su nerviosismo tropezó ligeramente y casi cayó. La miré con desagrado, mi expresión endureciéndose.

—Parece que la coordinación no es tu fuerte—dije fríamente.

Ella se recompuso rápidamente, su rostro enrojeciendo. —Lo siento, señor. No volverá a pasar.

—Más te vale—respondí, dando un paso atrás y continuando con las instrucciones al grupo.

A lo largo del día, no podía dejar de observarla. Su cabello oscuro caía en suaves ondas, y sus ojos azules eran sorprendentemente brillantes, pero no podía dejar que esos detalles me distrajeran. Ella era la hija de John Blake, y eso era todo lo que importaba. La misión que su padre dirigió no solo fue un desastre, sino que costó la vida de muchos de mis amigos. Ese resentimiento estaba profundamente arraigado en mí, y ver a Nova solo reavivaba esas heridas.

Mientras les explicaba los procedimientos básicos, noté que Nova estaba tratando de seguir el ritmo, esforzándose más que los demás. Sin embargo, cada pequeño error que cometía me irritaba más de lo que debería. En un momento, al manipular una de las armas de entrenamiento, casi la deja caer.

—¡Blake!—grité, haciendo que se enderezara de inmediato. —Si no puedes manejar el equipo básico, no tienes lugar aquí.

Ella asintió, claramente afectada por mi severidad. —Entendido, señor. Lo haré mejor.

Después de esa primera interacción, me di cuenta de que entrenar a Nova Blake no sería fácil. No solo por sus propias habilidades y desafíos, sino por el constante recordatorio de su padre y el dolor que había causado. Tendría que mantener mi profesionalismo y asegurarme de que mis sentimientos personales no interfirieran. Pero sabía que no sería fácil.

El Enclave de los ValientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora