Ventanas

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Sentía que iba a mojar sus pantalones

Estaba solo y lo único que podía escuchar era esa voz

Esa grotesca y letal voz de siempre

—Karamatsu—

Pronto frente a el estaba una gran mano callosa, esta se acercaba cada vez más a su cara, el pequeño niño solo podía abrir y cerrar la boca

—Y-yo... —

—¿Ves? Aun no logras decirlo, que decepción, han sido tan suaves contigo, a esta edad, ya deberías poder decirlo bien "Perdóname, por favor" —Repitió

Karamatsu intento decirlo una y otra vez pero aquella mano no se detenía

Sintió una presión en el cuello y finalmente se despertó

—A-ahh... —Trato de respirar

El menor de los Matsuno hace mucho tiempo había olvidado el infierno que sufrió

Su joven mente encerró esos recuerdos y se concentro en los nuevos que estaba creando con el de ojos rojos

Karamatsu no era consciente de sus pesadillas, apenas despertaba las olvidaba, pero no la sensación de terror

El ya no recordaba a nadie que le había hecho daño en el pasado, su memoria comenzaba siempre con Osomatsu a su lado

Pero las lagunas de su mente eran pozos profundos que aún lo atormentaban inconscientemente

El de ojos azules en su segundo año de escuela secundaria tuvo la necesidad de esconderse debajo de la cama, recordaba que lo hacia mucho, esperaba a Osomatsu de esa forma, aunque no estuviera consciente de que esa fuera la razón

Intento quitarse la manta de encima y tirar se al suelo, pero un fuerte agarre en su cintura lo impidió

Giro su cabeza y finalmente despertó por completo

Se dio cuenta que estaba en la habitación con Osomatsu, por alguna razón creyó que estaba en su cuarto, el que usaba como vestidor ya que tenia su ropa y la mayoría de sus cosas, a veces como cuarto de estudio, pero para dormir y descansar siempre estaba en el de Osomatsu

Poco a poco volvió a recostarse, no se preocupaba de despertarlo, el mayor siempre había tenido el sueño pesado y su cara tonta con la boca semi abierta le daba la razón

Karamatsu a menudo tenía pesadillas, pero apenas despertaba no podía recordar de qué se trataban, le echaba la culpa al hombre a su lado que le gustaba tomarle el pelo enseñándole videos de terror o haciendo que vieran una película antes de dormir

Osomatsu amaba gritar de repente y hacerlo casi morirse de un susto

Por alguna razón aun se sentía incomodo y no pudo evitar mirar de reojo la puerta cerrada de la habitación, sentía que si apartaba la mirada de repente se abriría

Sus manos comenzaron a sudar en frío y lentamente rodeo al mayor con sus brazos escondiéndose en su pecho

La respiración calmada de Osomatsu y su calor corporal eran la única prueba que tenía de que nada malo pasaría

Sabía que ese era su lugar seguro, desde niño hasta ahora, no lo admitiría en voz alta, Osomatsu tenía un autoestima demasiado alta pero no podía evitar a veces creer que merecía tenerla

El de ojos azules poco a poco se sintió de nuevo con sueño, recordó todas las veces que Osomatsu lo molestaba, desde tomarle fotos vergonzosas que tenía en un álbum, enseñarle malas palabras, señas obscenas, mentir para que no fuera a trabajar...

Salvavidas <OSOKARA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora