Huracán

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La vida de Osomatsu nunca fue fácil

Con 5 años supo que vivía una mierda

Su madre era Matsuya Matsuno, una mujer cerca de los 20 años, largo cabello negro y liso

Piel pálida amarillenta y ojos muertos, apagados como pozos llenos de oscuridad

Una voz tan repulsivamente dulce que lo hacía tener dolores estomacales más fuertes que no comer durante dos días seguidos

Con 6 años aprendió que había sobrevivido a todo esto por puro capricho del destino, gracias a la intervención de una vecina metiche cuidados infantiles visito a su madre obligandola a mandarlo al jardín de niños

Servicio de protección infantil no pudo hacer nada, aquella mujer inspectora sólo verifico que su cuerpo estuviera intacto aún cuando era más pequeño que lo que debía ser y sus costillas sobresalían de su cuerpo

No hubo señales físicas como golpes o rasguños, Matsuya odiaba desperdiciar fuerza física y aparte todo se arreglaba con encerrarlo en un armario

Con 7 años aprendió lo necesario para sobrevivir, mendigar comida, suplicar y correr

Con 8 años una maestra de primaria se apiadó de él, Homura, o al menos así recordaba que se llamaba, esa mujer le enseñó a comer, le enseñó a hablar correctamente y le enseñó a ser un niño bueno

Le enseñó lo básico para no ser una porquería como su madre y le enseñó a buscar como mejorarse si tenia dudas

Dejo de verla cuando cumplió 10 años

Cuando cumplió 12 años cruzo una línea de las que Homura le pidió jamás cruzar

Con 12 años su madre cruzo una línea más allá de lo que había hecho con el

Soporto ser quemado con cigarrillos, soporto el hambre, soporto las bofetadas, soporto comer vidrio, soporto ser casi asfixiado en uno de sus arranques de ebriedad de aquella mujer, soporto ser tachado como una aberración, soporto ser señalado como un bastardo

Pero no soportaría ser tomado por uno de los adictos con los que salía su madre

No le tembló la mano cuando tomó el cuchillo de cocina y lo encajo en la entrepierna de aquel hombre

Cuando su madre intento acercarse le juro hacerle lo mismo si no se iban ambos en menos de 5 segundos

Cuando se fueron todo lo que había soportado exploto

Quemo la ropa de Matsuya, vendió las pocas cosas en buen estado que le pertenecían y se dedico a buscar trabajo

Para su suerte un hombre de holgados bombachos llamado Dekapan lo ayudó con un trabajo de medio tiempo, era su asistente

Agradecía la existencia de ese señor barrigón, calvo y de sonrisa bonachona, también de su asistente Dayon de gran boca y extraño comportamiento, ambos eran buenas personas

Gracias a su trabajo pudo cubrir gastos básicos, Matsuya recibía una pensión por correspondencia, muchas veces la recibió en su nombre asi que la mujer encargada de entregar el sobre mensualmente no dudaba de dárselo

Esa mujer era lista, no hacía preguntas nunca y se iba

Cabello corto castaño y vestimenta formal, aunque le diera ocasionalmente una mirada de lastima jamás se entrometio

En cierta forma lo agradeció, ahora le ayudaba a su situación

Con 15 años pensó seriamente entrar o no a la escuela preparatoria, pero finalmente terminó inscribiéndose, nunca fue particularmente listo, pero Dekapan prometió subirle la paga si continuaba sus estudios y darle un puesto permanente en su clínica si no deseaba ir a la universidad

Salvavidas <OSOKARA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora