6. El bosque de los soles

27 7 0
                                    

El principe Izuku y Katsuki partieron luego de que su padre les mostrara el camino que tenían que seguir, la fuente se encontraba dentro de las profundidades del bosque de los soles, era pocas las personas que se aventuraban a entrar a ese sitio ya que está lleno de las almas de los antiguos guardianes del fragmento del alma.

Ninguno de los dos decía nada, estaban más concentrados en llegar al templo que les mencionó su padre, pero conforme avanzaban notaban como una niebla comenzaba a extenderse por el lugar, Katsuki detuvo su andar y tomo la muñeca de su principe

-Esta niebla no es normal – le comentó – No me sueltes, no pretendo que en mi primera expedición pierda a mi principe por torpe.

Izuku no dijo nada y se dejó guiar por su guardián con la mano firme, avanzaron por un tramo más, pero la niebla se volvía más densa al punto que ya no podía ver a su guardián, solo sentía el agarre de su muñeca.

-Kacchan, creo que debemos regresar – comentó un tanto preocupado – esta niebla no nos permite vernos.

Izuku sentía el agarre de Katsuki pero no le respondió, - ¿Kacchan? – lo llamo mientras detenía su andar, no sintió que su guardián lo jalara para obligarlo a avanzar, no supo como pero ya no sentía el agarre del cambia formas de fénix.

-¿Kacchan? – volvió a llamar en voz alta sin respuesta alguna

Izuku se puso en alerta y tomo su espada, definitivamente esa niebla no era normal, escucho un especie de crujido, como si alguien hubiera pisado una rama seca

-¿Kacchan? – Seguía sin respuesta

El sonido de alguien caminando y las ramas quebrandose aumentaron y por un momento sintió alguien a su espalda, su primera reacción fue blandir su espada, pero no le dio a nada, ni siquiera a un árbol.

El sonido de esa misma persona se volvió a escuchar, pero ahora en otro sentido, escuchó como los pasos se alejaban así que corrió detrás del sonido, en un momento la niebla se disipó llego aun claro, distinguió la sombra de alguien.

-¡Espera! – demandó el joven principe

Pero aquella persona no se detuvo y siguió corriendo, Izuku avanzó y sin darse cuenta llego a la orilla de un acantilado que solo por pura suerte no dio el último paso para caer al vacío, su corazón latía con frenesí, en ese momento escucho un fuerte rugido, se giró sobre sus talones solo para encontrarse frente a una enorme mantícora.

-¿Qué hace un humano mundano en mis tierras? – la voz de la criatura resonaba como un sonido gutural, bajo y profundo.

El principe intento retroceder, pero estaba en la orilla del acantilado, solo colocó su espada frente a la enorme mantícora, pero era un ser imponente, Izuku solo había leído de ellas, era parte de la educación que recibió como guardián.

-No soy un humano mundano – respondió Izuku con seguridad – Soy el principe de Ignatia, Izuku Midoriya actual defensor del fragmento del alma que se le encomendó a mi reino, estoy aquí para encontrar la fuente del fuego eterno.

La mirada de la mantícora evaluó las palabras del principe, - Y ¿Qué te hace pensar que yo te dejaría pasar? – preguntó la enorme criatura, con su mirada fija en el principe.

-Busco el poder sagrado, según los antiguos escritos de mi reino, parte de la respuesta de lo que es ese poder está en la fuente del fuego eterno.

-¿Poder sagrado, dices? – pregunto la mantícora – Ese es un poder primordial, ¿acaso te crees digno de dicho poder?

-No soy digno de ese poder, se dice que yo soy el portador de dicho poder, pero ni si quiera tengo idea de donde esta y mucho menos de cómo usarlo, pero es imperativo que lo encuentre no puedo permitir que caiga en malas manos.

-¿Qué estarías dispuesto a hacer a cambio de dicho poder? – pregunto la Mantícora dando un par de pasos a Izuku.

El principe mantuvo su postura, pero un extraño viento comenzaba a soplar a su alrededor.

-Estoy dispuesto a sacrificar lo que sea necesario

-Si te dijera que para obtener ese poder deberás asesinar a tu guardián, ¿Qué harías? – preguntó en un modo serio, cada vez que hablaba avanzaba un paso más hacia el peliverde.

-No... no podría hacerlo Kacchan es muy importante para mí – respondió sintiendo como el agarre de la espada cedía – Él es...

La mantícora no lo dejó terminar y con su cola de escorpión le arrebato su arma y la arrojo al precipicio

-Entonces mentiste, mentiste cuando dijiste que serias capaz de sacrificar lo que sea necesario, joven principe eres igual que los demás, que aquellos que han querido llegar al fuego eterno, no eres digno si no cumples con los mandatos.

Izuku se sintió vulnerable a diferencia de mayoría de la gente él no poseía un poder especial, como por ejemplo Denki quien tenía el poder de los rayos, o su amigo Hanta que tenía el poder de las cintas.

-No miento – comentó lo más firme que podía – Dije que sacrificaría lo que fuera necesario, pero no puedo acabar con mi guardián, él es... - sus lágrimas comenzaron a salir sin entender porque, algo dentro de Izuku se removió una especie de visión borrosa apareció en su mente, - Kacchan es...

¿Por qué? ¿Por qué su mente estaba nublada y no podía expresar lo que Katsuki representaba para él?

-La verdad de tu corazón es lo que te hará digno del poder sagrado – hablo nuevamente y ahora estaba frente a Izuku, el peliverde podía sentir el aliento de la enorme criatura frente a él, quiso retroceder, pero solo sintió como la orilla se resquebrajaba un poco ante su intento de avance.

-No eres digno de nada, Principe de Ignatia Izuku Midoriya, no representas nada importante ni ahora ni nunca, no sé cómo es que a un humano mundano como tú se le encomendó la misión de proteger el fragmento del alma no tienes pasión ni mucho menos creatividad del fuego eterno– comentó de forma burlona

Las palabras de la mantícora golpearon a Izuku como si fuera un costal de boxeo, su mente se llenó de dudas y temor.

-Adiós, principe de Ignatia – se burló la mantícora para finalmente batir sus alas, alzó el vuelo y con sus patas traseras golpeo al peliverde quien no pudo evitar el golpe, que también lo dejo momentáneamente sin aire. – espero que en tu siguiente vida puedas lograr algo que valga la pena

Izuku sintió el aire golpear su rostro mientras caía al vació, su mente se cerró a cualquier pensamiento, aceptando por hecho que él no era digno de nada.

☆∵☆∵☆∵☆∵☆∵☆∵∵☆∵☆∵☆∵☆∵☆∵☆∵ ☆∵☆∵☆∵☆∵☆∵☆∵∵☆∵☆∵☆∵

LOS GUARDIANES DEL ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora