13. La prueba de la tormenta eterea

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Izuku cayó de golpe, el lugar estaba suavemente iluminado, pero estaba solo - ¡Kacchan! – gritó sin mucho éxito.

El fragmento que Denki le entrego comenzó a brillar, parecía mostrarle el camino, no está seguro si avanzar, pero no había rastro de sus amigos, dejó que el fragmento lo guiará, conforme fue avanzando la luz en el lugar comenzaba a dejar ver el curioso paisaje

—¿De verdad estamos dentro de una montaña? — preguntó en voz alta observando el especie de acantilado, el viento soplaba con fuerza en ese momento, no entendía bien que estaba pasando.

El viento era cada vez más fuerte que sentía que en cualquier momento iba a salir volando, conforme caminaba terminó llegando a una saliente, había un enorme vacío frente a él, y del otro lado había tres tornados que parecían mantenerse en el mismo sitio.

—Has llegado joven Izuku —se escuchó una voz —Tu eres el destinado a ser el portador del poder sagrado

—¿Quién eres? Muéstrate — exigió Izuku

Un joven de cabello negro y ojos azabache apareció frente a él, flotando en el acantilado frente a él, usaba una chaqueta cubriendo parte de su cuello y sus labios, pantalones oscuros y unas botas color blancas.

—Soy el primer guardián del fragmento de Venturaria, y para poder obtener la tormenta etérea debes probar que eres digno de ella, mi nombre es En — respondió el recién llegando acercándose lentamente al principe.

—¿Qué debo hacer?

—¿Puedes ver aquellos tornados? — preguntó señalándolos — obsérvalos bien.

El principe hizo lo que le comentaron y sus ojos se abrieron con sorpresa, dentro de cada uno de los tornados, en la parte central del tornado se encontraban sus amigos, sintió una desesperación al verlos atrapados dentro de cada vórtice

—¡Kacchan! ¡Denki! ¡Eijiro!

—Para liberarlos joven príncipe, deberás demostrar que eres digno de poseer la tormenta etérea, el viento como sabes no es dócil, ni fácil de controlar — comenzó a explicar con calma —La tormenta etérea es el viento en su forma más pura por lo tanto es la más poderosa, a diferencia de la llama eterna que se enfoca en la fuerza del corazón y la confianza, la tormenta etérea pondrá a prueba tu espíritu.

—No puedo permitir que mis amigos paguen, yo demostrare que soy digno de obtener la tormenta etérea — respondió

En sonrío y estiro su mano frente al abismo que los separaba de los tres tornados, apareció una enorme águila hecha de viento

—Tu prueba será domar la razón del viento — comentó En.

La enorme criatura hecha de viento provocaba fuertes ráfagas que desequilibraban al joven principe, eran demasiadas fuertes. Sin esperar alguna otra indicación, la criatura soltó un fuerte chillido y se lanzó hacia el principe, quien logró esquivar muy apenas el ataque, pero el viento lo roso causando un corte en su brazo.

Izuku sacó su espada para defenderse justo de otro ataque del águila, pero de nada sirvió, no podía atravesarlo.

—La tormenta etérea no puede ser dominada por la fuerza bruta, debes comprender al espíritu del viento, la razón de este, y esa no se rige por la fuerza si no por la libertad — aconsejó En viendo como el principe comenzaba a desesperarse — mantén la cabeza fría.

Izuku no podía mantener la cabeza fría, no cuando sus amigos estaban en peligro mortal si no lograba adueñarse de la tormenta etérea, pero en un momento la voz de Katsuki volvio a resonar en su cabeza "Cuando te sientas perdido, recuerda que estoy contigo, mi principe". No podía rendirse, "La llama eterna requiere de un corazón puro y una voluntad inquebrantable" había dicho la mujer que le había entregado la llama eterna.

—Si esta prueba requiere de mi espíritu, entonces que así sea — Habló Izuku para sí mismo soltando su espada, cerró los ojos concentrándose en la llama eterna, un fuego que no quemaba para él comenzó a brotar de su cuerpo como si fuera uno con él.

La enorme criatura volvio a atacar, pero esta vez Izuku no se movió, confiaba ciegamente en la llama eterna, esta vez en lugar de que el águila le provocara alguna herida sintió como el viento se calmaba, aun con los ojos cerrados y gracias al poder que poseía la llama eterna sabia donde estaba la criatura, alzó su mano, concentrándose en el espíritu indomable del viento,

El águila revoloteo hasta aterrizar y colocarse frente al joven, la mirada etérea de la criatura parecía evaluar al principe. Izuku no hizo ningún movimiento brusco, abrió lentamente sus ojos, admirando los colores que la llama eterna mostraba mientras lo rodeaba.

—El viento no puede ser domado, como tampoco lo es el fuego, o el agua o ningún otro elemento, no busco doblegarte — hablo suavemente Izuku mientras bajaba su mano —pero necesito tu ayuda, mi reino, la tierra y Celes peligra y por alguna razón que aun desconozco yo soy el único que puede detener la amenaza.

El águila hizo un asentimiento con la cabeza, dándole a entender al principe que lo escuchaba, el viento aun soplaba fuerte a su alrededor, pero ya no sentía hostilidad, dio un paso hacia la criatura.

—Entiendo que el viento no puede ser controlado, pero puede ser guiado. Al igual que la llama eterna de Ignatia, que responde a un corazón puro, la tormenta etérea, es decir, tú, debe ser un espíritu libre —continuó Izuku mientras sus ojos veían a la criatura con respeto — No quiero someterte, como tampoco lo he hecho con la llama eterna, sino lo que quiero es pedirte que te unas a mí en esta misión, con tu ayuda y la de mis amigos podemos proteger lo que amamos y salvar nuestros reinos.

El aguila extendió sus alas y soltó un chillido, el viento dejó de soplar y ahora solo era una suave brisa que comenzó a rodearlo, el águila alzó el vuelo mientras se transformaba en una corriente que brillaba envolvió a Izuku fundiéndose con este y la llama eterna, una calidez salió de su pecho y el fragmento del alma de Ventusaria comenzó a cambiar de forma, otra pieza del rompecabezas se formó y se unió a la de Ignatia.

Izuku sonrió — gracias — murmuro sentía en su interior el poder de la tormenta.

Caminó al acantilado y con un movimiento de su mano mientras pensaba en un puente para cruzar, el viento se formó creando un camino frente a él, llegaba hasta el otro extremo donde estaban sus amigos aun dentro de los tornados.

Izuku sonrió sabía que ese puente sería seguro así que comenzó a avanzar, al inicio camino, pero con forme avanzaba acelero el paso, sus amigos lo necesitaban, llego hasta el otro extremo y el puente desapareció.

Llego al tornado que estaba más cerca, a él parecía no afectarle en lo más mínimo las fuertes ráfagas del viento, simplemente rozó su mano con el aire

—Libéralo, por favor — pidió y el viento que tenía prisionero a Denki.

El tornado que rodeaba a su amigo comenzó a disolverse poco a poco, permitiendo que Denki descendiera lentamente, estaba inconsciente, cuando finalmente fue depositado en el piso Izuku se acercó a él, estaba respirando.

—Denki —hablo con voz tranquila pero preocupada

Avanzó hasta el tornado que tenía a Eijiro prisionero y pidió lo mismo, el problema se presentó cuando llegó al tornado que tenía a Katsuki, este tenía una extraña aura oscura a su alrededor.

—¿Por qué?

En se acercó al joven principe — Es por tu guardián, el esconde algo un oscuro secreto que no quiere revelar y este se fusionó con el tornado.

—¿Cómo puedo ayudarlo? — preguntó con su corazón acelerado.

—Tu guardián, el joven fenix, ha estado lidiando con una sombra que lleva consigo desde hace mucho tiempo, esa sombra representa un conflicto interno, un dolor no resuelto que afecta su ser. El tornado que lo mantiene prisionero ahora refleja esa oscuridad y el poder de la tormenta etérea no puede liberarlo sin antes enfrentar esa sombra.

—Debo ayudarlo— hablo con seguridad.

—Para liberar a tu guardián, debes enfrentarte a la sombra que lo atormenta, pero puede que él se niegue a que lo ayudes.

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¿Por fin sabremos el secreto que guarda Katsuki?

LOS GUARDIANES DEL ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora