Capitulo 3.- Sloanepunzel

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Klaus tenía la boca seca y estaba empezando a cansarse de hablar, algo que sus hermanos creerían impensable.

Necesitaba otra idea brillante para mantener a los niños tranquilos pero no se le ocurría nada que no fuera contarles otra historia.... o mezclarles ron en el refresco hasta que se quedaran dormiditos... cosa que no hacia solo porque imaginaba que cabrearía mucho a sus padres. 

Resoplo. 

De momento tendría que seguir con los cuentos. Después de todo... si algo funciona ¿por qué dejarlo?.

- ¿Qué paso con los enanitos?.- pregunto Jayme.

- Vendieron las joyas y se fueron a la rivera maya de vacaciones.- respondió Klaus. 

- ¿Y con el caballero? ¿Rescato a Sloanepunzel?.- pregunto Dolores

- ¿Queréis que os lo cuente?.- pregunto Klaus intentando despertar algo de expectación en su publico.

- ¡No que rollo! ¡Yo quiero palomitas!.- gruño Stan y los niños se unieron a la idea.

- ¡Si, palomitas! ¡Yo también quiero! ¡ Y yo! ¡Yo más!.

- ¡No se pueden hacer palomitas! El microondas no funciona sin electricidad.

- Se pueden hacer en sartén.- Repuso Stan.

- ¿En serio?.- pregunto haciéndose el tonto. 

A Klaus no le apetecía nada entrar en la cocina a oscuras, buscar lo necesario y hacer palomitas para una docena de niños, las cuales terminarían tirándose entre ellos o tirándoselas a él y estaría una semana encontrando palomitas entre los cojines, debajo de los sofás y en otros sitios impensables.

Aidan entro en el salón con un linterna en una mano y un enorme alijo de bolsas de fritos en la otra. 

- ¿Qué?

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- ¿Qué?.- pregunto el niño notando que era blanco de las miradas de todos. Era el que más se parecía a su padre de pequeño, misma cara de cabroncete, mismo corte de pelo, mismo color de ojos...misma facilidad para poner a prueba la paciencia humana...

- ¿Cuándo has salido?.- pregunto Klaus.

- Mientras contabas no sé que sobre un asesino pringado que dejaba escapar un objetivo, esperaba que le disparase por la espalda cuando salió corriendo pero me decepciono mucho que no lo hiciera y perdí el interés por la historia. - respondió el niño repartiendo las bolsas entre sus primos.

- ¿De donde has sacado todo eso?.- quiso saber Claire.

- Secreto profesional.- comento el pequeño con la misma sonrisa de candidato a camisa de fuerza que tenía su padre. 

- Estoy seguro de que no teníamos todo eso en casa.- aseguro Klaus.

- ¿De verdad quieres saber de donde salen?.- pregunto el pequeño y su tío lo pensó mejor.

The Umbrella Academy: Los cuentos del tío KlausDonde viven las historias. Descúbrelo ahora